
Lo sabemos, el modelo socialista ha sido un desastre.
Sin embargo, el daño no ha sido realmente medido. Pues, las consecuencias del modelo socialista han sido desastrosas en lo social, en lo económico, en lo político, en lo cultural, en lo moral, en lo ecológico. En todos y cada uno de los ámbitos.
La corrupción chavista –para iniciar con el ámbito moral– ha sido abrumadora.
Han despilfarrado el equivalente a siete veces las reservas internacionales de Venezuela, una total grosería.
Los escándalos en Pdvsa han sido monumentales, caóticos y constantes.
Ya sea Rafael Ramírez, Tareck el Aissami, Pedro Tellechea o cualquier otro. Todos han sido de la mafia que ha consumido a la “gallina de los huevos de oro”.
Y, no solo es Pdvsa sino que el Arco Minero es parte de esa política de arrasar con todo lo que vienen desarrollando quienes usurpan el poder en Venezuela.
Además de la corrupción administrativa –cáncer extendido por todo el cuerpo del Estado nacional– también están los nexos del régimen con la mafia del narcotráfico.
Recordemos los allegados a la alta jerarquía del poder que fueron capturados in fraganti en pleno proceso de comercialización de drogas y recientemente arrestaron a otros dos alcaldes del PSUV en el Zulia con vínculos con las mafias del tráfico de estupefacientes. ¡Puras joyitas!
Y a la par de la destrucción moral del país, el socialismo ha aniquilado al país en el aspecto económico.
Las expropiaciones, la destrucción del bolívar como símbolo monetario, la proliferación de políticas insanas en el aspecto económico han eliminado la capacidad productora del país. Y no solo en el ámbito industrial, también en el aspecto turístico estamos peor que nunca.
Pues, a pesar de los shows que los alcaldes y gobernadores del PSUV se empeñan en montar en Navidad, Carnavales o Semana Santa, la realidad es que el turismo de afuera es prácticamente cero.
A los turistas les da miedo venir a Venezuela, no solo por la crisis de servicios públicos y la inseguridad; sino porque temen ser detenidos por el régimen de Maduro y ser utilizados como fichas de canje diplomáticos por Miraflores.
En definitiva, Venezuela está herida por todas partes; por eso necesitamos a unas personas capaces de recomponerla y esto es posible es a través de un liderazgo como el de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
Con ellos al frente del Estado tendremos la posibilidad de vivir en una Venezuela mejor; en un país realmente libre y con futuro.
¡Así de claro!
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.
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