Durante esta semana los medios de comunicación informaron que para la toma de posesión de la nueva presidente de México, Claudia Sheinbaum, el gobierno de ese país decidió no invitar a S. M. Felipe VI porque este no respondió la carta enviada hace tiempo por el presidente saliente (Andrés López Obrador) en la que le solicitaba al monarca español una disculpa por los desmanes ocurridos en su país en siglos pasados por causa de los españoles.
Evidentemente la carta no se podía responder por varias razones que vamos a comentar a continuación:
Primero: El reino que llegó al Nuevo Mundo no fue el de España sino el de Castilla y para ese momento no existía México y lo que allí estaba constituido era el Imperio Azteca, el cual tenía sometido a otras etnias tales como los Tepanecas y los Tlaxcaltecas, sobre quienes demandaban tributos, objetos de lujo, esclavos y prisioneros para ser sacrificados y satisfacer a los dioses, cuyos osarios de las cabezas de dichas víctimas fueron encontradas por arqueólogos mexicanos en el año 2017 en excavaciones antiguas de Ciudad de México.
En segundo lugar, México tampoco existió durante los tres siglos de hispanidad y lo que sí existía era el Virreinato de la Nueva España, que fue la unidad jurídica, política y territorial de mayor tamaño e importancia en el Nuevo Mundo, en donde se construyeron ciudades, hospitales, universidades y carreteras. Fue la tierra (como en el resto de América) donde se universalizó el idioma castellano y la religión católica y convirtió a la hoy Ciudad de México en uno de los puntos más importantes del mundo, siendo un enlace que conectaba a Europa con Asia a través de «Las Filipinas».
Tercero: México nace en 1821 y después que se separa de España para convertirse en república recibe todos los territorios que formaban parte del Virreinato de la Nueva España y luego de la guerra con Estados Unidos pierde cerca de 2,3 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a las superficies de España, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Suiza, Bélgica y el territorio perdido hoy comprende los estados de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah, y parte de Colorado y Wyoming.
Cuarto: Del 100% del oro que salió de México, 93% corresponde al período posterior a la independencia a partir de 1821 y sólo 7% salió durante los 300 años de hispanidad.
Quinto: El primer hospital y la primera universidad de la América continental se construyeron en el Virreinato de la Nueva España al contrario de lo que hizo Inglaterra en sus colonias en el territorio de lo que hoy es Estados Unidos, donde fundaron el primer hospital 200 años después que España.
Sexto: Hablando de pedir perdón, ese perdón debería comenzar por el propio gobierno mexicano que olvida la obra cruel fase de la Guerra del Yaqui (1876-1929), en la que docenas de miles de indios yaquis, pimas, mayos y ópatas fueron asesinados o deportados como trabajadores forzados al Yucatán, y ello a la par que consentía y alentaba el exterminio de los últimos apaches libres de América. La historia de estos últimos y del implacable acoso al que fueron sometidos por mexicanos y lo que es peor, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 69,5% de la población indígena, 8,4 millones de personas, experimenta una situación de pobreza.
Si bien es cierto que en durante el proceso de hispanidad entre los siglos XVI y XVIII ocurrieron hechos negativos, los positivos son muy superiores y también es cierto que la historia debe analizarse con el criterio de la época y no tratar de desvirtuarla bajo una óptica ideológica y politiquera que lo que busca es borrar el verdadero origen de nuestros pueblos para dar paso a la creación de ese proyecto frankensteim izquierdista llamado «nuevo hombre».
El origen de la América actual es el mestizaje, lo cual es uno de los legados más importantes del periodo hispano, por lo que pretender imponer a la fuerza un falso indigenismo es una cursilería, una falta de respeto a la historia y es evidentemente una muestra de segregación racial y exclusión.
La verdad verdadera de la América hispana (y esto es lo que no soportan los comunistas trasnochados) es que a nuestro continente lo que nos une es la «Hispanidad» y no otra cosa y tratar de ocultar eso es simplemente intentar borrar la auténtica identidad de los pueblos del Nuevo Mundo y por ello hay que entender el por qué S. M. Felipe VI no respondió esa misiva tan estúpida, aunque en ocasiones «no responder» es una respuesta!!!
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