La dictadura está acorralada y con miedo, internamente por el repudio popular, internacionalmente por el desconocimiento de Maduro como triunfador en elecciones del 28 de julio y reconocimiento de Edmundo González como victorioso. Además, está el expediente contra la cúpula cívico-militar en la Corte Penal Internacional, y la iniciativa argentina amparada por el principio de Justicia Universal. Por otra parte, existe oferta de recompensa atractiva por los cabecillas de la pandilla cívico-militar gobernante.
En su desesperación ha impulsado la represión autorizando a los cuerpos represivos para actuar libremente y obtener los bienes privados de los ciudadanos. Con la aprehensión masiva en las protestas democráticas de: niños, discapacitados, adolescentes, mujeres y líderes de la comunidad, infundió terror. Esto trajo como consecuencia que los cuerpos represivos detienen a cualquier ciudadano y para dejarlo libre debe pagar rescate solicitándolo a sus familiares o entregar el dinero que tiene encima. Esta estrategia de la pandilla está destinada a motivar a los miembros de los cuerpos policiales y represivos a reprimir y someter a la ciudadanía. Así que la pandilla cívico-militar entiende que lo esencial no es gobernar bien y satisfacer el interés general, sino que de alguna forma debe pagar a sus custodios.
La pandilla gobernante transita por una fuerte reducción del ingreso nacional y cada vez es menor lo que puede dar a sus seguidores. El pueblo percibe que la olla la raspó l tiranía, sufren el peor gobierno de la historia, servicios básicos inservibles, escasez, salarios de hambre e inflación. La pandilla conociendo esto se dio a la tarea de dar bonos a doquier e imprimir dinero inorgánico, lo que causa devaluación e inflación, causando mayor pesar al pueblo. Trata de comprar lealtades. Más, ahora, que se saben acorralados y sienten que el pueblo ya no los acompañará más por su corrupción, su ineficiencia y sus políticas antisociales.
Los acólitos de la pandilla en estos momentos viven la mengua de sus beneficios y ponderan lo expectativas de recibir en el futuro saltando la talanquera. La cúpula de la pandilla gobernante sabe que para mantener lealtades debería aumentar cuantiosamente los salarios de los militares, pero no está en capacidad de hacerlo, tal vez con dinero electrónico inorgánico, pero verán que es dinero devaluado. Tratar de conseguir apoyos en las masas populares no es viable porque la clase popular sabe que fue abandonada y no es posible remediar a corto plazo los profundos problemas estructurales de la economía y menos sin apoyo internacional de inversores.
El pueblo venezolano está cansado de las mentiras de la pandilla, son 25 años de promesas, en el argot popular se dice “pura paja y más paja”. En un populoso barrio de Caracas tenían una pancarta que decía “Contra la muela del gobierno votaremos por el cambio”. La experiencia de estos 25 años de sufrimiento endureció la conciencia popular y volatizó la ingenuidad de dejarse convencer con promesas políticas de redención social por una siniestra pandilla corrupta y sin sensibilidad social.
El experto en psicología social de la pandilla y sus asesores cubanos, conocen que las masas o seguidores se apartan cuando intuyen que los detentadores del poder v van a ser sustituidos. La cúpula gobernante presiente que a su alrededor se tejen planes para aliarse con quienes lucen como nuevo poder. Saben que muchos de quienes le han apoyado están nerviosos y no tienen escrúpulos para abrazarse al nuevo poder y negociar con el nuevo eje de poder. Varios militares del alto mando han enviado sus mensajes de conciliación y deseos de negociar. Tanto en medios políticos norteamericanos como en europeos se han realizado contactos. Es más, se sabe que, también, han enviado emisarios a Lula.
Maduro, Diosdado y los generales Padrino, Reverol, López, González, Marcano y Rodríguez, tienen la certeza de que militares y civiles hacen puentes para negociar y entregarlos. No tienen muy claro si Delcy realiza por sí o con anuencia de su hermano contactos negociadores, incluso Diosdado y generales sospechan que puede estar involucrada Cilia. Lo cierto es que el espionaje entre ellos se ha acentuado, recelan hasta de su propia sombra. Por la sospecha y estrategia tienen en vilo a su entorno y apresan a tal cual para demostrar que no hay familiaridad ni compromiso eterno.
MCM y Edmundo han atendido a muchos de esos puentes y oído a los comisionados políticos de los países en los cuales gente del gobierno venezolano ha manifestado su deseo de negociar y se llegue a proceso de transición. MCM y Edmundo han sustentado su disposición de entendimiento, sin menoscabo de que haya justicia, especialmente, castigo para los responsables de numerosos crímenes cometidos, dando garantía de un proceso con todas las garantías. Maduro y sus secuaces tienen las horas contadas. El final está muy próximo. Ahora con mayor fuerza sigue vigente la consigna ¡hasta el final!
Rodrigo Rivera Morales es doctor en Derecho. Miembro fundador del capítulo España. Bloque Constitucional
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