Para lograr el cambio que queremos, en toda circunstancia, debemos avanzar con discernimiento hacia algo diferente a lo que nos tiene postrados como sociedad, esta vez volvernos a la interrelación con el otro, y abandonar el sistema putrefacto de relaciones clientelares que aspira siempre al mesías de ocasión y a nuevas formas de corrupción y ventajismo sustitutivo de lo anterior, pero continúa la misma dinámica de intereses subalternos que acaba en el desánimo general. Ya basta de alegar que nos metieron un caballo de Troya, lo cual significa que somos nuestros peores enemigos, al seguir compartiendo el mismo sistema de creencias, valores y relaciones. Hagamos gala de la capacidad del ser humano de siempre sorprenderse, superarse y lograr nuevas cosas.
El sistema de justicia apuntala al régimen, su objetivo es el sostenimiento del poder arbitrario, no persigue, en sus actuaciones, objetivos constitucionales. La modificación de las leyes electorales acometida por la espuria Asamblea Nacional es la supresión de derechos fundamentales, como el derecho a elegir y no simplemente a votar. El infame propósito es pulverizar cualquier indicio de elecciones competitivas, para evitar el trance que padecen a partir de los resultados derivados de las actas de las elecciones del 28 de julio.
El robo electoral demuestra fehacientemente que el Estado se disolvió, pero confirma también el poder de la gente que hizo posible la sin par victoria democrática que desconoce a la dictadura. Al final es la gente, con su poder, enfrentando al totalitarismo abierto, lo cual sugiere que no tenemos fácil las victorias jurídicas y políticas, pero el poder auténtico y formidable de la gente terminará venciendo.
No existe el CNE porque el Estado se disolvió, lo cual apunta a la insostenibilidad de un sistema perverso.
Solo la militancia democrática de la gente será capaz de desmontar al ecosistema criminal y derrotar a la caterva de bandidos que ha violado sistemáticamente los derechos fundamentales de los venezolanos. Hay que resistir, con perseverancia y viviendo en la verdad, en cualquier momento lo lograremos. Le debemos esta victoria al destino histórico de libertad que nos corresponde.
Vivimos un momento constituyente, no hay poderes públicos, estos se disolvieron con el brutal desconocimiento del veredicto popular que se sobrepuso a toda clase de obstáculos en las elecciones del 28J.
Propiciamos una forma de ser y estar en el mundo que es el bien, reconfigurados al chavismo, disfrazados de diferentes no lo lograremos. Solo viviendo en la verdad.
En el mundo se observa una desrealización colectiva de la democracia, una pérdida del sentido compartido de la realidad.
Necesario es atender, como prioridad, la formación de la conciencia colectiva ciudadana sobre la realidad, para luego fijarse objetivos alcanzables. Insistimos que la política es la interrelación con el otro, y no meramente la intermediación del Estado con la representación política.
No hay salida fácil, no hay cambio político con mínimo esfuerzo.
Bayonetas y mentiras no son fuerzas invencibles. Creemos en el poder la verdad y encarar la realidad, sin evadirla. Resistiremos y restauraremos la democracia.
La líder sigue acompañada de la gigantesca mayoría, es la estratega de la operación de recoger las actas y procesarlas. Probó el fraude. Está claro que su poder radica en el poder de la gente.
¡Libertad para Javier Tarazona, los policías metropolitanos, los comandos de Vente, Rocío San Miguel, Dignora Hernández, Henry Alviarez, Carlos Julio Rojas, los menores de edad presos y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!
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