Una vez leí en un libro la siguiente frase “la casa en llamas y el monte seco”. ¿A qué se refería el autor? Bueno, hacía alusión a que existía un gran conflicto en el interior de una organización, pero fuera de ella la cosa no pintaba mejor, sino que había riesgo de que todo empeorara.
Y algo parecido está ocurriendo con el régimen venezolano y la endeble situación que está atravesando luego de pretender robarse las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Se le está quemando el rancho a Maduro, y la pelea al interior del régimen es cada vez más atroz y despiadada. No solo se trata de Pedro Tellechea sino de todo lo que lo rodea.
Acaba de concretarse la detención de Génesis Sabrina Ron Solano, exvicepresidenta de Comercio y Suministro Internacional de Pdvsa, y parte de las innumerables –y rivales– redes de corrupción que existen en el régimen socialista volvieron a quedar al descubierto.
La lucha por el dinero del Estado es mortal en el seno de los usurpadores; y no es una cosa que solo involucra a Rafael Ramírez, Tareck el Aissami, o los hermanos Rodríguez, etc; sino que es un cáncer que se expandió por todo el cuerpo del Estado y del PSUV.
Desde los concejales socialistas hasta el Palacio de Miraflores, todos están inmersos en algún tipo de hecho delictivo; pues, ellos no forman parte de una organización política sino de una estructura criminal con poder político.
Y lo que estamos observando es una pugna entre facciones delincuenciales que se pelean por los espacios o por el territorio donde seguir prolongando sus fechorías y corruptelas. Esa es la gran verdad de todo.
Es así, pues, que vemos cómo arde por los cuatro costados el rancho de Maduro.
Sin embargo, afuera de su círculo, el monte está seco y la candela se puede extender.
La situación fuera de las fronteras venezolanas no son nada favorables para Nicolás Maduro.
Ya Estados Unidos, Italia, Ecuador y muchos países más reconocen a Edmundo González como el presidente electo de Venezuela y próximo presidente constitucional a partir del 10 de enero; y desde la Cancillería peruana también se hizo un anuncio parecido.
Maduro se enfrenta a un masivo rechazo mundial; allí no tiene nada que buscar. Todo se le complica y él –en lo más profundo de su ser– lo sabe muy bien.
Es por ello que el llamado a negociar que tan sensata y generosamente ha enviado María Corina Machado debe ser oído por el régimen. Pues, en verdad no le queda más remedio, ellos están de salida y deberían acordar la transición antes del 10 de enero porque después le puede ir mucho peor.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.