El sábado por la tarde, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris subió al escenario de un festival cultural de personas negras en Nueva Orleans y habló sobre la historia de su vida y lo que sentía que había logrado en la Casa Blanca.
Fue el tipo de evento al que la vicepresidenta -primera persona negra y sudasiática en ocupar el cargo- asiste regularmente desde que hace tres años y medio asumió sus funciones.
Pero recientemente aumentó el número de reporteros que siguen a Harris.
Y esto es porque los demócratas, presos del pánico, a miles de kilómetros de distancia, en Washington, sopesan reemplazar a Joe Biden, de 81 años, como candidato del partido para las elecciones de noviembre tras su lamentable actuación en el debate contra Donald Trump.
En el escenario y durante sus viajes este fin de semana, la vicepresidenta no contestó preguntas sobre si su compañero de fórmula sigue siendo idóneo para el cargo o si debería retirarse y entregarle a ella la batuta.
Pero mientras hablaba sobre la ambición y sobre cómo forjar un camino propio con su audiencia en Nueva Orleans, alentó a la multitud a no escuchar a los detractores.
“Las personas en tu vida te dirán que no es tu momento. Que no es tu turno. Que nunca nadie alguien como tú logró algo así», dijo. «Nunca escuches eso».
Desde el desastroso debate del 27 de junio, la vicepresidenta ha defendido repetidamente a su jefe, argumentando que su historial como presidente no debería verse superado por 90 malos minutos.
El propio Biden adoptó un tono desafiante e insistió ferozmente en que seguirá siendo el candidato.
No obstante, a medida que aumentan los llamados para que el presidente se haga a un lado, algunos demócratas de alto perfil se posicionan detrás de Harris, de 59 años, como la candidata natural para reemplazarlo.
Harris como favorita
El domingo, el congresista Adam Schiff de California dijo en televisión que si Biden no puede «ganar claramente tiene que pasar la antorcha a alguien que pueda”.
Kamala Harris, añadió, “muy bien podría ganar claramente” a Trump.
Esa es una propuesta que ha llamado la atención entre algunos demócratas, incluidos los aliados de Biden, que ven en Harris una vicepresidenta que fracasó en su intento por la nominación demócrata de 2020 incluso antes de que se emitiera la primera votación y que ha luchado contra bajos índices de aprobación durante su estancia en la Casa Blanca.
En contra de eso, importantes legisladores demócratas como Schiff y el congresista de Carolina del Sur Jim Clyburn presentan a Harris como la sucesora obvia en caso de que Biden finalmente ceda ante la presión del partido.
Sin embargo, Harris está lejos de ser la única alternativa a Biden que se está discutiendo.
La lista de posibles reemplazos de Biden abarca desde un grupo de gobernadores populares (Gretchen Whitmer de Michigan, Gavin Newsom de California, Josh Shapiro de Pensilvania y JB Pritzker de Illinois) hasta el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y el congresista de California Ro Khanna.
Harris y su equipo se han negado a participar en especulaciones públicas. Pero su equipo es muy consciente de las conversaciones.
Un memorando que circuló en línea, supuestamente escrito por algunos demócratas, exponía un argumento detallado para promover a Harris a pesar de sus “debilidades políticas”.
La publicación decía que elegir a alguien que no sea ella desorganizaría la campaña y mantendría las «disputas demócratas» en el foco de los medios durante meses.
Si Biden renunciara a la nominación, la idea de que los demócratas pasen por alto a Harris en favor de otro candidato horroriza a muchos en la izquierda del partido y en el grupo de demócratas negros.
En esa situación, «el partido no debería de ninguna manera hacer algo para evitar a la señora Harris», dijo la semana pasada Clyburn, uno de los legisladores negros más destacados del Congreso.
Los republicanos también han reconocido que Harris sería la favorita para reemplazar a Biden.
El senador Lindsey Graham, de Carolina del Sur, advirtió el domingo que los republicanos deben estar preparados para una “carrera completamente diferente” si Harris, a quien describió como una candidata “vigorosa”, se convirtiera en la nominada.
Graham enfatizó su marca progresista de California, sugiriendo que estaba más cerca en términos políticos del líder de izquierda Bernie Sanders que de Joe Biden, en lo que parecía ser un atisbo de una línea de ataque republicana en caso de que ella asuma la candidatura.
Por su parte, Donald Trump la ha calificado de “patética” en los días posteriores al debate.
¿Tiene realmente posibilidades?
Pero, en última instancia, la única pregunta que importa para muchos demócratas -incluidos los donantes con mucho dinero- es si ella tiene más posibilidades de vencer a Trump que Joe Biden.
Y eso es profundamente incierto.
Los partidarios de Harris señalan una encuesta reciente de CNN que sugiere que a ella le iría mejor que al presidente contra Trump en noviembre. En una contienda cara a cara, Harris quedó detrás del republicano por sólo dos puntos, mientras que Biden quedó seis puntos detrás de él.
La encuesta también sugirió que Harris obtuvo mejores resultados que Biden entre los votantes independientes y las mujeres.
Pero muchos expertos descartan tales encuestas hipotéticas y señalan que el sentimiento de los votantes cambiaría si Biden realmente decidiera hacerse a un lado y los demócratas consideran a otros candidatos potenciales.
Un encuestador demócrata cercano a la campaña de Biden reconoció que Harris puede tener más potencial para ampliar la base de votantes del partido que el presidente, pero se mostró escéptico sobre la diferencia que ella marcaría.
Las encuestas que la enfrentan a Trump en este momento «no significan nada», dijo la persona, que pidió el anonimato porque no estaba autorizada a hablar con los medios.
Harris, hija de madre india y padre jamaiquino, obtiene mejores resultados en las encuestas que Biden entre votantes negros, latinos y jóvenes, sectores electorales críticos que ella podría dinamizar como nominada.
Pero otra cuestión incierta es si realmente aumentaría la participación entre los votantes más jóvenes de color. «Es un momento de esperar y ver qué pasa», dijo el encuestador.
¿Y para la vicepresidencia?
Algunos en el partido también se preguntan si la reputación progresista de Harris pone en riesgo a los votantes sindicales y obreros en los estados clave como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que Biden ganó por estrecho margen en 2020 y que ambos partidos necesitan para asegurar una victoria en noviembre.
En caso de que ella se hiciera cargo de la boleta, algunos demócratas han sugerido que el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, o el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, podrían ser elegidos como compañeros de fórmula para captar votantes centristas en los estados del Medio Oeste.
Dadas las edades de Biden y Trump, los votantes están prestando mucha más atención al candidato a vicepresidente de ambos partidos en este ciclo electoral, dijo Celinda Lake, una encuestadora demócrata veterana que trabajó para la campaña de Biden de 2020.
Del lado republicano, Trump aún no ha anunciado a su compañero de fórmula, aunque muchos especulan que elegirá al gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, o al senador de Ohio JD Vance.
Las preocupaciones sobre Harris
Las profundas preocupaciones entre algunos demócratas sobre la fuerza de Harris como candidata presidencial se remontan a su fallida candidatura a la nominación del partido en 2020, en la que asestó golpes a Biden en un debate inicial, pero luego se estrelló antes de los primeros caucus en Iowa.
Los críticos afirman que tuvo dificultades para definirse como candidata, un sentimiento que ha persistido durante su mandato como vicepresidenta.
Además, tuvo un comienzo inestable en la Casa Blanca, marcado por errores de alto perfil en entrevistas, bajos índices de aprobación y cambios de personal.
También se le asignó la tarea de supervisar la estrategia del gobierno para reducir la migración a través de la frontera sur de Estados Unidos, que aumentó a niveles récord en los últimos tres años y sigue siendo una vulnerabilidad importante para la campaña.
Durante el último año, Kamala Harris encontró un espacio como la principal voz del gobierno sobre el derecho al aborto, un tema que ayudó a los demócratas durante las elecciones legislativas de 2022 y que el partido espera que le atraiga más votantes en noviembre.
Como exfiscal que manejó casos de violencia sexual y para movilizar a los votantes en torno al tema, ha hecho referencia a historias personales de trabajo con mujeres que abortaron en el baño o fueron rechazadas en hospitales.
En la campaña electoral, también ha tratado de capitalizar otros temas que resuenan entre los votantes jóvenes, incluida la condonación de la deuda estudiantil, el cambio climático y la violencia armada.
La Casa Blanca también ha hecho un esfuerzo concertado para promoverla más fuertemente.
Aún así, se enfrenta a una batalla cuesta arriba para cambiar el escepticismo de los votantes: sus índices de aprobación rondan el 37% en los promedios de encuestas compilados por FiveThirtyEight, un nivel similar a los de Biden y Trump.
Y a menos que el propio Biden ceda ante la creciente presión del partido para que renuncie, los propios partidarios demócratas de base parecen resignados a apoyar la fórmula actual.
En el festival Essence en Nueva Orleans, Iam Christian Tucker, una pequeña empresaria de 41 años, dijo que, en última instancia, no le importaba quién era el nominado.
Dijo que le agradaba Kamala Harris, pero que no estaba segura de si una presidenta negra podría ganar las elecciones.
«Estoy votando contra Donald Trump más que nada», le dijo a la BBC.
Greg Hovel, de 67 años, que asistió a un mitin a favor del presidente Biden en Madison, Wisconsin, la semana pasada, dijo que apoyó a Kamala Harris en las primarias de 2020 y que siempre ha sido «un fanático” de la vicepresidenta, aunque advirtió que hay “mucho sentimiento anti-mujer” en el país.
«Creo que sería una excelente presidenta», dijo Hovel. «Pero sigo pensando que Biden puede ganar».
Mike Wendling contribuyó a este reportaje desde Madison, Wisconsin.
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