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Sin mencionar a América Latina ni una vez, el presidente estadounidense Donald Trump pronunció un discurso ante el Congreso de su país cargado de referencias a temas calientes para la región, desde la migración hasta el muro con México.
En su primer mensaje presidencial sobre el Estado de la Unión, el mandatario propuso incrementar el gasto de seguridad en la frontera sur de EE UU y restringir políticas migratorias a cambio de otorgar la ciudadanía a inmigrantes indocumentados que fueron traídos al país siendo menores.
Esos inmigrantes, que según Trump suman 1,8 millones, provienen mayoritariamente de países latinoamericanos y su futuro es parte de un intenso pulso entre congresistas republicanos y demócratas.
En su mensaje ante ambas cámaras del Congreso, una tradición de cada año en EE UU, el presidente pidió unidad para tratar este tema pero a la vez formuló comentarios polémicos que vinculan a la inmigración con la inseguridad o la delincuencia.
Habló además de la pandilla Mara Salvatrucha o MS-13, de atraer plantas industriales desde México y calificó de »dictaduras» a los gobiernos de Cuba y Venezuela.
A continuación, cinco frases del discurso de unos 80 minutos de Trump que importan especialmente a América Latina:
1. «El primer pilar de nuestro marco ofrece generosamente un camino hacia la ciudadanía para 1,8 millones de inmigrantes ilegales»
Con esa frase, Trump comenzó a plantear al Congreso su plan para una reforma migratoria, que ofrezca una solución para los denominados dreamers o «soñadores» traídos a EE UU siendo niños.
Ese camino a la ciudadanía podría llevar más de una década e incluiría a los cerca de 700.000 jóvenes que se inscribieron en un programa del expresidente Barack Obama para protegerse de la deportación, el cual fue terminado por Trump en octubre.
Por tratarse de un presidente que hizo campaña prometiendo mano dura con los inmigrantes indocumentados y aludió a los latinos de forma despectiva, el planteamiento de Trump es visto por algunos como un llamado al acuerdo.
«Va a ser controvertido, pero está ofreciendo un compromiso, intenta ser bipartidista y llegar más allá de su electorado», dice Joshua Sandman, un experto sobre la presidencia de EE UU en la Universidad de New Haven, a BBC Mundo.
2. «El segundo pilar asegura completamente la frontera. Eso significa construir un muro en la frontera sur»
Esta es la parte en la cual Trump dijo lo que quiere como contrapartida en su plan migratorio: construir un polémico muro a lo largo de la frontera con México, aumentar la vigilancia en la zona y cambiar prioridades en migración.
Esos cambios incluirían el final de la lotería de visas que EE UU realiza para dar residencia a ciudadanos de todo el mundo y restringir el tipo de familiares que un inmigrante puede traer al país.
El objetivo de Trump es priorizar la entrada de extranjeros más calificados y cerrar el paso a quienes llegan al país sin papeles, a través de la frontera con México.
También ha terminado las protecciones temporales que tenían cientos de miles de inmigrantes de El Salvador y Haití, a los que en una reunión reciente aludió como «países de mierda» según informaron medios locales.
Defensores de los inmigrantes latinos creen que la estrategia que el mandatario anunció en el Congreso dividiría familias enteras en caso de ser aprobada.
«Está tratando de usar una pieza de inmigración, que es el alivio para los dreamers, que más 80% de los estadounidenses apoyan incluidos los republicanos, para avanzar en una prohibición para las familias», dice a BBC Mundo Clarissa Martínez, vicepresidenta adjunta de UnidosUs (otrora Consejo Nacional de la Raza, la mayor organización defensora de los latinos en EE UU).
3. «Llamo al Congreso a que cierre finalmente las fisuras mortales que han permitido a MS-13 y otros criminales entrar a nuestro país»
Trump volvió a aludir a la pandilla MS-13, integrada en EE UU por inmigrantes salvadoreños y de otros países centroamericanos o descendientes de ellos, como parte del problema fronterizo y de seguridad.
De hecho, entre los invitados para asistir a su discurso en el Congreso estuvieron dos parejas de padres cuyas hijas adolescentes fueron asesinadas por miembros de la MS-13 en un suburbio de Nueva York, según las autoridades.
Cuando Trump aludió a ellos, las cámaras los enfocaron llorando.
Esto también evocó la estrategia que Trump mostró desde la campaña, de asociar a los inmigrantes sin papeles con la criminalidad y las drogas, algo que molestó en su momento a gobiernos latinoamericanos y carece de respaldado en datos.
Algunos estudios señalan incluso que los inmigrantes en EE UU cometen menos delitos que aquellos que nacen en el país.
«Cuando hubo referencias en particular a los más vulnerables de nuestra comunidad, que son los inmigrantes, el presidente usó todas sus referencias para demonizar a la comunidad inmigrante», sostiene Martínez.
4. «Chrysler está trasladando una importante planta de México a Michigan»
Trump usó esta frase para intentar mostrar que sus políticas económicas, impositivas y comerciales están dando resultados, haciendo que empresas como ese fabricante de autos inviertan más en EE UU.
Sin embargo, notaron algunos medios estadounidenses de inmediato, la inversión de Chrysler en Michigan ya estaba prevista antes de su elección y la empresa mantiene varias plantas en México.
Este comentario de Trump ocurre en medio de la incertidumbre que genera la renegociación que él mismo ordenó del tratado de libre comercio que su país tiene con México y Canadá, conocido como TLCAN por sus siglas en español, NAFTA en inglés.
Antes de que el mandatario se dirigiera al Congreso, un grupo de 36 senadores de su propio Partido Republicano le pidieron en una carta que evite salirse del NAFTA, que sostiene 14 millones de empleos solo en EE UU, y lo modernice.
Trump no aludió a la renegociación del NAFTA en su discurso, pero sí habló en general de su voluntad de «arreglar malos acuerdos comerciales y negociar nuevos».
«La era de la rendición económica ha terminado», sostuvo. «A partir de ahora, esperamos que las relaciones comerciales sean justas y recíprocas».
5. «Mi administración también ha impuesto severas sanciones a las dictaduras comunistas y socialistas en Cuba y Venezuela»
Esta frase de Trump también generó aplausos de los republicanos en el Capitolio.
Trump lo dijo justo cuando su secretario de Estado, Rex Tillerson, se apresta a embarcarse el jueves en una gira por América Latina donde la crisis de Venezuela será un tema clave en su agenda.
Un alto funcionario del Departamento de Estado adelantó esta semana que en esa gira por México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica esperan discutir con aliados de EE UU cómo presionar al gobierno venezolano de Nicolás Maduro para que «vuelva el orden democrático» en el país.
Sin embargo, evitó precisar si Washington está abierto a considerar un embargo petrolero a Venezuela, como han sugerido el presidente argentino, Mauricio Macri, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Lo que sí anticipó el funcionario es que la transición de poder que se aguarda en Cuba este año, cuando el presidente Raúl Castro deje el cargo en abril, será otro de los temas que Tillerson espera tratar en las distintas escalas de su gira.
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