Con los Yanquis nunca se sabe. Igual salen al mercado en busca del mejor pelotero disponible que apuestan por una nueva generación de figuras propias, como aquella que encabezaron Mariano Rivera, Jorge Posada, Andy Pettitte, Bernie Williams y Derek Jeter.
Los hijos de George Steinbrenner parecían ganados a la idea de reducir el enorme presupuesto, repoblar las granjas y permitir que jóvenes ascendentes pasaran de Triple A a las Grandes Ligas. Así llegaron Aaron Judge, Brett Gardner, Greg Bird, Tommy Kahnle y Gary Sánchez. Y de pronto, Giancarlo Stanton se aparece en el Bronx, con su contrato de casi 300 millones de dólares.
Con los Yanquis nunca se sabe. El lunes buscaban salir del jardinero Jacoby Ellsbury, para aligerar costos y liberar presión en los jardines, y el martes adquieren a otro patrullero, Jabary Blash, a cambio del antesalista Chase Headley.
Así que, al menos hoy, Nueva York tiene una dosis adicional de dinamita en su lineup, así como dos agujeros en el infield. Al menos para el momento de escribir estas líneas, no tienen camarero ni tercera base.
¿Llegó la hora de Gleyber Torres?
Si asumimos lo de Stanton como una excepción a la regla de los últimos años, es de esperar que el caraqueño reciba una oportunidad, como en efecto ha dicho el gerente general Brian Cashman. Torres es parte de esas brillantes divisiones menores que los Bombarderos han venido gestando en los tiempos recientes. Un pelotero con la oportunidad de ser alguien realmente especial, como dice el manager Aaron Boone. Un diamante casi listo para engarzar.
Torres es shortstop, pero ya este año fue probado en Doble A y Triple A en otras posiciones. Sumó 25 juegos entre segunda y tercera, antes de que la lesión en el codo interrumpiera la prueba. Pero hay algo claro: es más difícil defender las paradas cortas que el resto del cuadro; así como antes pasó con Miguel Cabrera y otros compatriotas, así debería el capitalino adaptarse a la orden que reciba.
Su futuro no está en el campo corto. La presencia de Didi Gregorius lo impide, Pero es tan alto el techo que le auguran los scouts, que pronto le veremos probar a tiempo completo en alguna de las posiciones abiertas, con la posibilidad de que ese sea el inicio de una larga carrera.
No sorprende que Cashman asome el nombre de Ronald Torreyes como una de las opciones para inicios de 2018. El barinés fue prospecto legítimo en sus primeros tiempos y causó buena impresión este año como utility, tanto por la eficacia de su guante como por su average de .292 en más de 100 juegos. No parece tener el potencial de su compatriota para desarrollarlo poder, pero luce bien como adecuado plan B, en espera del verdadero dueño a largo plazo de la posición. Ya una vez sucedió así con Miguel Cairo, ¿recuerdan?
Sí sorprende, en cambio, la fe mostrada por la gerencia en quien fue uno de los venezolanos de mejor cosecha en la recién finalizada zafra en las Menores. Y es una sorpresa feliz.
Thairo Estrada no ha debutado aún en la LVBP. Pertenece a Margarita y tiene 21 años de edad. Ha puesto sólidos números, incluyendo una cosecha con .301 en Doble A y otra con .342 en la Arizona Fall League en 2017.
Cashman dice que es uno de sus cuatro candidatos. Da alegría y habrá que creerle. Pero el favorito es Torres. Llegó su hora en las Grandes Ligas.
@IgnacioSerrano
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