Existen muchas razones por las que haber sacado a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo fue un grave error. Una mala negociación para Estados Unidos y una puñalada en el corazón de millones de opositores a la dictadura.
- No hubo liberación sino excarcelación. No hubo amnistía ni indulto. La dictadura le mintió a Estados Unidos y al Vaticano. Los voceros del régimen se reservan el derecho a perseguir, vigilar y secuestrar una y mil veces a los recién excarcelados. La puerta giratoria sigue viva.
- Mucho a cambio de poco. Cuba no levantó la pena de muerte, no se comprometió a garantizar elecciones libres, libertad de prensa, libertad religiosa o castigo a los torturadores. No. No hubo un solo cambio estructural al modelo comunista.
- Quedó claro que secuestrar opositores es un excelente negocio para las dictaduras. El régimen tiene tarifas y ofertas especiales. Periodistas, opositores o ciudadanos americanos se cotizan alto. Es un mercado que se alimenta de la oferta y allí reside el error de la negociación.
- Se motiva a otros tiranos o terroristas a secuestrar a más ciudadanos. Dado que Cuba logró su objetivo otros países podrían hacer lo mismo. ¿Qué parte de jamás se negocia con terroristas no hemos entendido?.
- Se da legitimidad a la tiranía de Cuba. Al sacarlos de la lista de patrocinadores del terrorismo, los tiranos son blanqueados de sus crímenes y violaciones a los derechos humanos. Ahora son gobiernos democráticos y no autocracias con 66 años en el poder.
- Estados Unidos pierde credibilidad al negociar con la tiranía de Cuba. Se vende la imagen de que las denuncias de violaciones a los derechos humanos y otros crímenes son falsos y por lo tanto están sujetos a negociación y no al sumo imperio de la ley y la justicia.
- Financiamiento a la dictadura de Cuba. Con el acuerdo las élites militares de la isla seguirán reprimiendo al pueblo mientras siguen amasando grandes fortunas. Es decir, se está colaborando con el financiamiento a criminales de lesa humanidad.
- China, Rusia e Irán también salieron ganando con estos acuerdos. Las bases de espionaje y el millonario negocio de armas y tecnología militar de terceros países seguirán teniendo en Cuba una puerta de entrada.
- Es un acuerdo en detrimento de la propia seguridad de Estados Unidos. Al blanquear a la tiranía del titulo de patrocinador del terrorismo se le facilita su acceso a nuevas fuentes de recursos financieros, militares y económicos.
- Se suspende un mecanismo de presión estratégico para reformas democráticas en Cuba. Ahora ya no queda nada. Esta era la última herramienta para presionar al régimen a redireccionar su ruta hacia la senda de la libertad y la democracia.
Nadie puede estar en contra de la liberación de presos políticos. Nadie. Sin embargo, la manera en que se logró este terrible acuerdo fue el último eslabón en la cadena de malas decisiones de la administración Biden para América Latina.
Trump lo va a solucionar. Afortunadamente a partir de la próxima semana Estados Unidos tiene nuevo presidente y un extraordinario secretario de Estado. A partir de esta fecha se inauguran los peores años para las dictaduras latinoamericanas y la esperanza del retorno de la democracia. Vienen tiempos mejores.
*El autor es periodista exiliado, exembajador ante la OEA y exmiembro del Cuerpo de Paz de Noruega (FK). Es exalumno del seminario de Seguridad y Defensa del National Defense University y el curso de Liderazgo de Harvard y HarvardX.
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