Los cambios que ha experimentado el mundo han tenido que ver directamente con sus dos guerras mundiales: la primera logró eliminar al Imperio Astro-Húngaro y trajo consigo la aparición de naciones que antes pertenecían o estaban cobijados bajo ese imperio o el Imperio Otomano que también desapareció con ese gran evento.
La Segunda Guerra Mundial, por su parte, trajo como consecuencia la afirmación de Rusia como una superpotencia mundial y con el control de muchas naciones de Europa. Estados Unidos por su parte se convirtió en la otra potencia mundial hasta derivar en la Primera Potencia Mundial.
Ahora sin una guerra que involucre a estas potencias en un conflicto mundial, y con la China comunista buscando y esforzándose en ser una de las primeras potencias o en la primera, la situación se presenta mucho más dependiente de la credibilidad, la confianza, la tecnología sin dejar de mencionar algunas situaciones bélicas delicadas que de alguna manera involucran a las potencias mundiales, aunque más disimuladamente. Así la China comunista está detrás del conflicto ruso-ucraniano, naturalmente del lado ruso, y Estados Unidos del lado de Ucrania. Igual pudiéramos decir del conflicto Israel-Irán, donde ambas potencias están directamente tomando partido por uno y el otro bando.
Ahora, el recién electo presidente de Estados Unidos ha asomado algunas iniciativas que pudiera pensarse que el cambio mundial está en manos de uno u otro bando El impacto de Donald Trump en el mundo depende de múltiples factores, como su influencia política, económica y cultural, así como su capacidad para implementar cambios a gran escala. Trump es una figura polarizadora y su enfoque tiende a generar fuertes reacciones, tanto de apoyo como de rechazo.
Si bien ya ha tenido un impacto significativo en la política internacional, especialmente durante su anterior presidencia (2017-2021), cambiar “el mundo” en un sentido más amplio requeriría una combinación de poder, tiempo y apoyo sostenido. Actualmente, su influencia está más centrada en Estados Unidos y en ciertos movimientos políticos y populistas en otros países.
Por lo tanto, si Trump logra “cambiar al mundo” dependerá de si sus ideas y políticas ganan mayor aceptación globalmente y de cómo las fuerzas políticas y sociales respondan a su liderazgo y sus propuestas.
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