El festival de cine Tribeca estrenó este jueves su primera edición europea en Lisboa, una ciudad que gracias a su herencia cultural y su escena artística era el «lugar correcto» para expandir el evento, según sus fundadores, el actor Robert De Niro y la productora Jane Rosenthal.
De Niro y Rosenthal fueron las estrellas de la alfombra azul —en vez de roja— instalada en el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT) por la que desfilaron los invitados en la apertura del festival, con la imagen de fondo del río Tajo y el puente 25 de Abril.
Una pasarela por la que se vieron algunas caras conocidas en Hollywood pero también muchos rostros portugueses, porque el festival quiere incluir a la industria anfitriona.
«No hemos traído el festival al otro lado del Atlántico solo para mostrar nuestras películas. Somos un festival internacional. Y esta semana estamos especialmente orgullosos de compartir el escenario con nuestros compañeros portugueses que narran historias», aseguró De Niro en el discurso inaugural.
Lisboa era el «lugar correcto» para expandir las fronteras del Tribeca, defendió el actor minutos antes en unas breves declaraciones a periodistas a su llegada.
La otra cofundadora, Rosenthal, destacó que el festival es una forma de estar unidos a través del arte en un mundo «loco» y «que causa divisiones».
«Veo lo que está pasando en Estados Unidos, en Medio Oriente. Lo que nos une siempre son los artistas. Es la música, las películas. Son los artistas los que nos ayudan a unirnos y a mostrarnos nuestras similitudes y diferencias. Y eso es lo que el mundo necesita», dijo.
Entre los presentes en la apertura estuvo la directora Patty Jenkins, realizadora de, entre otros proyectos, la saga más reciente de Wonder Woman, que durante el festival participará en una charla sobre la representación de la mujer en el cine.
«Todo el mundo necesita su voz. Hubo un período de tiempo en el que Hollywood en particular se centró mucho en una voz y una historia específicas. Pero la verdad es que la historia de la narrativa es que todo el mundo tiene una historia», aseveró desde la alfombra azul.
También pasaron por ella actores como Chazz Palminteri o Griffin Dunne, quien aseguró que va a dedicar su visita a Lisboa a «comer pescado» e ir a la playa.
«Voy a intentar ir a Nazaré a ver las olas gigantes», dijo entre risas.
La principal ausencia fue la de Whoopi Goldberg, que forma parte de la programación del festival pero no estuvo en el arranque.
Todos estarán presentes en los dos días de exhibiciones cinematográficas, charlas y grabaciones en directo de Podcast que el Tribeca acogerá este viernes y sábado en el recinto Beato Innovation District.
La salud mental, la inteligencia artificial, la representación de la mujer y la diversidad en el cine y el humor son algunos de los temas que se abordarán en las conferencias.
El festival cuenta además con una programación de películas internacionales, en la que destacan Anora, de Sean Baker, que se llevó la Palma de Oro en Cannes; In the Summers, de Alessandra Lacorazza Samudio, galardonada en Sundance; y Ezra, de Tony Goldwyn.
También habrá producciones portuguesas, como Podia Ter Esperado Por Agosto (Podría haber esperado por agosto), de César Mourão, y las series Azul y Unicornios.
El festival Tribeca fue fundado en Nueva York en 2002, tras los atentados del 11 de septiembre, para apoyar el cine independiente.
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