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Olor a muerte

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Un olor grato es indiscutiblemente bueno entre quienes se aproximan a la redonda de una ubicación, pero un olor a muerte es repulsivo, penetrante y predecible aun a gran distancia ya que las aves carroñeras sobrevuelan los cuerpos fétidos como anunciando pudrición. Desde lejos resulta perceptible en ambos sentidos la vista y el olfato, cuanto más cerca te encuentres de la materia en descomposición más seguridad de su estado tienes. Esta semana medito en el contenido de un verso interesante que asegura olor grato entre quienes se salvan por fe, y olor pútrido a quienes se pierden. 

Cavilaba y mi corazón clamaba por estar en el primer grupo descrito por la fe, ya que potencial para salvarse nadie tiene, solo con un corazón sencillo, reverente y confeso se podrá presentar cada cual frente al Padre para justificación del alma; porque todo espíritu le pertenece a Dios y por su hálito fue entregado, así que a Él siempre volverá la vida. Pensaba como un grupo puede ser tan repulsivo a otro, y como eso implica una brecha enorme entre los corazones que podrían estar ligados por otras razones, pero que finalmente los aromas les diferenciarán.

En una constante búsqueda de contextualizar pensaba en que la muerte en sí misma implica la descomposición de un cuerpo corruptible y comprendí aquella recomendación del apóstol que decía: “es necesario que este cuerpo corruptible se vista de incorruptibilidad y lo mortal de inmortalidad”. La única forma de alcanzar tal estado es por medio de Aquel que es incorruptible e inmortal, al cual si nos acercamos confiadamente alcanzaremos ser revestidos de su gracia y aroma mientras es erradicada toda proclividad a senescencia.

Con el alma concentrada en un clamor difuso, que no es más que aquellas oraciones que no atinas hacer con palabras, en las cuales parecen que el corazón es quien habla amalgamado entre lágrimas, suspiros sollozantes y pensamientos desordenados por el peso de la petición. Justo allí, en momentos así, las fragancias del espíritu embeben todo lo vivo a su paso, arropan al palpitador con sueño reparador, sanan la mente con consejos eternos y reposan los placeres con paz.   

@alelinssey20

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