“… El 13 de junio de 1790 nací en una muy modesta casita, a orillas del riachuelo Curpa, cerca del pueblo de Acarigua, Cantón de Araure, provincia de Barinas, Venezuela. En la Iglesia parroquial de aquel pueblo recibí las aguas del bautismo. Juan Victorio Páez y María Violante Herrera fueron mis padres, habiéndome tocado ser el penúltimo de sus hijos y él sólo que sobrevive de los ocho hermanos que éramos. Nuestra fortuna era escasísima. Mi padre servía de empleado al Gobierno colonial, en el ramo del estanco de tabaco, y establecido entonces en la ciudad de Guanare, de la misma provincia, residía allí para el desempeño de sus deberes, lejos con frecuencia de mi excelente madre, que por diversos motivos jamás tuvo con sus hijos residencia fija. Tenía ya ocho años de edad cuando ella me mandó…”
El texto deja en evidencia, tres aspectos sujetos a disquisición y necesario apéndice: 1.- Páez es específico en su lugar de nacimiento “a orillas del riachuelo Curpa, cerca del pueblo de Acarigua”. 2.- Páez contextualiza su lugar de nacimiento al momento de escribir su biografía en el lapso desde 1830 hasta 1851. Por eso expresa “…cerca del pueblo de Acarigua, Cantón de Araure, provincia de Barinas, Venezuela…” 3.- Páez afirma “…recibí las aguas del bautismo, en la iglesia parroquial de aquel pueblo…” Se refiere sin duda al pueblo de Acarigua, porque Araure era una Villa.
Comienzo por describirles algunos aspectos históricos. El bautizo era la partida de nacimiento. Fuimos colonizados. No sabíamos leer ni escribir. Los que escribieron la historia desde la llegada de Colón, son quienes tienen un registro histórico de lo que era esta tierra. Luego de la Colonización, la madre patria nos “alquiló a los Belsares” y luego volvieron. Los españoles del continente y los blancos criollos (mantuanos) eran quienes manejaban la riqueza y el poder.
José Antonio Páez era descendiente de una familia de origen canario. Los canarios no eran considerados españoles de primera. Eran pobres con cierto estatus social. Fueron traídos al país como sustitutos de la mano esclava que escaseaba en esos tiempos. Nunca formaron parte de quienes dirigían los hilos del poder. Existía una clasificación social en la época preindependentista. Estaban de primero los españoles peninsulares, con uno que otro vasco o catalán. Luego los criollos de la élite local, es decir, los “mantuanos” En tercer lugar, los canarios casi al mismo nivel que los criollos pobres, luego los pardos, los negros libres y los esclavos.
Cito: “… El memo extraído del Boletín 121 del Archivo Nacional Pág. 21. Nº 17. De Matías de Mendoza, Teniente de Gobernador, al mismo. Participa haber recibido despacho en el que se le ordena la expulsión de los indios de Acarigua, que se han introducido en las tierras de Fermín Goizueta, que les derribe sus ranchos mandándolos a fundar en sus propias tierras. Araure 17 de marzo de 1778, Folio 29…”
La real cédula de 1790, promulgada el 8 de mayo, obligaba a los eclesiásticos a no inscribir a los Canarios “notoriamente blancos” en los libros de mulatos, zambos, negros y gente de servicio. Esto generó oposición del cabildo de Caracas, quienes no ven a los canarios como blancos de su misma clase. Es decir que previo a la promulgación de La Real cédula Española del 8 de mayo de 1.790, los canarios y su descendencia, eran inscritos y bautizados en los pueblos, no en las Villas. Esto confirma lo expresado por Páez “…recibí las aguas del bautismo, en la iglesia parroquial de aquel pueblo…”
Esto podría confirmar esa expresión. El presbítero Idelfonso Falcón de Mireles, titular en Acarigua, pero también responsable de Araure, en la visita del Obispo, solicita su renuncia en Acarigua. En fecha 18 de enero de 1779, se le concedió la autoridad al presbítero Agustín de Lugo al ser nombrado cura interino de Acarigua, separando las obligaciones que dependían de Araure desde 1.720. Es decir desde 1779 la iglesia parroquial de Acarigua, era independiente de la Villa de Araure. Y además la Real Cédula previa a 1.790, separaba de la inscripción bautismal a los Canarios de los Españoles. En la Villa de Araure, habitaban españoles. En el pueblo de Acarigua, Canarios, indios, criollos no tan criollos. Pardos, negros y esclavos.
José Antonio Páez nació en Acarigua.
Ing. Carlos Ojeda es promotor nacional de la Sociedad Paecista de Venezuela.
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