Las ya tensas relaciones entre Brasil y Venezuela se deterioraron aún más en las últimas horas, tras la decisión del gobierno de Michel Temer de declarar persona non grata al máximo representante diplomático venezolano en Brasilia, en respuesta a la misma medida tomada por el régimen de Nicolás Maduro contra el embajador brasileño en Caracas el fin de semana.
Fuentes del Palacio de Itamaraty señalaron que su accionar contra el encargado de negocios de la embajada de Venezuela, Gerardo Antonio Delgado Maldonado, se basó en el principio de reciprocidad que rige la política exterior brasileña. Ya el sábado, cuando la presidenta de la Asamblea Constituyente venezolana, Delcy Rodríguez, declaró persona non grata al embajador brasileño en Caracas, Ruy Pereira, por injerir en asuntos internos del país, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil había indicado que «la decisión demuestra, una vez más, el carácter autoritario de la administración de Nicolás Maduro y su falta de disposición para cualquier tipo de diálogo».
Como la medida contra el embajador brasileño no había sido comunicada oficialmente y el diplomático se encontraba ya en Brasil para pasar las Fiestas, el Palacio de Itamaraty no puso plazo a la expulsión del encargado de negocios venezolano, que normalmente es de 72 horas. Venezuela no tiene embajador en Brasilia desde mediados del año pasado, cuando Maduro llamó de regreso a Caracas a su representante, Alberto Efraim Castelar Padilla, en protesta por el impeachmenta Dilma Rousseff. Según el régimen venezolano, el juicio político fue un golpe de Estado tramado por Temer y sus aliados de derecha.
Ni bien asumió el poder, Temer endureció la postura de Brasil contra Venezuela. Bajo la presidencia brasileña del Mercosur, en agosto de este año, con el acuerdo de la Argentina, Paraguay y Uruguay, se suspendió a Venezuela del bloque por ruptura del orden democrático. Las críticas del gobierno brasileño a Maduro se incrementaron desde entonces: la semana pasada, Itamaraty emitió un comunicado en el que condenó a la Asamblea Constituyente venezolana por disolver los poderes municipales de Caracas y el Alto Apure, en manos de la oposición; asimismo, en el marco de la cumbre del Mercosur en Brasilia, tanto Temer como el argentino Mauricio Macri y el paraguayo Horacio Cartes exigieron al régimen venezolano que respete los derechos humanos y políticos de los venezolanos.
Otrora grandes socios comerciales y amigos ideológicos durante los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Hugo Chávez (1999-2013), Brasil y Venezuela han visto cómo sus vínculos se desgastaron en los últimos años debido a la crisis político-económica venezolana.
Brasil llegó a tener inversiones por más de 20.000 millones de dólares en Venezuela, pero hoy el régimen de Maduro debe 1000 millones al Estado brasileño por créditos no pagados y más de 4000 millones a empresas brasileñas que actúan en Venezuela.
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