El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien permanece atrincherado en un sindicato de Sao Paulo vencido el plazo que la Justicia dio para su entrega, podría «dormir» en ese lugar y asistir mañana a una misa en memoria de su fallecida esposa, dijo este viernes un dirigente de su partido.
«Mañana estaremos aquí para asistir a la misa en memoria de Marisa Leticia y creo que es importante que sigamos aquí, solidarios con Lula, porque creo que él va a dormir aquí. Esa es la información que obtuve», dijo a periodistas el ex senador Eduardo Suplicy, del Partido de los Trabajadores (PT).
Fuentes próximas a la defensa del expresidente consultadas por Efe apuntaron también que «no hay una definición final pero es muy posible que la entrega no sea hoy» y que las negociaciones que los abogados del expresidente mantienen con la Justicia durante las últimas horas se retomen mañana.
Lula, condenado a doce años de cárcel por corrupción, tenía plazo hasta las 5:00 pm hora local de Brasil del viernes para entregarse y comenzar a cumplir la pena de 12 años que le impusieron por corrupción, pero dos horas y media después continuaba en la sede del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, su cuna política y vecina a Sao Paulo.
El ex mandatario llegó al sindicato el jueves por la tarde, tras ser informado sobre el acto de detención, y desde entonces no ha salido del edificio, que permanece rodeado por miles de militantes del PT y activistas de movimientos sociales.
El PT anunció que el sábado, frente a ese mismo sindicato, será celebrada una misa en memoria de la esposa de Lula, fallecida en febrero de 2017 y quien mañana habría cumplido 67 años.
Aunque no fue confirmado oficialmente, otras fuentes del PT también dijeron que Lula pretende estar presente en esa misa y que además se niega a ser trasladado a Curitiba, ciudad del sur del país en la que el juez Sergio Moro, a cargo de la causa, ha dispuesto que comience a cumplir la pena.
Según esas mismas fuentes, el expresidente habría exigido que su lugar de detención sea en Sao Paulo o en la misma Sao Bernardo do Campo, donde tiene además su residencia particular.
La Policía Federal, sin embargo, ha dicho que mantiene abierto un canal de «diálogo» con el expresidente y con sus abogados, a fin de que la entrega se realice sin conflictos.
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