“Llegó el momento crucial de la jornada. La regla principal era que todos los ejecutantes debían ser músicos expertos, tocar solo un instrumento y mantener la interpretación por más de cinco minutos, lo cual era observado por supervisores independientes que llenaban en tiempo real las planillas y monitoreaban vía drones aéreos que documentaron la evidencia audiovisual de cada instante del proceso para consignar directamente al World Record Guinness”
Por RAMÓN DE J. OSTOS D.
El 13 de noviembre de 2021, tuvo lugar la convocatoria para reunir en la ciudad de Caracas a más de 12.000 músicos del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, provenientes de los 23 estados del país y cuyas edades oscilaban entre los 12 a los 77 años, en un intento de lograr el récord Guinness para la “Orquesta más Grande del Mundo”.
En el marco de este evento sin precedentes, KPMG en Venezuela —Firma de servicios profesionales perteneciente a la red de firmas de KPMG Internacional— fue contratada para informar a la organización Guinness World Records sobre la metodología usada para el conteo de los participantes en el intento del récord mundial Guinness de la Fundación Musical Simón Bolívar —El Sistema—. Fue una gran experiencia para nuestro equipo poder formar parte de esta actividad donde se mezclaba el sentimiento de orgullo nacional, la emoción de ser testigos de este acontecimiento inédito en nuestro país y el reto profesional de ejecutar con precisión y los más altos estándares de calidad un procedimiento de gran complejidad, guiado por la integridad como principio clave para nuestra Firma y nuestra profesión.
Este proyecto requirió una preparación previa exhaustiva de todos los equipos involucrados para asegurar la correcta ejecución e intervención de los profesionales de nuestra Firma en todas las etapas: previo, durante y posterior al intento.
La preparación para una jornada sin igual
Antes del 13 de noviembre, se sostuvieron múltiples reuniones de planificación y preparación para cubrir todos los aspectos relacionados con el proceso de aseguramiento razonable. Se realizaron la revisión de los planos, las visitas al espacio y las pruebas, para anticipar y considerar las previsiones necesarias y alinear a todos los participantes involucrados, consolidando un equipo capacitado y multidisciplinario de alto nivel, para llevar adelante el proceso de aseguramiento razonable con base en los criterios establecidos en la guía del Guinness World Records.
Incorporamos especialistas en tecnología —IT Audit de KPMG— para evaluar el sistema del código de barras y los controles generales, certificaciones y temas relacionados con el acceso y la seguridad de los participantes en el intento. Se evaluó el sistema y se hicieron pruebas de repetición, para verificar que toda la información correspondiera con el registro del inventario y conteo de los brazaletes asignados a los músicos, los cuales contenían un código de barras único.
Se evaluó la participación de terceros en temas de logística, la data electrónica de la lista de los participantes, sus ubicaciones y asignaciones, así como la verificación de listados, a través de sistemas de análisis de datos, con base en un software de data analytics para validar que no existieran datos duplicados.
El día antes del intento asistimos para verificar que se cumplieran todas las condiciones del montaje en el recinto dispuesto para el intento; la organización y logística era palpable en cada uno de los participantes que se preparaba para cumplir con su rol en la gran jornada que se esperaba al día siguiente.
Un día vivido con pasión y propósito
El 13 de noviembre, el día inició muy temprano en nuestras oficinas de la Torre KPMG de Caracas. Previsiones logísticas, de transporte, movilización de equipos y criterios de seguridad y salud laboral fueron desplegados antes del amanecer para garantizar el bienestar de las colaboradoras y colaboradores. Varias horas antes de la llegada de los músicos, nuestro equipo ya estaba presente en el patio de la Academia Militar de Caracas ingresando a la carpa que serviría como centro de operaciones para KPMG y su equipo de trabajo.
Operamos bajo un esquema de división por equipos y cada parcela tenía un líder, con base en una organización en cascada, para asegurar que se ejecutaran apropiadamente las indicaciones de los líderes del proyecto.
El equipo de Auditoría se desplegó con precisión para realizar el conteo de las 12.000 sillas dispuestas para recibir a los músicos convocados y verificar la disposición del espacio y la distribución consistente con los planos aprobados antes del proyecto, así como los accesos autorizados al recinto, para garantizar que no ingresaran accesos no autorizados.
Se utilizaron 25 máquinas lectoras previamente evaluadas y se registró que el primer músico ingresó al recinto a las 10:06 am. A las 4:00 pm se procedió al cierre de los accesos, se descargó el archivo de registro y se corroboró que ingresaron 8.776 músicos. Una vez cerrada la entrada, no entró ni salió ninguna persona de las instalaciones dispuestas para el intento de récord.
En todo este proceso, operamos articuladamente como una sola Firma, uniendo el esfuerzo de socias, socios, directoras, gerentes y miembros del staff para garantizar el éxito del servicio prestado.
Una Firma que rompe récords
Llegó el momento crucial de la jornada. La regla principal era que todos los ejecutantes debían ser músicos expertos, tocar solo un instrumento y mantener la interpretación por más de cinco minutos, lo cual era observado por supervisores independientes que llenaban en tiempo real las planillas y monitoreaban vía drones aéreos que documentaron la evidencia audiovisual de cada instante del proceso para consignar directamente al World Record Guinness.
Más de 70 miembros del equipo de Auditoría de KPMG acordonaron y cerraron el perímetro de entrada y salida del recinto, con base en la metodología establecida por la organización de World Record Guinness. Cada uno se encargó de realizar un conteo detallado de diferentes cuadrantes compuestos por 280 sillas, para así asegurar la legalidad e integridad del registro mundial.
Alrededor de las 5 de la tarde del 13 de noviembre, los miles de músicos reunidos en el Patio de Honor de la Academia Militar de Caracas se disponían a ejecutar el repertorio que había sido preparado para el evento.
El maestro Ascanio levantó la batuta y un silencio envolvente cargado de expectativas se impuso en el recinto. Instantes después, la música comenzó con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar en primera fila. Los jóvenes músicos, vestidos con camisas blancas, tocaban siguiendo las instrucciones de Ascanio, a quien visualizaban a través de las pantallas dispuestas en el escenario.
La Marcha Eslava, compuesta en 1876 por Piotr Ilich Tchaikovski, fue la pieza principal, bajo la cual los venezolanos aspiraríamos al récord. Durante los 12 minutos que dura la pieza, los auditores observaban que cada músico cumpliera las reglas para imponer el récord como, por ejemplo, que los músicos no se compartieran los instrumentos y que todos tocaran en conjunto por, al menos, cinco minutos.
De igual forma, había un supervisor independiente por cada 50 participantes, criterio que está establecido en las políticas del récord Guinness. Los supervisores llenaban las planillas con sus observaciones y tenían la responsabilidad de realizar las descalificaciones que aplicaran según los criterios establecidos.
Se incluyeron otras obras en el repertorio, como el Alma Llanera, Venezuela y el Himno Nacional Gloria al Bravo Pueblo, que sirvieron como parte del repertorio para una experiencia profesional sin precedentes, cargada de orgullo nacional.
Una vez concluida la ejecución musical, los supervisores de la Firma fueron dispuestos para recoger cada una de las actas completadas por supervisores independientes, las cuales debían transmitirse al equipo de World Record Guinness en México dentro de los diez minutos posteriores a la culminación. Esto implicaba un gran reto para actuar con agilidad y precisión milimétrica en la digitalización de las actas para cumplir con el plazo establecido.
Tras la revisión por parte de KPMG, se logró registrar que un total de 8.573 músicos tocaron al mismo tiempo y se descalificaron a 203 participantes según el conteo de los supervisores independientes que se recolectó en las planillas numeradas.
Los anhelados resultados
El 21 de noviembre de 2021, la organización internacional Guinness World Records comunicó a Venezuela y al mundo que el récord fue conseguido, desplazando a Rusia, país que se había impuesto con el récord en 2019. Esta hazaña, que se logró gracias al compromiso y entrega de miles de personas, significó un gran orgullo para el país, El Sistema, y para KPMG en Venezuela, quienes tuvieron la oportunidad de vivir de primera mano este suceso histórico y aportar al proceso de aseguramiento para certificar la legitimidad de los resultados informados.
Fue un evento impresionante que demostró el talento y la dedicación de los músicos venezolanos, así como la capacidad de organización y calidad de nuestra auditoría en Venezuela, estando a la altura de un evento de esta magnitud.
Venezuela se hizo acreedora de un récord Guinness que se anexa a un listado de récords alcanzados por el país; y KPMG, vivió con pasión y propósito este logro, en cuyo proceso se tuvo la oportunidad de aportar y mantener los más altos estándares de calidad, rigurosidad, integridad e independencia profesional que exige la profesión.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional