Pablo Escobar, el peor narcotraficante en la historia de Colombia y responsable de más de 600 atentados terroristas que dejaron cientos de muertos en el país, resultó muerto la tarde del 2 de diciembre de 1993 en un operativo a cargo de policías del Bloque de Búsqueda.
La guarida de Escobar era una casa de tres pisos en la carrera 79B n.° 45D-94, barrio Los Olivos, en el occidente de Medellín, donde se escondía desde hacía 15 días y era acompañado por un disminuido grupo de cómplices.
Victoria Eugenia Henao (Tata), quien tras la muerte del capo cambió su nombre a María Isabel Santos, contó cómo fueron los últimos minutos de Pablo Escobar antes de que lo matara el Bloque de Búsqueda.
Tata, quien estuvo unos 25 años casada con el narcotraficante, se refirió a cómo fue la última vez que vio a Escobar luego de que este se fugara -en julio de 1992- de la cárcel La Catedral, en Envigado, y de que él se sintiera sitiado por las autoridades y también por sus enemigos, quienes formaron el grupo narcoparamilitar Los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar).
En esa despedida, relató Tata en la serie documental La viuda de Escobar, el capo le dio un beso en la mejilla a Juan Pablo (hoy Sebastián Marroquín), sin decirle alguna palabra. “Cuando abraza a Manuela había muchas lágrimas en su rostro (el de Pablo Escobar). Respiraba profundo. Quería cerrar las puertas del auto para que no hubiera nada más de qué hablar”, contó la mujer sobre ese momento.
Posteriormente, Escobar escoltó en otro carro a su familia a un apartamento en la zona Altos de Campestre, en Medellín. Tata dijo que cuando los dejó, les pitó desde el vehículo: “Ese fue su adiós para siempre, hijos míos; adiós para siempre, mi amor”.
Entre los despiadados crímenes de Escobar en Colombia está el que ocurrió el lunes 27 de noviembre de 1989 cuando, bajo las órdenes del capo, perdieron la vida 111 personas en un vuelo comercial de la aerolínea Avianca en el trayecto Bogotá-Cali tras la explosión de una bomba. Y una semana después, con su socio José Gonzalo Rodríguez Gacha, alias el Mexicano, volaron el edificio del DAS en Paloquemao, en el centro de Bogotá, con un bus bomba de 500 kilos de dinamita, dejando más de 60 personas muertas.
El día de la muerte de Pablo Escobar en Medellín
Con el miedo que le producían los enemigos de Pablo Escobar, Tata tomó la decisión de volar a Alemania con sus dos hijos y la novia de Juan Pablo, pero al llegar a ese país fueron devueltos.
Al llegar a Colombia fueron hospedados en el Hotel Tequendama, en el centro de Bogotá, donde vivió varios días con sus hijos, y fue contactada por Pablo Escobar el 30 de noviembre de 1993 luego de muchas semanas sin saber del paradero de su esposo.
Desde ese día, Escobar entabló varios diálogos con Juan Pablo, que entonces tenía 16 años de edad. En la tarde de ese lunes 2 diciembre, su hijo mayor le pidió a su mamá que lo acompañara a su habitación para hacerle una consulta.
Al levantar el teléfono, al otro lado de la línea estaba el narcotraficante. “Yo estaba en la sala hablando con militares. En un momento dado, Juan Pablo me llama al cuarto y yo voy para que hable con el papá un minuto”, contó Tata.
Así fue la conversación interceptada por las autoridades
—Estoy muy triste, muy triste, ¿qué más?— le dijo Escobar a Tata.
—Mijito, de todas maneras, cuídese mucho. Usted sabe que todos lo necesitamos —le respondió Tata llorando.
—Usted tranquilita, mi amor. Usted sabe que lucho es por ustedes. No tengo otro incentivo en la vida que luchar por ustedes. Estoy metido en una cueva. Estoy muy, muy seguro. Ya salimos de la parte difícil —le respondió Escobar a Tata.
Esta conversación, que fue revelada en la serie documental, duró cerca de un minuto y, según Tata, se regresó con el corazón en la boca para seguir dialogando con los militares que la custodiaban en el hotel y la estaban esperando en la sala de la habitación.
“No imaginaba que nos estaban escuchando cada segundo, cada llamada”, señaló sobre ese momento.
A los segundos, María Isabel Santos dijo que le entró una llamada de su hermana desde Medellín, y su hijo Juan Pablo salió de la habitación llorando, diciendo que una periodista lo llamó y le dijo que su papá estaba muerto.
“No lo podíamos creer porque hacía un minuto habíamos hablado con él”, contó.
Tata también manifestó que siguió de inmediato las noticias para confirmar el deceso y que fue difícil tomar la decisión de acompañarlo en su sepelio. Santos, quien hoy está radicada en Argentina, confesó que por un año durmió teniendo debajo de la almohada la ropa con la cual murió Escobar en Medellín.
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