Un bullicio retumbó en las ventanas de la habitación en la que estaba, la gritería y el furor desmedido se sentía al punto de inquietarme para formar parte de tal celebración. El entusiasmo es tan contagioso como cualquier otra emoción fuerte y te levanta de cualquier lecho con prontitud. En esta ocasión, inspiró mi corazón la respuesta oportuna a una petición escurridiza que elevó mi alma, mientras cumplía con la misión de sacar la basura de casa y tal como salía aquello que contamina, también dicha petición fue expelida y su respuesta fue como esa algazara vespertina.
En ausencia de legitimidad para expresar con detalles la historia, preciso únicamente enfocar la atención en el efecto de la respuesta al clamor. De entrada, no pasó nada más que el retumbar de una palabra específica, solitaria y hasta presumiblemente aburrida debido a la inapetencia autodirigida como señal de protesta. Sin embargo, cuando te rehúsas a atender el llamado correcto las noches se vuelven eternas, los días improductivos y la comida resulta desazonada hasta que te dignas a engullir con un corazón dispuesto aquello que se te plantea, lo cual, irónicamente es una respuesta al fervor interno.
La palabra en sí no escondía ningún secreto o significado al cual hacer referencia, pero como abanico desdoblaba tres capítulos de verdades no ignoradas propiamente, pero endulzadas de esperanza. El tiempo que se describe en tales capítulos no es agradable ni añorable entre los cánticos de poetas, a pesar de lo cual esta alma recursiva los recibió con buen agrado y avivó pensamientos o ilusiones que corresponden al día después de la verdad, la esperanza oculta entre sentencias y sinsabores.
Así es como una madrugada de horas extendidas se viste significativa y puedes recordarla como la proyección de algazara, resultando en el degustar del devenir de los tiempos, mucho antes de que este se materialice. En tal sentido, puedo recordar aquella promesa que especifica que el Padre dará fuerza al cansado, y renovará las de aquellos que ya no tienen ninguna. Para traer renovación debe existir una materia prima desgastada y si alguien ya no tiene nada cómo podría ser renovado. Entonces lo entendí, esa renovación es total, completa, desde la carencia será añadido el todo que se requiere.
Una esperanza como esa no se encuentra con facilidad, ni se suscita sin intención. Es decir, hay respuestas que no llegan hasta que no las pides, esperanzas que no se reciben hasta que el alma no clama por ellas, razones que no se comprenden hasta que no son nada lo suficientemente profundas en la verdad como para verlas. Se requiere mucho aplomo para estar conforme con una respuesta y reconocer de quién viene, se necesita mucha confianza para apostar por el carácter de ese con quien se han vivido historias previas. En tal sentido, lejos de estar conforme apelo a la valentía nata de cada cual para que en este año de respuestas y puertas abiertas goces de la experiencia que implica sincerar el corazón.
@alelinssey20
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional