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Papa Francisco: No hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza

El pontifíce participó en un congreso que reunió a un centenar de magistrados, para reflexionar sobre el papel de la justicia en la defensa de los derechos sociales

Por EFE
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El papa Francisco afirmó este martes que no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad. El pontífice ofreció la declaración durante la clausura de la Cumbre Panamericana de Jueces sobre Derechos Sociales y Doctrina Franciscana, celebrada en el Vaticano. 

El congreso se realizó en la sede de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales y reunió a cientos de magistrados, que reflexionaron sobre el papel de la justicia en la defensa de los derechos sociales. El Papa ofreció un discurso a los participantes y clamó contra las desigualdades en las sociedades actuales. 

«Un sistema político-económico, para su sano desarrollo, necesita garantizar que la democracia no sea solo nominal, sino que pueda verse plasmada en acciones concretas que velen por la dignidad de todos sus habitantes bajo la lógica del bien común, en un llamado a la solidaridad y una opción preferencial por los pobres», dijo el pontífice.

«Ello exige los esfuerzos de las máximas autoridades, y por cierto del Poder Judicial, para reducir la distancia entre el reconocimiento jurídico y la práctica del mismo», añadió. 

Francisco mostró su preocupación por las ideas de algunos doctrinarios, que tratan de explicar que los derechos sociales son viejos y no aportan nada a las sociedades actuales. 

Aseguró que estas afirmaciones confirman políticas económicas y sociales que llevan a los pueblos a la aceptación y justificación de la desigualdad e indignidad. 

El Papa hizo un llamado para que los países trabajen en favor de la igualdad y minimicen cada vez más la exclusión y segregación, de modo que la inequidad no tenga la última palabra. 

Cuestionó los vacíos legales, tanto de una legislación adecuada como del cumplimiento de la misma y afirmó que ponen en marcha círculos viciosos que privan a las personas y a las familias de las necesarias garantías para su desarrollo y bienestar y generan una corrupción cuyas consecuencias acaban sufriendo principalmente los pobres. 

Finalmente, rechazó la instrumentalización de la justicia o el lawfare porque pone riesgo la democracia de los países.

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