Frente al gobierno ilegal de Maduro –un mandatario desnudo– está el presidente Edmundo González Urrutia, legalmente elegido por mayoría comprobada. Que sea investido parece necesario. Es la tesis desarrollada por el articulista Carlos Sánchez Berzaín que se reprodujo en este periódico (enlace abajo)
Si EGU representa a Venezuela como presidente electo y así lo entienden en Europa y América. Si ha estado invitado a la investidura de Donald Trump en Washington. Si es reconocido por las principales instituciones internacionales. Mientras Maduro es denigrado como un usurpador de la presidencia, es prudente despejar la variable de esta ecuación presidencial. El único presidente legal es EGU, parece necesario que comience a ejercer el mandato emanado de los más de siete millones de venezolanos que lo eligieron.
Ese paso, ser investido por la Corte Suprema de Venezuela –la legalmente vigente– parece posible. Nombrar un grupo ejecutivo, mínimo y básico, también sería viable. Hoy un gabinete presidencial se puede reunir vía digital, el espacio y el tiempo se han unificado en el ciber espacio de Internet. Gobernar sería la prueba de que esa dirigencia comienza a cumplir lo que le mandó el pueblo votante el pasado 28 de julio. Democracia y libertad. Colocando al gobierno legal contra el asalto hecho por Maduro y su régimen. Esta tesis no es igual a la fórmula Juan Guaidó. Él no ganó unas elecciones. Y ese experimento falló. EGU sí ganó y tiene el aval interno del pueblo que le votó y el apoyo externo de las democracias del mundo.
Un detalle que señala Sánchez Berzaín da que pensar. El presidente legal, EGU es el comandante de la Fuerza Armada. Una orden de detener al ilegal autoproclamado Maduro tendría que ser de obligado cumplimiento. Si no se cumple, el presidente EGU estaría amparado para solicitar la ayuda exterior de una intervención humanitaria bien justificada. Eso, tomando en cuenta que la DEA estadounidense tiene puesto precio a la cabeza de Maduro y su camarilla. Para esa agencia son los jefes de un cártel, dirigen un narcoestado. Otra orden presidencial sería liberar a todos los presos en las mazmorras del régimen ilegal bolivariano. De no cumplirse, sería otra prueba contra el ilegal Maduro y su régimen, señalado internacionalmente por capturar y torturar a quienes se le oponen y ser reclamado por la Corte Penal Internacional por delitos de lesa humanidad.
También uno piensa en que establecer un gobierno sin recursos financieros no parece fácil. Pero, ¿y si al constituirse surgen las ayudas económicas? Los fondos embargados a la dictadura están ahí para ayudar a levantar a Venezuela. ‘Toda ayuda será necesaria y bien recibida’ han comentado EGU y María Corina Machado. Pues se podría empezar por esos dineros sustraídos por Maduro y su banda al pueblo. Que vuelvan y ayuden a acabar con la ruina que ha dejado la dictadura.
El fraude consumado por Maduro al auto investirse, violando su propia Constitución, tiene el suficiente peso en su contra para justificar que se le ponga enfrente el gobierno constitucionalmente válido, el representado por el presidente electo EGU. No parece conveniente dejar más tiempo que el dictador Maduro siga ejerciendo fungiendo como un presidente que no es, ignorando el mandato de los votos. Ya se ve que estos mafiosos ni les importa la legalidad ni la van a respetar.
Esta tesis, que puede parecer una utopía utópica, es una opción a considerar por la cúpula de EGU y MCM, sin menoscabar el plan en desarrollo que ellos estén desarrollando tras el 10 de enero. Marcar los tiempos en política es la estrategia que recomiendan todos los expertos. El que va un paso por delante lleva la ventaja. Hasta ahora los representantes legales del pueblo venezolano lo han estado. El ejemplo supremo fue tener y mostrar las actas probatorias de que EGU le había sacado cuatro millones de votos de diferencia al dictador Maduro. Seguir un paso por delante del régimen es indispensable. Es conveniente tener en la cabecera al ‘maestro Sun’, ese viejo estratega del siglo V a.C. Es hora, tal vez, de dejar de llamar a EGU presidente electo, para nombrarlo sencillamente presidente de la república de Venezuela.
Carlos Pérez-Ariza es doctor en Periodismo por la Universidad de Málaga.
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