Otro preso político ha muerto en Tocuyito, una de las cárceles que Nicolás Maduro ordenó afinar para encerrar a quienes manifestaron contra los aún cuestionados resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio. Se trata de Osgual González, de 43 años de edad, quien recibió atención médica tardía luego de presentar síntomas que, según el Observatorio Venezolano de Prisiones, apuntaban a una hepatitis.
González, explicó la ONG, fue detenido junto a su hijo de 19 años el primero de agosto en el contexto de las protestas poselectorales. A ambos los llevaron al Internado Judicial de Tocuyito, en Carabobo, donde aquel comenzó a tener síntomas de depresión y un fuerte dolor abdominal por el que fue hospitalizado. En el penal indicaron que tenía un cólico nefrítico, pero al parecer era hepatitis.
“Esta es la segunda muerte que se registra en la cárcel de Tocuyito de un detenido en el contexto de las manifestaciones poselectorales en menos de 72 horas”, denunció el Observatorio Venezolano de Prisiones.
“Ya suman tres fallecidos de personas privadas de libertad tras las elecciones entre noviembre y diciembre. El primero fue Jesús Manuel Martínez Medina, en Anzoátegui”, añadió.
Hace cinco días, el diario El Carabobeño publicó un reportaje en el que subrayó que a González se le negó el acceso a atención médica especializada. El hombre, señaló el rotativo, tenía síntomas como piel amarilla, labios morados, abdomen inflamado y fuertes dolores “Siento algo adentro que me ahoga, que no me deja respirar bien, como si tuviera los órganos inflamados”, le dijo a su familia. Sus seres queridos pidieron a las autoridades que fuera trasladado a un lugar donde pudieran realizarle un eco abdominal.
“Lo que le habían dado toda la noche (cuando empezó el malestar) fueron pastillas para el dolor y eso lo puso peor. Yo fui, le compre las cosas y se las pasé. Después me dijeron que seguía con el dolor. Le compré otras cosas. Supuestamente seguía mal, ¡no puede ser un cólico!”, cuestionó un familiar en declaraciones a El Carabobeño.
El preso político, hasta la fecha de publicación del artículo, estuvo al menos nueve días hospitalizado y los síntomas, de acuerdo con los familiares, no apuntaban al diagnóstico dado en el penal, por lo que pidieron hablar con el director del recinto sin éxito.
La noticia de la muerte de González se conoce un día después de que fuera sepultado Jesús Rafael Álvarez, quien murió bajo custodia del Estado en Tocuyito. El entierro se realizó bajo la supervisión de funcionarios del Estado y estuvo presente su hijo Jesús Alejandro Álvarez.
Sin embargo, la ceremonia estuvo marcada por la ausencia de dos de sus hijas, menores de 7 y 17 años de edad, quienes no pudieron despedirse de su padre.
La esposa de Álvarez, Anny Noemí Suárez de Álvarez, tampoco pudo asistir, ya que se encuentra detenida desde el 2 de agosto en el Destacamento 625 de la Guardia Nacional Bolivariana, en Puerto Ordaz.
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