En París este domingo 25 de agosto se dieron las celebraciones del 80 aniversario de la Liberación de París, presididas por las máximas autoridades (el presidente Emmanuel Macron, etc.), y un desfile que siguió la ruta desde el sur hasta el centro de la 2da. División Blindada de la Francia Libre del general Philippe Leclerc de Hauteclocque. Mi querido amigo Guillermo Ramos Flamerich estuvo en la misma y pudo contarnos la emoción de esta fiesta popular, donde también se encontraban presentes los pocos combatientes que ya están por la centena de años. Vehículos de la Segunda Guerra Mundial atravesaron la ciudad; y finalmente el paso de la Patrulla Acrobática de Francia del Armée de l’Air que dejaron el tricolor francés a través de sus estelas de humo por parte de sus Alpha Jet construídos en los setenta paradójicamente por la cooperación franco-alemana.
El sábado se rindió homenaje a la punta de lanza de la 2da. División: “La Nueve” (9na. Compañía) formada en mayo de 1943 por una mayoría de españoles que huyeron de su país cuando fueron derrotados en la Guerra Civil Española. El domingo también se pudieron ver varias banderas republicanas en honor de estos soldados. Soldados que lucharon con Leclerc en África y posteriormente desembarcan en Normandía, para seguir combatiendo hasta el final de la guerra. Supe de su existencia gracias a la película Soldados de Salamina (2003) de David Trueba, basada en la novela homónima de Javier Cercas. El aspecto mítico es desarrollado muy bien en el filme cuando terminamos de conocer al soldado “Miralles” (personaje de ficción que representa a estos combatientes), que la periodista ha estado buscando en una larga investigación sobre quién le perdonó la vida a uno de los fundadores de la Falange: Rafael Sánchez Maza (personaje real). En la Batalla de Salamina los griegos salvan a “Occidente” del avance persa, de igual modo se quiere hacer ver que los soldados republicanos salvan con “La Nueve” a la cultura libertaria de la amenaza fascista.
La realidad de la Liberación de París fue una obra colectiva como todos los procesos históricos. Si debemos identificar el mérito de unos actores en orden de importancia el primer lugar siempre lo tendrán los 2.500 miembros de la FFI: Fuerzas Francesas del Interior y los 71 soldados de la “División Leclerc” que dieron su vida en esta batalla; luego están todos aquellos que nunca aceptaron la derrota desde junio de 1940 empezando por los generales Charles De Gaulle y Leclerc, que fueron construyendo casi de la nada todo el movimiento de Resistencia conocido como la Francia Libre; y los comunistas que en el caso de la ciudad fueron liderizados por Henri Rol-Tanguy quien no se quedó de brazos cruzados cuando los ejércitos Aliados decidieron rodear la capital y no liberarla, ellos supieron canalizar el anhelo del pueblo. Y también hay que reconocer los que cambiaron de bando en los últimos días como la policía que inició una huelga el 19 de agosto, y será en la Comisaría donde comienza el levantamiento. No se puede olvidar el cónsul sueco Raoul Nordling al convencer al comandante alemán de París general Dietrich von Choltitz para realizar una tregua que fue aprovechada por los insurrectos para reforzar sus posiciones, hacer barricadas y retomar con más fuerza la lucha. Y está finalmente la desobediencia de Leclerc de ir al rescate de París sin la autorización de sus superiores que envía a “La Nueve” en una carrera de 200 kilómetros hasta el sur de París combatiendo con el cordón defensivo de la Wehrmacht.
El 24 de agosto De Gaulle convence al general Dwight Eisenhower y este permite que la “División Leclerc” en pleno vaya en auxilio junto a la 4ta. División de Infantería del US Army que entrará también por el sur pero por la Puerta de Italia. Muchos han querido también dar un mérito a los alemanes que anhelaban el fin de la guerra, y que incluso celebraban cuando llegaron noticias del atentado a Adolf Hitler; se ha hablado hasta hacer un monumento a Choltitz por no obedecer la orden de destruir los monumentos, y la entrada de wikipedia señala que su sobrenombre es “salvador de París”. El filme Paris brûle-t-il?/ ¿Arde París? (René Clément, 1966) mantiene esta versión de la historia. Al final sí hubo resistencia germana hasta el 25 de agosto, y lo peor fue la venganza de muchos parisinos contra ocupantes y colaboradores, y la humillación de las amantes. Las consecuencias para Francia fueron positiva a nivel político y militar al fortalecer el gobierno provisional de De Gaulle y la Resistencia frente a la alternativa de un gobierno extranjero angloestadounidense; y ser reconocida – ¡por fin! – como parte de los Aliados e incluso obtener una zona de ocupación en la Alemania derrotada al año siguiente.
En nuestra primera entrega sobre la Liberación de París que hicimos la semana pasada, recordamos la importancia de los mitos para fortalecer la sociedad y el sistema democrático. Pero es inevitable como historiadores dar detalles de la verdad de los hechos sin dejar de reconocer el mérito de los que noblemente ofrecieron su vida por la libertad. Al final de la guerra de los 144 republicanos de “La Nueve” registrados antes del día D solo habían sobrevivido 16 (Evelyn Mesquida, 2008, La Nueve. Los españoles que liberaron París). Vive La France!
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