Deliblatska pescara es conocido como el Sahara de Europa por ser el mayor arenal del continente. Este espacio protegido en el noreste de Serbia es el recuerdo de un antiguo desierto prehistórico convertido ahora en una reserva para especies raras y, en algunos casos, únicas.
Las dunas, “formadas por los sedimentos eólicos de arena suelta, como en cualquier desierto, son el principal rasgo característico del relieve de Deliblatska pescara”, explica Akos Gimpel, de Vojvodinasume, la empresa pública que gestiona la reserva.
Las laderas de las dunas son simétricas, con una inclinación de entre 30 y 40 grados, y son de diferentes tamaños, con la más alta de 192 metros de altura.
La reforestación, iniciada en el siglo XIX, ha preservado la forma de terreno ondulado y ha convertido la zona en un ecosistema rico y único con numerosas especies raras.
En los 350 kilómetros cuadrados de esta reserva situada en la Voivodina existe más de 900 especies vegetales.
Entre ellas destaca una especie de artemisia (Artemisia pancicii), peonías, un tipo de almendro, una variedad de tragacanto, el ojo de perdiz, la poácea y más de diez especies raras de orquídeas.
Entre la fauna se cuentan especies raras como hormigas desérticas, el halcón sacre, el águila imperial, una especie de ratón estepario que no vive en ningún otro lugar del mundo, y roedores como el Srermophilum citellus y la Spalax leucodon, así como el turón de la estepa.
Las dunas y los arenales se han asentado en gran parte gracias a las raíces de árboles como el pino, el enebro de Virginia, el roble, la morera, el nogal negro, el fresnos o el abedul, entre muchos otros.
“Antes de la forestación, Deliblatska pescara era un desierto en el sentido verdadero de la palabra. La arena suelta movediza se extendía por la llanura por la acción del viento”, cuenta Gimpel.
Pero persisten las denominaciones como “el Sáhara europeo”, “el desierto más viejo de Europa” o “uno de los últimos desiertos en Europa”.
“Cada uno de esos nombres está absolutamente justificados y yo agregaría, además, ‘el desierto más boscoso de Europa’ y ‘los pulmones de Voivodina”, dice Gimpel.
La riqueza ecológica del entorno lo ha convertido en un atractivo coto de caza por los numerosos ciervos, jabalíes y aves como el pato y el ganso silvestres.
El arenal también es un imán para pescadores por el lago Kraljevac, de 160 hectáreas de extensión, y en que abundan las carpas y los lucios.
Los 45 kilómetros de sendas y caminos por las dunas y entre los bosques de pino o las olorosas acacias están a disposición de los turistas, que cada vez acuden en mayor número.
El pico más alto del parque es Crni vrh (Pico negro), de 192 metros sobre el nivel del mar.
La arena, de color amarillo, gris y negruzco fue depositada por el viento a finales de la edad de hielo y comienzos del Holoceno, después de la desaparición del Mar Panónico y durante la formación del Danubio, que desempeñó un gran papel en la creación del arenal.
Los ríos Karas, Nera y Moravica, que entonces desembocaban en un lago, resto del Mar Panónico, y hoy son afluentes del Danubio, depositaban la arena en un delta que se encontraba donde ahora está Deliblatska pescara.
El arenal se encuentra a unos 80 kilómetros al norte de Belgrado, en el extremo sureste de la llanura Panónica limítrofe con los Cárpatos y los declives de los montes de Homoljske.
En Deliblatska pescara se mezclan las influencias del clima estepario, continental moderado y montañoso.
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