¿Por qué te fuiste de tu país?
Tomé la decisión de salir porque me sentía estancada y me veía como una extranjera en mi propia nación.
En efecto, trabajaba y el dinero no me alcanzaba para cubrir las necesidades básicas y, cuando podía pagarlas, no las encontraba.
Asimismo, la inseguridad cortaba mis alas y eso me desesperaba.
¿Qué fue lo más difícil de la decisión?
Una de las razones por las cuales emigré fue la certeza de que con sacrificio y trabajo podía lograr mis objetivos.
De ahí que irme a un país estable, donde el trabajo sí vale y donde se cuenta con seguridad y tranquilidad, era mi estímulo más grande.
Hubo muchos contras, porque soy muy soñadora y, cuando me inclinaba hacia el lado realista, me decía a mí misma cosas desalentadoras.
Por ejemplo: “Quizás podía salir con las tablas en la cabeza, quizás el intento terminaría mal…“ En verdad, tenía miedo, miedo a lo desconocido, miedo a todo.
Hoy entiendo que, aunque esos temores son normales, no conviene dejarse llevar por ellos.
¿Por qué seleccionaste el país o ciudad de destino?
Seleccioné España, y específicamente Gijón, porque algunos de mis familiares viven aquí y lo importante para mí era contar con la ayuda y el apoyo de ellos,
Confieso que salí con veinte euros en la cartera, sin divisas. ¡Sin nada más!
Por supuesto que, antes de emigrar, investigué bastante, leí reseñas, historias e información sobre la ciudad. Al respecto, MeQuieroIr.com me ayudó muchísimo.
Describe los primeros tiempos
Tomé la decisión de emigrar en septiembre del 2014 y logré salir en agosto del 2015. La demora se debió a que tuve que reunir el dinero del pasaje y dejar en orden mis asuntos en Venezuela.
Vine como estudiante a cursar una maestría y, para la visa estudiantil, me pidieron algunos requisitos, difíciles de completar, mas no imposibles. Lo mejor fue que hice los trámites sola y en Gijón me esperaba mi familia.
Llegué a Asturias y me pareció (y aún pienso del mismo modo) una gran provincia para empezar y también para vivir permanentemente, pues la gente es muy amable y su cultura, increíble.
Como estudiante, me sentía perdida. Mis estudios anteriores estaban por debajo de las exigencias del máster y ponerme al nivel del curso me costó incontables noches de trasnocho. Sin embargo, el aprendizaje fue excelente.
Describe tu situación actual
Actualmente trabajo por cuenta propia, cuidando niños y limpiando.
Con respecto a mi carrera universitaria, la competencia por esta tierra es enorme y por el hecho de ser extranjera me ubico de última en la cola.
No obstante, jamás pierdo la esperanza y sigo entregando mi currículum en todos lados, confiando en que pronto me llegará un empleo como ingeniera.
De la universidad me tuve que retirar, ya que las divisas que solicité para pagar mis estudios fueron rechazadas por el gobierno de mi país.
Esa negativa me deprimió porque quería culminar mi maestría de manera satisfactoria; pero no se pudo y lo que me quedó fue una deuda con la universidad, que pagué trabajando en lo que se presentaba por ahí.
Durante la espera, he creado mi propio vlog “Anaís Dice”, para compartir mis vivencias y lo que me gusta.
En realidad, producir videos es algo que me hace feliz, pues me llena y me da satisfacción, incluso si una sola persona ve lo que hago y mis experiencias le sirven de ayuda a otra.
Yo, que busqué tanta información sobre la emigración y que en repetidas ocasiones no hallaba lo que quería, me esfuerzo hoy por aclarar esas dudas a otra gente, que tal vez esté en esa misma situación.
Me consta cuán difícil es emigrar y que la toma de decisión se facilita si se dispone de más y mejor información. Por el momento, les digo que, aunque no he hecho numerosos videos sobre mi trayectoria migratoria, pronto vendrán otros.
En mi canal, se consigue de todo un poquito. Así que, a continuación, les dejo un vínculo que espero sea de su interés:
¿Te arrepientes de la decisión? ¿Qué harías distinto si pudieras repetir la experiencia?
En la actualidad, con la experiencia ganada, los datos que he manejado y residiendo aquí, le recomendaría a la Anaís del pasado que “no se venga como estudiante”.
¡En qué problemón me metí sin el dinero suficiente para pagar mi curso y la suspensión de las divisas por el gobierno venezolano! Eso me perjudicó sobremanera, como a numerosos compatriotas que estudiaban en el exterior.
Hoy iría al consulado de España y expondría mis dudas sin temor a una negativa, puesto que conozco las diferentes formas de emigrar hacia acá y los varios visados; y sé que hubiera podido escoger una mejor opción.
En fin, no me arrepiento de mi decisión, porque por ella aprendí y, después de un año y unos meses, sigo en Gijón, viviendo con tranquilidad y con empleo, que es lo principal para mantenerme.
Eso sí, continúo luchando cada día por esos sueños que todavía llevo conmigo y que paso a paso se van materializando.
Para complementar lo expuesto, me gustaría darles unos consejos: muchos les dirán “no pueden”, “están locos”, “yo no lo haría”; pero no se dejen llevar por los comentarios de los demás.
Déjense llevar por su corazón, crean en ustedes, si disponen de las herramientas necesarias; y si tienen miedo y algo les susurra “háganlo”, pues ¡háganlo!
Emigrar no es fácil, pero tampoco es lo peor, como aseguran algunos. Depende de cómo lo vea cada uno y de cómo se relacione.
A todos no nos va igual, a ustedes les puede ir mejor y, si no es así, lo peor que puede suceder es el regreso a su país. ¿Y saben qué? No pasa nada si eso ocurre.
La vida hay que vivirla pensando que lo único que no tiene arreglo es la muerte. Y si leen esto es porque están vivos. Así que ¡atrévanse!
¿Piensas volver a tu país?
Volver a mi patria me llenaría de felicidad. Por ese motivo, anhelo que la pesadilla que padecen por allá acabe pronto y retorne la nación con la cual soñamos.
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