Jóvenes, adolescentes en el espectro autista, deportistas, profesores, defensores de derechos humanos, artistas y periodistas forman parte de los miles de detenidos en Venezuela tras salir a protestar en contra de la victoria de Nicolás Maduro como presidente electo según el Consejo Nacional Electoral, pero la cual, a una semana de la elección, no ha podido ser demostrada pues el organismo no presenta las actas.
El propio Nicolás Maduro anunció este sábado que 2.000 personas han sido detenidas en las protestas contra el resultado oficial de las presidenciales, de las cuales el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo proclamó como ganador.
Salir se ha convertido en una decisión de alto riesgo. Por las calles de Caracas se nota la tristeza de los ciudadanos, pero a la vez la indignación y esperanza de poder lograr que los datos aportados por la oposición den paso a un cambio de gobierno.
Pero también hay mucho temor, las fuerzas de seguridad del régimen –que también incluyen civiles armados– han asesinado a 20 personas según las cifras aportadas por el Monitor de Víctimas una iniciativa periodística y de organizaciones civiles.
Represión en Venezuela
De esos 20 asesinados, todos por arma de fuego, se le atribuye el 31 por ciento a pistoleros identificados como colectivos (paramilitares o civiles que apoyan al chavismo), mientras que las fuerzas de seguridad del Estado son señaladas en 24 por ciento de las muertes, así lo concluye el informe del Monitor.
“Hay miedo, por supuesto, todos los días los colectivos pasan por la comunidad avisando por parlantes que quien quiera protestar, que se atenga a las consecuencias”, le dijo a El Tiempo una ciudadana que prefirió mantenerse en anonimato y que vive en el barrio 23 de enero, una zona que dejó de ser chavista y quedó demostrado en estas elecciones, pero vive bajo el dominio de los armados afectos al gobierno de Maduro.
El Foro Penal, una ONG independiente que documenta arrestos arbitrarios y asesinatos por parte del Estado, ha podido verificar 835 detenidos, de los cuales 79 son adolescentes, pero no significa que el número no pueda ser mayor.
La noche del viernes, en la Zona 7 de Caracas –un centro policial de detenciones– cientos de padres, fueron protagonistas de un acto dramático, entonaron el himno nacional al ver cómo sus hijos que salieron a protestar, eran trasladados en patrullas para la cárcel de Yare, un recinto que es considerado de alta peligrosidad. “Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó”… cantaban entre lágrimas y con mucha fuerza. “Te amo hijo” se escucha en cada video registrado. A ninguno de los detenidos se les ha permitido derecho a la defensa.
“No habrá perdón ni contemplación con los arrestados”, dijo Nicolás Maduro en una de sus alocuciones frente a unos cientos de seguidores. “He decidido crear estas dos cárceles de máxima seguridad para todas las bandas de nueva generación que están metidas en las guarimbas y en el ataque criminal”, insistió el presidente Nicolás Maduro, quien se niega a mostrar sus actas para verificarlo como ganador.
El viernes, mientras Maduro y ocho candidatos acudían al Tribunal Supremo de Justicia –de mayoría chavista– citados ante una solicitud de Maduro para que sea este ente quien “dictamine la verdad”, el CNE anunció un segundo boletín, sin mostrar actas ni desglosar los resultados.
En él, con 96,87 por ciento de trasmisión de resultados, Maduro es ganador con 6’408.844 votos, 51,95 por ciento, mientras que el opositor, Edmundo González, obtuvo 5’326.104 votos, con 43,18 por ciento.
“Nadie les cree, todo saben que perdió. No lo queremos. Que se vaya él y todo su grupo, que nos dejen en paz por favor, que se vayan lejos muy lejos”, dijo un conductor de motocicleta que vive en la barriada de Petare, en el pasado también muy cercana al chavismo y que ahora ha sido uno de los barrios que más mostró su desacuerdo con los resultados del pasado domingo.
Para el movimiento de Nicolás Maduro, la violencia en las calles fue auspiciada por la oposición y por María Corina Machado, quien anunció que estaba en la clandestinidad para resguardar su vida. “Esa diabla, esa demonia”, le ha dicho Maduro en televisión nacional.
Según el régimen, se registró el ataque a 12 universidades, siete preescolares, 21 escuelas, 34 liceos, 250 módulos policiales, tres hospitales, seis Centros de Diagnóstico, un centro de alta tecnología, 30 ambulatorios, una farmacia, seis centros de distribución de alimentos, una radio, 11 estaciones del metro, 38 buses quemados, un tren atacado al igual que 27 monumentos y estatuas de Simón Bolívar, Hugo Chávez y Caciques. Además iban a tumbar una estatua del beato José Gregorio Hernández.
Los manifestantes quemaron 10 sedes del PSUV, atacaron un centro de aguas servidas, el Cuartel de San Jacinto, el Ministerio de Vivienda. Quemaron 10 sedes del CNE, e intentaron lanzar granadas a Miraflores. “Los atacantes fueron migrantes que fueron entrenados en Texas”, expresó Maduro.
Lo sorprendente es que en su alocución, Maduro no presentó pruebas de todos estos ataques. Lo que sí presentaron fueron fotos de supuestas actas forjadas por la oposición, pero hasta ahora esto no ha tenido ningún impacto.
La oposición, en una audaz estrategia, publicó en un sitio web los resultados con sus actas. Aunque Jorge Rodríguez, jefe de campaña de Maduro dice que la oposición solo tiene 9.000 actas, en la web hay 24.532 (81,70 por ciento y dan por ganador a Edmundo González con 7’156.462 votos, frente a 3’241.461 votos de Nicolás Maduro.
La presentación de estas actas es lo que ha hecho que los venezolanos mantengan la esperanza de un cambio, sin embargo, el panorama no luce fácil. La represión del Estado ha sido muy fuerte, acompañada de mecanismos de denuncia de opositores a través de aplicaciones móviles.
Para el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, es crucial resolver el “conflicto” y “considera de urgencia que la voluntad de los venezolanos expresada el pasado 28 de julio en el proceso para elegir al Presidente de la República, sea respetada, por lo cual exige que el Consejo Nacional Electoral muestre las actas fidedignas firmadas por los miembros de mesa y permita la verificación técnica de cada una de ellas”.
Otro aspecto peligroso, dice el analista, es que “formalmente hay un sistema político castrista. Los grandes temores que teníamos los venezolanos a través de estos 25 años a partir del 28 de julio han sido corroborados y se ha instaurado de manera formal el sistema de gobierno imperante en Cuba”.
El caso de Víctor Bustos
“Ay, mi papá”, se lamentaban los hijos de Víctor Bustos, uno de los civiles muertos por salir a protestar por la cuestionada reelección de Nicolás Maduro.
“Le arrebataron su vida injustamente, no era ninguna mala persona, ningún malandro, él solo salió…”, recordaba Jennifer Ibarra, prima de Víctor, sin poder completar la frase. Francisco Bueno, también primo de este obrero de 35 años, cuenta que, al parecer, fue alcanzado por disparos de la policía de Valencia, estado de Carabobo.
“Ellos eran los que estaban disparando, no estaban disparando con perdigones sino balas reales”, dijo a la AFP.
Víctor, padre de una adolescente de 16 años y dos niños de 10 y 1 año, recibió un disparo en el pecho.
“Si tú estás en una marcha pacífica no deberían ejercer la fuerza ni disparar a los ciudadanos. No pueden matar al país, al pueblo, a las personas que salen a defender su voto, a luchar por una mejor Venezuela”, remarcó Bueno.
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