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Análisis de entorno: Cuando el terror tampoco les funciona

Aunque el miedo y la represión siguen siendo elementos presentes en la sociedad venezolana, hay un creciente sector de la población que está perdiendo el temor a manifestarse y desafiar al gobierno de Maduro
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La población venezolana ha experimentado cambios significativos en los últimos años con respecto al gobierno de Nicolás Maduro, y varios indicadores sugieren que una parte de la población le ha perdido el miedo al régimen, y el resto, por efecto cascada, también se lo va perdiendo. El “rey desnudo” ya no infunde miedo sino rechazo.

Los principales indicadores de esa situación son las protestas masivas que han aumentado en la frecuencia y magnitud, así como manifestaciones en todo el país, aún a pesar del terror que tratan de infundir divulgando el tipo de torturas y liberando presos en forma selectiva para que cuenten el horror y desalienten futuras protestas. Ciudadanos de diferentes sectores han salido a las calles, y organizado gigantescos cacerolazos en barrios populares para expresar su descontento con la situación económica, social y política, lo cual refleja una disminución del miedo a represalias.

El otro elemento clave es el surgimiento de un movimiento político y social en la oposición, que, a diferencia del pasado no ha podido ser quebrado, pese a todos los intentos de repetir la vieja estrategia de comprar voluntades, tal como el movimiento de los alacranes en la Asamblea Nacional del 2020, cuyos “opositores” perdieron fuerza y capacidad de maniobra y aún no han logrado ni asustar ni dividir a la oposición, como tristemente hicieron en el pasado.

Y ya todos saben quiénes son, y el miedo se les ha vuelto en contra porque ya no salen públicamente a hacer declaraciones que confundan, y se limitan a votar leyes y proclamas que los están convirtiendo en lo que se conoce como colaboracionistas que entran, con nombre y apellido de ellos, de sus familiares y relacionados, en la lista de los 2.000 sancionados accesorios, que deberán responsabilizarse por lo que hicieron y por lo que alentaron para que otros hagan.

Hay reportes de acciones directas en contra de las fuerzas de seguridad del Estado, como resistencia activa contra detenciones, lo que indica que algunos sectores de la población desafían a las autoridades y están dispuestos a enfrentar al régimen.

La pérdida del temor se fue notando desde el año pasado, 2023, con la participación electoral en las primarias, y luego con las elecciones del 28 de julio de 2024. En esta última elección inventaron cifras inexistentes, pero trataron de inventárselas a los que estuvieron en las mesas, y donde en ningún centro, en ningún municipio y en ningún estado, ganó Maduro… y ellos, los militares del Plan República, y los testigos del chavismo lo saben.

Pero claro, esa elección fue la gota que colmó el vaso porque ya en diciembre de 2023, inventaron los números de participación en la consulta sobre el Esequibo, que fue muy pobre: no llegaron a los 3 millones de votos, pero declararon 10 millones. Y eso los desgasta, y les hace perder respeto y credibilidad entre su gente… por eso es que cuanto más terror tratan de infundir, reciben reacciones más fuertes y los repudian más.

Perdieron la condición de partido político y se transformaron en una fuerza de ocupación que se trata de sostener en el poder, cuando ya lo perdieron… así aún no se hayan dado cuenta. Porque no hay que perder de vista que la continua fuga de ciudadanos, que buscan mejores condiciones de vida en el extranjero, también muestra un agotamiento en la aceptación del gobierno de Maduro.

El otro campo de batalla está en las redes sociales que han permitido a los ciudadanos expresar su descontento de manera más abierta. El uso de plataformas digitales para criticar al gobierno se ha incrementado, a pesar de la censura y los controles digitales, así como el extremo ridículo del decomiso de celulares buscando grupos de WhatsApp que los pudiera incriminar, indicando, también por estas vía una disminución del miedo a ser reprimidos.

Porque la reacción ante la ofensiva del terror, lejos de desconectar a las comunidades, se han formado grupos de activismo y redes de apoyo en los barrios para enfrentar la crisis, lo que muestra que los ciudadanos están dispuestos a organizarse para resistir, incorporando cada vez más gente a esa resistencia; incluso gente que el 28 de julio había votado por el chavismo. Bueno… esos ya no están de su lado, y se sumaron a la resistencia opositora.

Aunque el miedo y la represión siguen siendo elementos presentes en la sociedad venezolana, hay un creciente sector de la población que está perdiendo el temor a manifestarse y desafiar al gobierno de Maduro. Esto refleja un cambio en la dinámica social y política que está teniendo repercusiones en el futuro del país.

Como dice el izquierdista Petro, presidente de Colombia, “el pueblo venezolano ya se cansó del chavismo”, y los amigos del exterior que les quedaban, también se cansaron, porque se convirtieron en una molestia tóxica.

Pese a lo anterior y a la contundencia del desplome de la revolución bolivariana, aún hay fantasiosos que sueñan con una negociación entre Maduro y Trump, sin darse cuenta que casi toda la cúpula del gobierno que viene, proviene de Florida, y que los conoce muy bien… y por supuesto no les creen ni lo que respiran. Además, que el petróleo y los deportados, no tienen una verdadera incidencia en la toma de decisiones, porque son irrelevantes.

Porque esta vez es diferente a los casos anteriores cuando ya se anticipaba que la oposición no estaba en condiciones de reemplazar al gobierno, porque esta vez, no solo sí está en condiciones, sino que el 10 de enero debería reemplazarlo… y si no lo hace, porque aplican la fuerza, entonces será el chavismo el que le dé el golpe de Estado a la oposición.

Porque la “legalidad” en la que se apoya Maduro, con su propia institucionalidad del CNE y el TSJ, se ha convertido en írrita y pasible de nulidad.

Porque a estas alturas, ya parece hasta natural que Maduro se vaya, y es difícil pensar cómo sería si se quedara, porque el país está destruido y se destruye cada día un poco más.

Para tener una clara comprensión de lo que significa haber perdido el miedo, hay que estar claros que entre las brutalidades que cometió el chavismo después del 28 de julio, se cuentan:

  • detenciones masivas: hubo una gran cantidad de arrestos arbitrarios después de las elecciones del 28 de julio, con 1.010 detenciones contabilizadas solo en una semana por Foro Penal;
  • operación Tun Tun: el oficialismo ha bautizado esta campaña de detenciones como la operación Tun Tun, aunque se considera una escalada represiva;
  • detenciones arbitrarias: familiares y organizaciones locales e internacionales califican estas detenciones como arbitrarias;
  • miedo en la población: el clima de miedo es muy intenso, llevando a que muchas personas no publiquen en redes sociales, borren chats, no salgan de casa o se refugien en otros hogares;
  • cambios en el patrón de detenciones: se está viendo un recrudecimiento en el modo de reprimir y atacar a la población;
  • publicaciones sobre abusos: Amnistía Internacional ha denunciado tortura, detención arbitraria y abusos contra decenas de niños y niñas;
  • crecimiento exponencial: en 2017 hubo 5.051 personas arrestadas entre abril y julio, mientras que ahora se están produciendo detenciones a un ritmo mucho más alto;
  • anuncio de cárceles de máxima seguridad: Maduro ha anunciado la creación de dos cárceles de máxima seguridad;
  • denuncias por campañas de odio: el director del CICPC ha llamado a denunciar «campañas de odio físico o virtual».

O sea que la gran masa popular se ha rebelado de manera inteligente aun a pesar del clima de miedo y represión en Venezuela.

embajada de argentina en Caracas asedio

Foto: Pedro Urruchurtu Noselli vía X (@Urruchurtu).

Político

El conflicto político en la Venezuela de hoy está entre aquellos que quieren pasar la página y seguir adelante como había ocurrido en el pasado, y el resto del país que no quiere pasar la página, y quieren que se reconozca el resultado electoral y que se reconozca también que terminó un ciclo.

Porque en la medida que el chavismo se siga resistiendo a entregar, el país se sigue deteriorando. Porque el golpe mortal que recibieron con las elecciones les hace perder credibilidad externa e interna, porque las tres cúpulas que están soportando al chavismo -que son la cúpula empresarial, la cúpula política y la Asamblea Nacional y la cúpula militar- que no están apoyadas en ninguna estructura.

La cúpula empresarial no está acompañada por las bases; la cúpula política de la Asamblea Nacional tampoco está acompañada por las bases, más bien votaron en contra y hoy votarían muchos más en contra; y la cúpula militar no puede confiar en que las bases les respondan, y de eso ellos están conscientes.

Saben que no son lo suficientemente fuertes como para soportar el embate de una sociedad completa, incluyendo los familiares de los militantes de esas cúpulas, que les dicen “sigues apoyando una causa perdida y nos estás arrastrando a todos en ese despeñadero”.

No obstante que las lecturas que se hacen interna y externamente muestran que la sociedad entera está repudiando al chavismo, aparentemente el grupo que maneja esta revolución -ya sea por negación o por soberbia- lo cierto es que siguen redoblando la puesta y presionando sobre la bestialidad del terror y la aplicación de una fuerza que está yendo más allá de todo lo que uno se hubiera podido imaginar que el chavismo fuera capaz de llevar a cabo.

El caso de la embajada Argentina está generando una cantidad de aristas que son preocupantes, especialmente desde el allanamiento de la quinta la Tocuyana pegada a la embajada Argentina y separada solo por un muro en la parte de atrás, y hoy en poder de un grupo de asalto que cuando entró se encontró solamente con una señora de más de 80 años que es quien vivía allí, y hubo maltrato, hubo insultos y por supuesto el resentimiento que fue cultivado desde las alturas del chavismo a lo largo de los años, pero que hoy solo queda  activo en una minoría mercenaria que es la que lleva a cabo estas acciones de comando.

Hasta el momento nunca se había bloqueado la señal celular de la embajada por una razón alineada con la estrategia del terror que es que los asilados pudieran comentar las cosas que les estaban pasando, desde los cortes de luz, la falta de agua, el tema de los alimentos y ese tipo de cosas, pero ahora que tienen bajo control la quinta vecina, si llegaran a bloquear la señal celular podrían perfectamente entrar por atrás y llevarse a los asilados sin que nadie se diera cuenta hasta por varios días.

Y esto es así porque la calle que sube desde Las Mercedes y pasa primero por la embajada rusa y después por la de Argentina, está cortada en la parte de abajo y está cortada en la entrada hacia Valle Arriba, por lo que la prensa no puede pasar, y las únicas fotografías y documentos testimoniales de lo que estaba pasando son las que los asilados podían sacar desde adentro.

Pero sí como les decía les cortan la señal celular se entraría en un silencio preocupante del que hay que estar atentos y que solamente la intervención activa el resto de los diplomáticos de países serios (con la excepción hecha del embajador de Portugal que ya se pronunció favorable a que continúe la barbarie usando la palabra de los cómplices que fue «equidistancia») que pudieran enviar invitados a la embajada para que sean testigos presenciales y puedan cuidar la integridad de los asilados.

El chavismo está actuando en modo defensivo desde el 28 de julio pasado perdiendo cada vez más espacio y sintiéndose arrinconado debido a lo cual se convierte en una figura de alta peligrosidad dándole un sentido cada vez más siniestro al concepto que los movió, de retener el poder «a cualquier costo».

Social

El cambio generacional es el marcador crítico de la nueva Venezuela…. gente que no conoció a Chávez y que solo puede ver el desastre de país que les están entregando… y no les gusta lo que ven. Y es debido a que las nuevas generaciones son las que aspiran a un futuro mejor, que el gobierno arremetió contra los jóvenes porque ya saben que allí, en esa nueva generación, está el germen del cambio.

Y lo que siguen sin entender es que la represión en Venezuela está teniendo efectos significativos en la voluntad de cambio buscando algo que el chavismo ya no es capaz de darles -lo intentaron durante 25 años y destruyeron el país- que es el bienestar económico y social al que aspira la población.

Porque la represión ha exacerbado una crisis humanitaria devastadora, afectando a toda la región del hemisferio occidental provocando que muchos venezolanos carezcan de acceso a comida y medicamentos básicos con consecuencias graves para la salud de los venezolanos, especialmente en áreas como el acceso a medicamentos y atención médica.

Sin olvidar que más de 8 millones de venezolanos han huido del país en busca de una vida mejor, lo que ha creado presiones en los países vecinos. Hoy siguen saliendo en un goteo de 1.500 venezolanos por día, y que si se complica la toma de posesión del 10 de enero -que es casi seguro que se complicará- se espera que salgan masivamente unos 3 millones adicionales. Porque la represión ha profundizado la pobreza, y esos jóvenes que quieren vivir mejor, al ver impedido su futuro en Venezuela, seguirán buscando emigrar.

Y no hay que perder de vista que parte de la estrategia represiva del gobierno tiene como finalidad que se vayan, porque, como les decía más arriba, en esa juventud está el germen del cambio. Bueno… el hecho de que intenten quedarse “a cualquier costo” no les asegura que lo conseguirán… más bien todo lo contrario, todo indica que su salida ya no tiene vuelta atrás.

Los otros impactos de la represión pasan por el debilitamiento de las últimas instituciones democráticas que quedan en el país, lo que dificulta cualquier intento de cambio pacífico; y por el aislamiento económico y político, lo que ha empeorado aún más su situación económica.

Por lo que la represión se ha manifestado en el bienestar económico y social de la población, con efectos profundamente negativos, exacerbando una crisis humanitaria que afecta no solo a los venezolanos dentro del país, sino también a comunidades receptoras en otros países de la región.

Económico

Parece difícil de creer que viviendo la situación diaria del país en su infraestructura, en sus recursos humanos, en sus recursos tecnológicos y hasta en el ánimo, autoestima y voluntad de progreso de la población, pueda justificarse que alguien haya dicho que este año vamos a crecer 8,6% y que otros digan que vamos a crecer a 3% o hasta hablar de números con decimales como 3,2%.

Realmente con las limitaciones de acceso a la información y a la opacidad con la que tradicionalmente se ha manejado el chavismo, todo lo que manejamos son aproximaciones estadísticas, y son encuestas con la carga de subjetividad de expectativas, de temores y de experiencias pasadas, que tienen las respuestas.

Lo único que uno puede afirmar con seguridad es que es imposible que nosotros vayamos a crecer en forma neta, como no sea por algún tipo de artificio numérico-contable que venga dado por los ingresos petroleros que en realidad sirven principalmente para alimentar la corrupción, y después, si sobra, para distorsionar la economía en su totalidad aplicando unos torniquetes -que yo llamo “efecto del resorte apretado”- sobre el tipo de cambio y la inflación, que de ninguna manera son representativos de la situación económica catastrófica que vive el país.

Porque si tuviéramos que basarnos en el componente social con 90% de pobreza parece muy difícil que el resultado neto sea de crecimiento; de hecho, para un país de 900.000 km cuadrados y 26 millones de habitantes, que podamos tener un M2 per cápita inferior a los 30 dólares y un PBI per cápita inferior a los 1.500 dólares, ya indica que cualquier porcentaje que se vaya a aplicar sobre cifras tan disminuidas, no va a reflejar la realidad de un país que está en un tobogán de aceleración en su caída.

Porque la realidad es que lo que llamamos economía, está basado en lo comercial transaccional y casi siempre de última milla, con una profundidad industrial productiva o agroindustrial muy limitada, con una capacidad gigantesca de plantas sin utilizar. Lo cual nos dice que tenemos un presente dramático, pero un futuro alentador, pero solo si se cambia el modelo.

Lo que sí debe quedar claro, económicamente hablando, es que el gobierno se está quedando sin fuentes de financiamiento, porque si bien el petróleo ha producido unos ingresos que sirvieron principalmente para alimentar a la corrupción, pero también para sostener un par de variables marcadoras, pero que su fuente de financiamiento va a venir cada vez más de la presión sobre los activos privados, ya sea vía los bonos de cobertura, los impuestos y tasas, y -atentos a esto- prepararse para que queden acorralados los dólares que de una u otra manera están custodiados en la banca, pero son propiedad de las empresas privadas.

Esa retracción de la capacidad de financiamiento del Estado, y siempre debido al perfil económico rentista que ha caracterizado a nuestra economía y que debe ser de las primeras cosas que haya que cambiar, ya se está reflejando en la recesión y la fuerte retracción de cualquier tipo de inversión, ya sea la relacionada con la utilización de las plantas, ya sea la inversión nacional o extranjera directas.

Porque, en definitiva, la Venezuela de hoy, en la que el Estado está pasando por su momento más crítico en los últimos 25 años, no tiene salida como no sea respetando la voluntad popular que nos lleve a que el nuevo gobierno de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado pueda abrir los mercados para buscar la reactivación económica y principalmente para atender los gravísimos problemas sociales.

Cuando se pone foco en la estructura del gabinete que está armando el presidente Trump, se notará una gran influencia de Florida, que es un estado con una presencia muy fuerte de latinos cubanos y venezolanos, con un poder de influencia y con un aprendizaje que hacen que no vayan a repetir los errores del pasado, principalmente en lo referido a promesas, compromisos y acuerdos, que en el pasado el chavismo no cumplió y que esta vez, según palabras del futuro secretario de Estado Marco Rubio «la única negociación posible es la de la manera en la que Maduro abandonará el poder».

Esto último relacionado con la imposición de sanciones que es el escenario de mayor probabilidad de ocurrencia, mezclado con la ley Bolívar, que prácticamente le quitará al poder ejecutivo norteamericano la posibilidad de alivianar sanciones porque estarán en el marco de una ley; pero todo hace pensar que la voluntad política del nuevo gobierno norteamericano está lejos de alivianar sanciones y mucho más cerca de profundizarlas, y de buscar distintos caminos (incluyendo el tema militar) para desplazar al gobierno chavista y reemplazarlo por un gobierno legítimo y que sea capaz de cumplir con los compromisos que permitan que la inversión extranjera ingrese al país en lo que en artículos anteriores he dominado un Plan Marshall para Venezuela.

Milei y Maduro protagonizan una nueva polémica

Foto EFE/ Archivo

Internacional

El impacto del socialismo y la izquierda en los diferentes países de Latinoamérica ha sido objeto de debate y análisis intenso, donde el neto de los argumentos y ejemplos conducen a los efectos negativos del socialismo.

En varias naciones que han adoptado políticas socialistas, se han experimentado crisis económicas significativas, como es el caso de Venezuela, bajo el liderazgo de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, con un modelo socialista que llevó al país a la hiperinflación, escasez de productos básicos y un colapso económico generalizado.

Complementado con la restricción de las libertades políticas y civiles. En Cuba, por ejemplo, la falta de elecciones libres y la represión de la disidencia son citadas como consecuencias de un gobierno socialista autoritario.

La nacionalización de industrias en países como Chile bajo Salvador Allende resultó en una disminución de la inversión extranjera y, a menudo, en una mayor tasa de desempleo y disminución de la productividad, con el impacto sobre el aumento de la pobreza y profundización de las características críticas del concepto de pobres.

Un claro ejemplo es el desabastecimiento de productos básicos en economías con políticas socialistas extremas, como los alimentos y medicinas en Venezuela, lo que ha llevado a una crisis humanitaria.

Los sistemas socialistas a menudo provocan una fuga de talentos y una migración masiva. Muchos ciudadanos han abandonado países como Venezuela y Cuba en busca de mejores oportunidades en otras naciones.

Hay involucrado un tema continuo y consistente relacionado con la ineficiencia económica, relacionado a su vez con la incompetencia en el gerenciamiento de la cosa pública, y la corrupción abierta, resultante del sentido de soberbia e impunidad que terminan desarrollando. Claro que el caso de Venezuela con lo que pasó con Pdvsa, muestran que cuando alguien trata de superar al que tiene jerárquicamente por encima en la revolución, entonces los bajan a tierra de un solo golpe, y pasan del poder omnímodo, al traje naranja y las cadenas en muñecas y tobillos.

Si pensáramos en términos de modelos, como fue el caso de la URSS, los críticos argumentan que la planificación centralizada, característica de muchos sistemas socialistas, lleva a ineficiencias económicas. La falta de competencia puede resultar en la baja calidad de los productos y servicios.

Es importante considerar que el impacto de las políticas económicas puede variar ampliamente según el contexto, y muchas naciones han implementado diversas formas de socialismo con experiencias diferentes, pero todas, en nuestra región, resultaron indefectiblemente malas… casi quebrando a los países donde aplicó.

Como es el triste caso de Venezuela, o hubiera sido el caso de Argentina si no hubiera surgido mayoritariamente de los votos, Javier Milei. Similar al caso venezolano donde también surgió mayoritariamente de las urnas el gobierno de Edmundo González Urrutia. La diferencia está en que las instituciones argentinas fueron más resistentes que las venezolanas…

Enfocándolo ahora país por país, el socialismo ha tenido diferentes resultados en varios países de América Latina, algunos de los cuales se consideran fracasos notables, con los daños que se han asociado con esos fracasos:

  1. Venezuela:
    • Daños: bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el país experimentó una severa crisis económica, con hiperinflación, escasez de alimentos y medicamentos. La producción de petróleo, fundamental para la economía venezolana, cayó drásticamente. Millones de ciudadanos han huido del país, creando una crisis humanitaria. Aún sigue, pero está en fase terminal.
  2. Cuba:
    • Daños: desde la revolución de 1959, Cuba ha seguido un modelo socialista que ha llevado a un estancamiento económico. A pesar de desarrollos cuestionables en educación y salud, el país enfrenta restricciones severas a las libertades individuales, escasez de bienes básicos y un sistema económico ineficiente. Aún sigue, pero por el poco riesgo que significa, no se espera que cambie pronto.
  3. Chile (bajo Salvador Allende, 1970-1973):
    • Daños: aunque Allende fue elegido democráticamente, su gobierno implementó políticas socialistas que incluyeron la nacionalización de industrias. Esto resultó en una crisis económica marcada por inflación, desabastecimiento y polarización social, que culminó en un golpe de Estado en 1973.
  4. Nicaragua (revolución sandinista 1979-1990):
    • Daños: aunque la revolución sandinista buscó implementar políticas socialistas y redistributivas, la economía sufrió debido a la guerra civil, la inflación y el embargo de Estados Unidos. La inestabilidad política y económica persistió, lo que llevó a una erosión de la confianza en el gobierno. Hoy están más radicales que nunca, pero por bajo nivel de riesgo geopolítico que significan, lo más probable es que continúe avanzando.
  5. Bolivia (bajo Evo Morales):
    • Daños: algunos analistas afirman que, a pesar de ciertos logros económicos, las políticas de nacionalización y la gestión estatal llevaron a tensiones sociales, conflictos y dependencia económica de las exportaciones de recursos naturales, lo que ha generado problemas de sostenibilidad a largo plazo.
  6. Argentina (varios períodos, en especial en los 2000 y 2010):
    • Daños: a través de políticas populistas y socialistas, Argentina enfrentó graves crisis económicas, como la crisis de 2001, que llevó a un colapso económico. Las políticas de intervención estatal y gasto público elevado resultaron en inflación crónica y desconfianza en la economía. Con el gobierno de Macri primero y de Milei después, se logró rescatar el país, debido principalmente a que la gente se cansó de tantos fracasos.

Es importante señalar que el fracaso de estas políticas puede asociarse a varios factores, incluidos la corrupción rampante, errores de gestión, condiciones internas y externas, y el contexto histórico. Si bien cada país tiene su propia experiencia, es esencial darse cuenta de que, en América Latina, no ha habido ni un solo caso de éxito, sino todo lo contrario, corrupción e incompetencia, utilizando la teoría socialista y la democracia como una fachada para cometer desmanes.

Recomendación

  • Al gobierno: que encare un proceso de reformas estructurales negociadas con el futuro gobierno, de forma tal de suavizar la transición para que se haga en paz y se eviten males mayores, y molestias al ya cansado pueblo de Venezuela, que no ha parado de pasarla mal en los últimos años.
  • A la dirigencia opositora: que continúe trabajando con la comunidad internacional en general, pero con EE UU en particular, para asegurarse que tomen medidas concretas para ayudar a suavizar la transición. También deben trabajar en la arquitectura institucional que debe reemplazar a las instituciones actuales que ya demostraron que no son instituciones venezolanas, sino que son apéndices del chavismo, y que trabajan solo para ellos.
  • A la dirigencia empresarial: que tomen consciencia de la debacle económica que se viene y que no podrán atravesarla juntos si no están todos en la misma página. Porque es diferente que la dirigencia crea que apoyando al gobierno y aceptando la barbarie, les va a ir bien, que si reconocen que el problema son los chavistas y su manera de hacer las cosas que terminaron hundiendo al país, y proceden en consecuencia. Siempre es bueno una carta al gobierno haciéndoles ver que si siguen por ese camino ya no podrán seguir acompañándolo.

 

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