Poemas de Gema Matías
Santiago Apóstol
en soliloquio con la luna
con los dedos sedientos
del agua del silencio
acaricio el cielo del pozo
busco el horizonte
me dejo caer
rezo una y mil veces
rezo a la noche que se acerca
de nuevo
sobre los inclementes labios
conjuro al sol y a las estrellas
se desvanece el sello olvidado
y allí
junto a las mías
tus manos
**
Stonehenge
topónimo de mi mapa ancestral
separa las aguas convergentes
y en cualquier curva roturada
se filtra sin flexiones
toca la distancia
del bosque o del destierro
como alfarero de fábula
exhuma manuscritos
engendrados en la espesura
del camino solar
para tejer ramajes en el torno
del santuario druida
**
Saint Jean Pied de Port
trenza ondas reversibles en su collado
cordales insulares de amor místico
escupe mea culpa
la demencia y la belleza
del pecado original
callado despoblado
puerto de montaña
**
La transparencia al atardecer
la puesta en marcha
embarcada con virtud pecado gracia
o con un escudo protector
cual campana acompasada
que tañe a muerto
sea cual sea la creencia, el credo o religión
con o sin la arrogancia del misterio virginal
se cruza la frontera
pretendiendo clamar por un eterno regreso
en el giro alrededor del sol
**
Mareas de extranjeros
van despojando el infierno personal
el hechizo es lugar común
—sin estridencias—
mi locura va aprendiendo a caminar
sobre emblemas de transición
sobre infinitas plegarias
entre sedimentos y opulencia
consumida por la pasión abrasadora
la alquimia de una estrofa
abreva el mismo germen
haciéndose eco
al igual que una pesada carga
*Los poemas aquí publicados pertenecen al libro Ara Solis (Editorial Diosa Blanca, 2018). Prólogo: Edgar Vidaurre.
Poemas de Astrid Lander
Hacer un Camino como se hace un Poema
Por un sendero de vueltas.
Sólo lo pasa uno solo.
Nadie delante ni detrás.
Y mi sombra se agiganta
enfrentándome a espaldas.
Sigo flechas amarillas
para no perderme,
para salir de mi extravío.
Cuán difícil retomar la vuelta
la orientación,
aquietar la aguja de la brújula.
Si te despistas, temes.
Camino I
La invisibilidad del horizonte.
Allá, encima de las nubes
Dios viéndonos.
Perspectivas del alma.
Camino II
También es un camino de gusanos
y fuerte olor a vacas.
Roncesvalles / Orreaga
En los pueblos siempre es domingo
por la mañana.
Busco a su gente acallada
como si siempre fuese hora de siesta.
Hasta en los balcones de verjas
no se ven las diseñadas rejas
ocultas por flores acampanadas.
Estos pueblos son dos nombres
tejas de nieve
puertas y ventanas de madera pintada
bisagras a la vista
diseño de establo.
Espero que en vez de una persona
se asome un caballo.
Alto del Perdón
Al culminar el ascenso
piedras y lodo, piedras y lodo.
Quitar el fango de las suelas
que añade peso a los pies.
Soltar los ídolos de barro
que reniegan.
Me trenzo del zapato derecho
la iniciación
absuelta
restaurada al origen
cuando éramos dios de Dios.
Buen Camino
El tiempo y los kilómetros no importan.
La medida espacial
no abarca la inmaterialidad.
Elipsis.
Reposo en un banco de la plaza
lanzando piedritas al río.
Elipsis.
Andaduras ensimismadas
cruzan puentes medievales,
lajas de pizarra
como escalones
a techos de nieve.
Elipsis.
Dispón de la uva
la calma del agua en la fuente
ramas de lavanda frotan las manos.
Sostén tu mirada con las vacas
y los verdes tranquilizantes.
Ten un buen camino.
La Resistencia
En la subida se arrastra el cuerpo
en el descenso se sostiene el alma.
Mientras más empinado el ascenso
simétrica la bajada.
Ante tal proeza
sólo cabe el despojo
plegarse
y aceptar.
Los sentimientos son una sentencia.
*Los poemas aquí publicados pertenecen al libro Buen camino (Areté Editora, Caracas, 2009).
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