El cuestionado proceso electoral en Venezuela ha abierto una alta incertidumbre en torno a cómo podría continuar la crisis social desatada en ese país. El régimen de Nicolás Maduro, quien se declara como vencedor de las elecciones, ha emprendido una oleada represiva contra miles de manifestantes que se oponen a la continuidad de su mandato.
Esto porque la ciudadanía —al igual que varios países de la región y el resto del mundo— desconfían de los resultados que lo habrían situado como el vencedor ante el opositor Edmundo González, y han solicitado que el régimen revele las actas que darían cuenta de su triunfo, entre ellos. Hasta ahora, eso no ha ocurrido.
Por eso, todavía circulan, entre los gritos temores y marchas, una esperanza entre los ciudadanos de que este «proceso electoral», ya que suma seis días sin un fin claro, se termine con resultados favorables, traducido, dicen, en el respeto a lo que las personas definieron en las urnas.
Y mientras ese escenario se fragua, se abren varias hipótesis en torno a lo que pueda ocurrir en torno a la migración, especialmente en caso de que Nicolás Maduro se enquiste en el poder. De hecho, ya emergió una señal: el viernes, el Consejo Electoral de Venezuela ratificó el triunfo de Maduro, pero sin revelar las actas.
Chile, por cierto, es uno de los países de destino —entre varios otros de la región—, lo que ha llevado a que las autoridades del Ministerio del Interior comiencen a trazar mecanismos para evitar que un posible nuevo éxodo migratorio agudice la ya presionada situación de crisis de seguridad y el aumento de la población irregular.
De acuerdo con las Naciones Unidas, 7,7 millones de personas han migrado desde Venezuela, y se estima que unos 700.000 venezolanos están en Chile, aunque podrían ser muchos más que engrosen la cifra, pero sin empadronar.
Los éxodos previos
De acuerdo con un informe del Servicio Nacional de Migraciones, entre 2005 y 2014, la migración venezolana hacia Chile estaba en el 9° lugar de la lista, solo por encima de China. Por entonces, eran Perú, Argentina y Bolivia los que alcanzaban los mayores porcentajes. Venezuela apenas llegaba a 1,9%.
No obstante, a partir de 2015, se comienza a registrar un incremento de la población venezolana hacia Chile, de acuerdo con datos de la Organización Internacional para la Migración. Dos años antes, en 2013, se había registrado la muerte de Hugo Chávez, y comenzaba el régimen de su sucesor Nicolás Maduro.
Ese proceso coincide con las elecciones parlamentarias que se registraron en ese país, las primeras después de la muerte de Chávez, y que terminaron con 163 muertos, casi 3.000 heridos y 1.351 detenidos, de acuerdo con la ONG Foro Penal Venezolano. El gobierno venezolano inhabilitó para entonces a varios líderes opositores, entre ellos a María Corina Machado y Leopoldo López, pero los resultados igualmente fueron favorables para la oposición.
Por entonces, Venezuela ya estaba sumida en una profunda crisis económica a raíz del modelo impulsado por el fallecido Hugo Chávez y agravado por el régimen de Nicolás Maduro. Este escenario repercutió en las tasas de desempleo, lo que aceleró el éxodo.
Ya para 2018, y luego de las elecciones que dieron otro triunfo a Maduro, los venezolanos se posicionaron como la comunidad inmigrante más grande de Chile, alcanzando 23% (con 288.233 personas) sobre los haitianos, con un 179.338 personas, de acuerdo con el citado informe. Ese año, más de 1,8 millones de personas salieron del país.
El citado informe detalla que, si bien antes de 2017 Venezuela ya había experimentado periodos de emigración, ninguno logró cambiar los flujos migratorios como el sucedido en dicho año. «A fines del 2017 y durante el año 2018, el país protagonizó un éxodo masivo de venezolanos hacia otros países de América Latina», detalla. En concreto, las diásporas se concentraban hacia Colombia, Perú y Chile.
Este proceso coincidió con la crisis que seguía arrastrando Venezuela, marcada por la ola de protestas en contra de Nicolás Maduro, quien ese año optó por llamar a una asamblea nacional constituyente, lo que fue interpretado por la oposición como un intento de marginar a la Asamblea Nacional, controlada por ese sector.
Visa consular y pandemia
En 2019, los ciudadanos venezolanos que desearan ingresar a Chile debían hacerlo con Visa Consular de turismo, que tenía un costo de 50 dólares. No obstante, la entrada en vigor de esta medida llevó a que el flujo de migrantes y estancia se concentrara en Tacna, lugar donde se emplazaba uno de los Consulados en Chile para hacer el trámite. De acuerdo con datos de la PDI, solo en junio de ese año, las solicitudes de refugio llegaron a 3.358, lo que significó un aumento exponencial respecto a los registros anteriores.
Para 2020, se estimaba que unos 455.000 venezolanos residían en Chile, sin embargo, a raíz de la pandemia y post estallido —lo que para muchos significó el inicio de una crisis política y social inminente—, algunos comenzaron a retornar a su país.
De acuerdo con los últimos reportes del INE, la «estimación de personas extranjeras residentes habituales en Chile 2022», se estableció que hasta el 31 de diciembre de ese año, se encontraban en Chile 1.625.074 personas extranjeras. De ellas, Venezuela estaba en el primer lugar, con una estimación de 532.715 personas, equivalente a 32,8% del total antes mencionado.
No obstante, en abril de este año, se abrió un debate por la cifra que entregó el embajador de Chile en Venezuela, Jaime Gazmuri, quien sostuvo ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados que «en Chile las cifras no están completamente fijas, pero son del orden de 800.000, comparada con la población, es la mayor responsabilidad de la migración venezolana en Chile; 4% de nuestra población, de los casi 20 millones que somos, el 4% son venezolanos y venezolanas».
La magnitud de un eventual nuevo éxodo
Hay prácticamente una concordancia entre los analistas en que la situación en Venezuela post elecciones puede derivar en un nuevo éxodo. Lo que no está claro es cuántas personas podrían intentar salir del país, cuántas podrían llegar a Chile y en qué momento.
El Centro de Estudios Políticos de la Universidad Andrés Católica Bello (UCAB) de Venezuela estima que pueden ser de 2 a 3 millones las personas que puedan abandonar el país, aunque habría que esperar el desarrollo de la trama política y social. En tanto, la encuestadora Meganálisis, publicada el 11 de abril de este año, señalaba que al menos 44,6% de los venezolanos consideraría emigrar si Maduro era reelecto.
En Chile, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, estimó ayer que las personas que podrían abandonar Venezuela «podrían ser 2 millones, otros estiman que pueden ser hasta 4 millones, pero estas cifras son solo estimaciones».
El miércoles, la ministra del Interior, Carolina Tohá, transparentó que si bien la ola migratoria no se ha detenido en ningún minuto, «ciertamente hay preocupación» por cómo pudiera desarrollarse.
«Ahora no están las condiciones»
En conversación con Emol, Marcos Garzón, sociólogo de la Universidad de Chile y representante de organizaciones migrantes venezolanas en Chile, comenta que hay algunas condiciones previas que deben darse para que se produzca un éxodo masivo.
«La gente en Venezuela tiene esperanza de que haya un cambio. En base a lo que pase allí, es que más adelante se va a producir eso. Ahora no están las condiciones para que los venezolanos salgan, porque las fronteras están cerradas, hay organismos de represión en las calles. Sin embargo, Chile está en todo su derecho de resguardar la frontera en consecuencia con esta situación de Venezuela», comenta.
En esa línea, remarca que «el venezolano está esperando algo conclusivo dentro del país, algo concluyente para poder tomar una decisión, tanto el que está acá como el que está allá, porque sería improvisar y no estamos para eso».
En la misma línea, Larry Coello, ingeniero civil quien vive hace ocho años en Chile y que ha participado como representante de organizaciones sociales, como Fundamigrantes, comenta que «antes de las elecciones veníamos viendo una tendencia de que el venezolano decía que si el 28 de julio no se lograba sacar al régimen, se irían del país, y lo más seguro es que migrarían hacia donde están sus familiares».
No obstante, plantea que aún hay «esperanza» en la población, puesto que aún «hay un proceso» por delante. «De todos modos, en estos días no se puede salir, entiendo que las fronteras están cerradas y la gente no saldrá en avión, lo hará por tierra, y obviamente no es tan sencillo como decir ‘me voy’, pero también es cierto que cuando golpea la crisis, muchos salen hasta sin documentos, considerando que el pasaporte venezolano es uno de los más caros del mundo», acota.
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