Las fuerzas aéreas surcoreanas y estadounidenses pusieron este viernes fin al ejercicio «Vigilant ACE», que ha supuesto un enorme despliegue de activos que ha servido como contundente respuesta al último lanzamiento de misiles norcoreano.
Según informó a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, los aliados han puesto este viernes fin a cinco días de ejercicios en los que EE UU ha desplegado cazas furtivos F-22 y F-35, un bombardero estratégico B-1B y varios EA-18G, cazabombarderos diseñados para la llamada «guerra electrónica».
De este modo, «Vigilant ACE» ha supuesto este año una movilización aérea nunca antes vista en la península desde el fin de la Guerra de Corea en 1953. Aunque «Vigilant ACE» tiene una frecuencia anual y estaba ya planeado antes de que Corea del Norte realizara el pasado 29 de noviembre su último ensayo de misiles balísticos, semejante operativo sirve de contundente respuesta ante la última acción de Pyongyang.
El Ejército norcoreano disparó a modo de prueba el Hwasong-15, el que hasta la fecha es su Misil balístico intercontinental (ICBM) más avanzado y que sitúa a Pyongyang cada vez más cerca de poder alcanzar EEUU con arma nucleares.
Durante estas últimas maniobras conjuntas, los aliados han simulado ataques sobre falsas instalaciones nucleares norcoreanas y plataformas autopropulsadas como las que emplea el régimen de Kim Jong-un para desplegar sus misiles.
Corea del Norte, que considera este tipo de maniobras como un ensayo para invadir su territorio, ha acusado a Estados Unidos de querer provocar una guerra en la península coreana con el despliegue que ha realizado para »Vigilant ACE».
Las continuas pruebas de armas de Corea del Norte, unidas al tono belicista usado por Donald Trump y a los despliegues militares cada vez más enérgicos de Washington en la península, han incrementado la tensión regional hasta niveles inéditos desde el final de la Guerra de Corea.
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