Escribo esta columna mientras estoy en uno de los muchos cafés de Montevideo, capital del Uruguay, país que recientemente estuvo de aniversario patrio y es considerado uno de los de mayor crecimiento en Latinoamérica. Junto a Panamá, Paraguay y Costa Rica, este bello país atlántico Uruguay es ejemplo de libertad y democracia y de desafíos en nuevas industrias. Y para hablar de industrias es importante conocer la industria de la logística y transporte.
La energía y tecnología son temas transversales a toda la economía, por cierto entre ellas la industria del transporte y logística.
Y precisamente esos temas serán abordados por una centena de expertos en el marco de su 9º Foro Mundial de Ciudades y Plataformas Logísticas que se desarrollará (12 y 14 de septiembre en las ciudades de Los Álamos y Concepción, Chile).
Mi buen amigo, el presidente de ese foro global Organización Mundial de Ciudades y Plataformas Logísticas, Ricardo Partal Silva, me dio una cátedra específica sobre el particular en este texto y me indicó que los objetivos de esa industria, en vista de la cambiante economía, es continuar promoviendo el desarrollo económico de los países y mejorar prácticas logísticas, que son cruciales para mejorar la competitividad del comercio.
La industria del transporte y logística tiene que resolver nuevos retos emergentes de digitalizar sus operaciones, renovar su tecnología permanentemente y el salto final electrificar sus operaciones (transporte e de barcos y multimodal renovable); ello permitirá mejorar eficiencia, reducir costos, ser totalmente comprometidos con la sostenibilidad y tecnologizar cada paso de la cadena de suministro.
Quedan caminos por recorrer, inversiones por realizar y estados que deben articular en vez de perjudicar. Sólo estados de pensamiento democrático y liberal promotores de inversión podrán acompañar los retos de la industria: a) Desarrollo de Infraestructuras Logísticas (corredores de cargas; Bioceánicos); b) Digitalización y la Adopción de Tecnologías Emergentes en la Logística; c) Colaboración Público-Privada en Proyectos Logísticos, entendiendo que los Estados deben no ser “tapones” con alta regulación, sino más bien facilitadores y d) Capacitación y Formación en Competencias Logísticas y Tecnológicas y aquí el rol de universidades es crucial para entrenar a nuevos directivos, ejecutivos y técnicos de la industria en un entorno logístico digitalizado.
Las tareas por hacer son varias, los desafíos son crecientes, ya en una anterior oportunidad dialogamos ampliamente con Ricardo Partal sobre los desafíos de la industria y ahora ese importante foro retorna, con nuevas ideas, a abordar el tema de la tecnología y digitalización. Que placer es saber -y leer- proyectos como éste que esbozo en estas líneas -cuyo texto principal, como dije, fue extraído de la organización indicada y me fue proporcionado por mi amigo Partal- y saber que en Latinoamérica hay emprendedores, empresarios y visionarios que están día a día apostando a mejorar condiciones de economía de esa industria.
@BorisSGomezU
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