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Gaviotas combatiendo con la luna

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Días decembrinos llenos de risas, hallacas, compartir y toda clase de meditaciones, unas absurdas y otras profundas que incitan a procurar comprender, y dar sentido a aquello que ocurre en los cielos mientras no estamos mirando. Entonces, se me permitió levantar la mirada para divisar una danza muy interesante entre gaviotas que sobrevolaban como rodeado a la luna creciente. El momento se visualizaba como unificando ambas dimensiones: el espacio que contiene al astro de apariencia creciente, y los cielos de corrientes de aire que sostienen los vuelos de gaviotas deseosas por cardumen.

El gesto de tomar una bocanada de aire profundamente hizo posible ser testigo de cómo dos dimensiones se unifican con prontitud y prestancia para dar un mensaje oportuno y certero. En medio de la circunstancia recordé una hermosa bendición que dice: “que los bueyes arrastren cargas pesadas, que no haya brechas ni salidas, ni gritos de angustia en nuestras calles” Salmo144:14. Al recordar esto pensaba qué interesante bendición en temporadas de consumismo como son las navidades. Si alcanzamos a ver lo anteriormente expuesto ya somos muy bendecidos. Es decir, si hay gente soportando las cargas pesadas, si no hay rupturas que nos separen, si no hay salidas por donde la bendición se escape o sea diluida, y la angustia no se apodera de nuestras calles, somos muy bendecidos y probablemente tenemos más de lo que merecemos.

En conciencia de lo expresado, aunque no pareciera tener una relación a priori, estoy convencida de que hay una generación que como gaviotas combate con la luna, porque, aunque gravita en una dimensión, enfrenta los conflictos de otra, y por fracciones de segundos parecen adimensionales en su existir. Así mismo, hay quien carga grandes pesos y zurce brechas profundas entre corazones, consolando a quienes lloran y cerrando las puertas traseras por donde escapa la bendición, cada cual ejerciendo una función que desconoce a profundidad y jugando a ser adimensional.

Entre tantos pensamientos se irgue una oración por aquellos que decidimos amar: que alcancen plenitud mientras se convierten en gaviotas que combaten con la luna. Que sus corazones vuelen tan alto y lejos como su vista les permita enfocar, que rebocen en gracia y favor para que puedan recibir y contener más, convirtiéndose en gente fiel, a quienes se les pueda confiar una verdad. En tal sentido, deseo para Navidad ser una gaviota más combatiendo con la luna.

@alelinssey20

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