En una entrevista concedida a The Guardian, la actriz Lena Headey reflexionó sobre la forma en la que murió Cersei en Game of Thrones, aplastada por el derrumbe de la Fortaleza Roja, y abrazada a su hermano y amante, Jaime.
“Hubiera preferido una muerte mejor”, dijo sin titubear. Un final muy flojo para una auténtica superviviente como la matriarca Lannister. Y continuó: “Podías irte de cualquier manera en esta serie. Así que me molestó un poco. Pero creo que no podían complacer a todo el mundo. No importa lo que hicieran (refiriéndose a David Benioff y Weiss, los escritores que adaptaron las novelas de R.R. Martin a la pantalla), creo que iba a haber un gran bajón tras estar en la cima”.
Visto con la perspectiva que otorgan el tiempo y la veteranía, Lena Headey (todavía mantiene el contacto con varios de los actores, o “throners” como los llama, en referencia al grupo de WhatsApp que utilizan a diario. Evita, en la medida de lo posible, anclarse en emociones pasadas de rodajes mastodónticos como Game of Thrones. “Fue una experiencia increíble. Cuando era más joven, lloraba al acabar un proyecto. Pedía el número a todos porque eran experiencias muy intensas. Con el tiempo te haces mayor y te lo tomas con menos intensidad”, sostuvo.
“Creo que los que crecieron en ese programa probablemente formaron amistades muy profundas que los ayudarán, pero la mayoría de nosotros tenemos nuestros propios hijos. Si los niños no te equilibran, entonces nada lo hace”, agregó la actriz, madre de dos.
En apenas diez años, la vida de Lena dio un vuelco. De luchar por proyectos cortos y de perfil más independiente, a ser una de las indiscutibles protagonistas de Game of Thrones, la superproducción de HBO.
Un éxito que cambió una carrera, ya no solo por el dinero, sino por el privilegio de seleccionar los guiones en los que realmente quiere trabajar y ser útil. No obstante, el aumento de la fama trajo consigo el reconocimiento y el escrutinio público, algo que a ella no le gusta.
De hecho reveló que todavía se transporta en metro y le carga cuando la reconocen. Asimismo, dijo que la fama “te da una voz”. “Por lo tanto, usarla de manera que sea útil y de apoyo para los demás -suena mal pero es genuino- ese es el equilibrio para mí”, señaló.
Actualmente la actriz es una activista a favor de los derechos de las personas migrantes. Su proyecto más reciente es The Flood, una película donde interpreta a una funcionaria que deniega o aprueba las solicitudes de asilo de un centro de refugiados en Inglaterra.
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