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Homo Ludens

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Alguien ha dicho que la calidad de una  trama policial depende de la dimensión  y estatura del villano. Los ejemplos lo ilustran bien. Sherlock Holmes no sería quien es sin el Dr. Moriarty, Clarice Starling no tendría razón de ser sin Hannibal Lecter y, ya en el plano del comic, Superman tiene a Lex Luthor. El caso de  Batman es diferente porque el hombre murciélago se gasta una serie diversa y colorida en la cual el Guasón sobresale levemente.  Gatúbela se define por su erotismo, El Pingüino por lo grotesco de su andar y el Acertijo por su hiperkinetismo. Salvo mejor opinión el Joker ha sido el más visitado, el más colorido y flamboyant y por supuesto el más sarcástico. En la serie (1966-1968) César Romero le daba su elegancia de gay de closet, Nicholson lo arropaba en su estatura de actor prestándole el aire maligno de sus cejas y hocico. El malogrado Heath Ledger acaso compuso el mejor Joker, por el aire trágico (¿premonitorio?) que insufló al personaje. En todo caso, su peso específico le hizo ganar un espacio propio en Joker (2019) que costó 55 millones de dólares, se llevó 2 Oscar y recaudó 1 billón 78 mil y sencillo con lo cual llamaba a gritos una secuela.

Una particularidad de los reboots y spinoffs (se traduce con dificultad por relanzamientos y personajes laterales) que surgen últimamente es que desestiman el tronco o personaje principal para enfocarse en su némesis, llevando al paroxismo la afirmación inicial. Si la calidad de una buena novela o película de ribetes policiales depende del villano, hagamos del villano el protagonista. Una precaución. Joker no tiene casi nada que ver con Batman, apenas si transcurre en Ciudad Gótica y un protagonista lateral y aspiracional es el magnate Tomas Wayne  padre de Bruce. Tampoco es un delincuente, más bien es un ser patético, que carga un síndrome de risa súbita e inexplicable y padece la presencia omnímoda de la madre que sostiene haber sido amante de Thomas Wayne. La película era apasionante porque se colaba en el terrible mundo del pobre Arthur Fleck y lo contrastaba con el mundo equívoco y mediático en el cual vivimos. El Joker había dejado de ser un villano para ser una víctima.

Ahora bien, la clave de un spinoff está en la novedad ya anotada. Es preciso llamar la atención del espectador en el villano. Hay que acercar a  ese personaje que ocupa el segundo plano , el más lejano de la ecuación. Y si hacemos la secuela de un spinoff debemos redoblar la apuesta para que la novedad se mantenga. El pobre Arthur Fleck, había quedado solo y abandonado en el manicomio de Arkham después de algunos asesinatos, uno de ellos en televisión, sin más compañía que el talento de Joaquin Phoenix. La secuela cambia el formato de manera abrupta un poco con la actitud suficiente del “miren que original que soy”. Porque Folie a deux (Locura de a dos) es al menos en parte, un musical y no por casualidad la protagonista, novia de Arthur Fleck es Lady Gaga. Tal vez aquí esté el pecado original. La única novedad en la película está en ser, o intentar ser, un musical. La trama oscila entre dos estereotipos ya visitados por el cine americano. El filme de cárceles y sus intentos de fuga (ahí están todas las visitas al mito de Alcatraz, por ejemplo) y la pareja perseguida por la ley (todas las variantes de Bonnie y Clyde). Por supuesto que el film es deslumbrante pero la única particularidad del caso es que los que huyen son dos locos.

A medida que se desarrolla la película uno tiene la impresión de que el libretista y director Todd Phillips cometió el peor error que pudo haber cometido. Ha quemado todos sus cartuchos en la primera entrega y no sabe como seguir a partir de allí. Es cierto que los números musicales son ingeniosos y siguen la regla que el musical impuso en su época de gloria. Hacer que los números musicales irrumpan en medio de una acción que se quiere realista para que la ilusión se imponga de manera definitiva. Pero el espectador siente que la magia, la pasión y el patetismo de la primera película falta.

Habrá que ver que pasa con el otro colega del Guasón, El pingüino tiene su serie en HBO que luce prometedora. Hablamos cuando termine la primera temporada.

Joker 2, Folie a Deux. EE UU, 2024. Director Todd Phillips. Con Joaquin Phoenix, Lady Gaga, Brendan Gleeson.

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