Gary Oldman es anulado en la pantalla por su personaje en Las horas más oscuras, queda completamente solapado por Winston Churchill, a quien encarna en la película de Joe Wright.
Su actuación le valió un Globo de Oro y lo encamina a la nominación al Oscar. Su desempeño ante la cámara de este largometraje es afín a la faceta más determinada y vigorosa de quien tuvo que conducir a Gran Bretaña cuando la maquinaria nazi era imparable. El continente había caído bajo la sombra de la bandera de la esvástica y la isla era el próximo objetivo de Adolf Hitler.
La película, que se estrena hoy en Venezuela, comienza relatando el momento en que el Parlamento británico defenestra a Neville Chamberlain, juzgado por su actuación ante el avance alemán.
Oldman logra mimetizarse a través de cada sentimiento que proyecta del célebre político que llegó a ganar el Premio Nobel de Literatura (1953), está a la altura de lo exigido por Wright para corresponder al guion y al título de su obra. Este es un filme que hace que el espectador se sume a una situación crítica en la que, como ocurre en Dunkerque, nunca se le ve la cara al enemigo foráneo, y más bien se conoce de cerca al adversario de la propia casa.
En Las horas más oscuras el suspenso no se experimenta en el campo de batalla sino entre las élites que tienen que dirimir sus diferencias y superar la consternación ante el desastre inminente. Churchill debe entonces sobrevivir al aluvión interno antes que a la amenaza de la metralla que le apunta del otro lado del Canal de la Mancha.
“No se puede negociar con un tigre que tiene tu cabeza en su boca”, decía el primer ministro, a quien deslucidas actuaciones del pasado lo desacreditaban públicamente. La desconfianza le vale rivalidades, incluso dentro del mismo partido, entre quienes veían una mejor opción en la negociación con Alemania.
No hay lugar para mostrar muchas debilidades del político que por muy breves momentos se ve acongojado o desenvolviéndose en familia, porque el filme está hecho para exhibir al hombre fortalecido, capaz incluso de manejar con cierta frialdad el sacrificio de algunos soldados a fin de salvaguardar a otros contingentes más numerosos y esenciales para las batallas determinantes que se avecinan.
Sin embargo, Las horas más oscuras no pretende ser el filme de exaltación de un patriotismo ramplón, no es posible llegar a esa interpretación cuando la proyección termina, sino que más bien es una historia de determinación ante la posible aniquilación de una nación en momentos de rencillas que emergen también del miedo a desaparecer.
En la cinta actúan también Kristin Scott Thomas (Clementine Churchill), Lily James (Elizabeth Layton) y Ben Mendelsohn (Jorge VI).
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