Fue la pregunta del emperador romano Vespasiano a Apolonio… «Nerón podía cantar y tocar arpa, pero en el gobierno, a veces solía apretar las clavijas demasiado y otras las dejaba demasiado flojas». La presente cita se corresponde al ensayo Del Imperio, escrito por el estadista inglés Francis Bacon, típico discípulo de Maquiavelo al observar la suerte de los imperios desde tiempos inmemoriales, muy puntualmente en cuanto a las relaciones con sus “vecinos, esposas, hijos, prelados, segundones, pueblo llano y guerreros” que produzcan los buenos o malos tiempos, para concluir: “Y cierto es que nada destruye tanto la autoridad como el cambio desigual y a destiempo del poder, apretar demasiado y aflojar mucho” a la luz del proverbio 25-23 “el corazón de los reyes es inescrutable”.
De tan sabias recomendaciones, tuvo mucha intuición el dictador general Juan Vicente Gómez, casi tomando a la letra aquellas consejas acerca de las relaciones, porque el resto de nuestros gobernantes republicanos, por no conocer el principio de que “el espíritu del hombre se alegra y renueva más aprovechándose de cosas pequeñas que deteniéndose en las grandes” y entre ello, la geopolítica bolivariana se la ha jugado mucho más allá de nuestra fronteras, no tanto con la Cuba comunista, si con la Rusia autocrática de Putin, China e Irán, por aquella propuesta del nazi argentino Norberto Ceresole, de permanente conflicto con Estados Unidos con su tesis “Caudillo, pueblo y ejército” porque a su juicio…” Venezuela se ha convertido, tal vez por primera vez en su historia independiente, en un centro de interés estratégico dentro de la política mundial” considerado que en opinión “existen hoy todos los elementos que permiten hacer de Hugo Chávez un líder de toda la América hispano-criolla”…
Todo lo cual es del conocimiento universal y los gringos que se lo imaginan todo, han venido actuando con la misma estrategia que recomendaba Lenin … «un pasito para atrás, dos adelante» que al momento, es en perjuicio de la soberanía nacional y de la ciudadanía en general.
En cuanto a la opinión de ensayista citado, respecto al “pueblo llano” en el sentido del “poco peligro que hay en él, excepto donde tienen dirigentes grandes y poderosos”. Si a ver ver vamos, «grandes y poderosos” fueron los contemporáneos Eleazar López Contreras, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez, pero al comenzar a decaer, los aspirantes a sustituirlo serían presas del envilecimiento. Sus partidos, desde donde se habían labrado sus liderazgos, no entenderían que el fervor democrático de sus militares exigía participación, para lo que una “clientela” cerraría sus puertas, de lo que se aprovechó Chávez Frías y su partido, tan igual o peor que las estructuras partidistas tradicionales, cuales, innegable resurrección de los caudillos militares el siglo XIX, hoy caudillos civilistas del XX y XXI, perdiéndose la confianza del militante de a pie y allí esta instaurada una seudodemocracia, con una legislación contraria al constitucional principio de “participación y protagonismo” que por no tenerla, hemos terminado perdiendo todo y aún estamos a tiempo, de practicar otra recomendación de Bacon… «La mayor confianza entre hombre y hombre es la confianza de aconsejar, pues en otras confianzas, los hombres confían parte de su vida, sus tierras, sus bienes, su crédito, algún negocio particular, pero a quienes hace sus consejeros les confía todo, por lo cual estos están mucho más obligados a una fidelidad e integridad total»… nunca asumida en la política venezolana.
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