En una comunidad vecinal, en lo alto de la colina como guardián silente, vivía un abuelo llamado Juan. A pesar de su avanzada edad, su espíritu era tan vigoroso como el de un joven. Juan había dedicado gran parte de su vida a la búsqueda de la esencia del amor divino y encontró su refugio en un lugar especial conocido como el «Refugio del Amor y la Devoción» a “La Maestra”.
«La Maestra» era un santuario espiritual en perfecta alineación espiritual, bajo una atmósfera etérea y envolvente de paz armoniosa que se podía sentir en el aire. Juan había construido este lugar sagrado con sus propias manos, con la ayuda de buenos samaritanos que compartían su profundo anhelo de encontrar la verdadera esencia del amor.
En este refugio, Juan se rodeaba de símbolos sagrados que representaban la Santísima Trinidad. Al entrar, se encontraba con una estatua del Padre, un anciano sabio y benevolente sentado en un trono, rodeado de un halo triangular que irradiaba una luz divina. A su derecha, había una imagen del Hijo, también entronizado, emanando una serenidad que llenaba el lugar. A su izquierda, una paloma blanca simbolizaba al Espíritu Santo, cuyas alas parecían abrazar el santuario.
Juan era consciente de la importancia de la Virgen María. Ella, nuestra ¡Auxiliadora!, “La Maestra”, representando la Madre de Jesucristo, estaba presente en este santuario sagrado, místico y trascendental. Era un recordatorio constante de su papel como mediadora ante la Santísima Trinidad. Juan, en su profunda devoción, le rezaba a la Virgen María como la Auxiliadora de todos los católicos cristianos, reconociendo su paz y amor incondicional.
Un día, Juan recibió un destello revelador de Nuestra Señora del Rosario de Fátima que lo conmovió hasta lo más profundo de su ser. En ese instante, Juan vio a Elena, una joven del pueblo, quien también había experimentado una visión desoladora de la tierra, como si la humanidad hubiera alcanzado un punto crítico en su camino. Llena de tristeza, Elena buscó respuestas y consuelo en Juan y le preguntó por qué sucedía todo tan rápido.
Conmovido por su dolor, Juan recordó las palabras de la Virgen de Fátima en su revelación: «Hay tantos pecados en el mundo, ¿qué puedo hacer si no me ayudas? Recuerda que te amo». Estas palabras resonaron en su corazón y le dieron fuerzas para responder a Elena.
Juan, con lágrimas en los ojos, le dijo a Elena:
«Dios no tiene un corazón duro. Observa de cerca las acciones de las personas que te rodean y nunca volverás a decir que Dios tiene un corazón endurecido. ¿Cuántas suelen ir a la iglesia, a la casa de Dios, con respeto, fe y amor por Él? ¿Cuántas de ellas rectifican realmente su conducta pecaminosa en la salida del templo? ¿Qué número de católicos están realmente dispuestos a cumplir al pie de la letra el precepto ‘perdóname como también yo perdono a quienes me ofenden’? ¿Cuántos se están esforzando realmente por amar a Dios sobre todas las cosas? ¿Es significativo el número aquellos que verdaderamente se preocupan y se ocupan por ayudar solidariamente al prójimo? ¿Quiénes están sinceramente convencidos a vaciarse completamente de la “mundanidad”? ¿Cuántos siguen con su testarudez de cerrar los espacios a mis Apóstoles de los últimos tiempos?
La visión de Elena también mencionaba que «se rasgarán los cabellos, el hermano rogará al hermano y maldecirán sus impías vidas pasadas». Estas palabras nos invitan a reflexionar sobre nuestras acciones y decisiones, reconociendo la fragilidad humana y la importancia de la fe en nuestras vidas. En este tiempo de crisis y cambios significativos, la humanidad debe buscar apoyo y solidaridad entre sí. Como hermanos y hermanas, debemos tender la mano y mendigar la ayuda mutua en momentos de necesidad.
Estas locuciones resonaron en Elena, avivando en su interior una profunda llama de introspección. Ella comprendió que este era un tiempo de gracia y conversión, un momento para aprovechar al máximo. La visión compartida por Elena y las palabras de Juan nos invitan a considerar nuestra propia responsabilidad en la obtención de misericordia y redención a través de la oración, la conversión y la fe.
Esta narrativa nos recuerda que la falta de fe y espiritualidad puede llevar a una vida desprovista de propósito y significado. Pero, al buscar una conexión con lo divino, podemos experimentar una transformación interior y una vida más plena. Por ende, en este camino de fe, nuestra responsabilidad es difundir las enseñanzas de Jesús por todo el mundo, bautizando a otros en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles los mandamientos de Dios. Con la guía y protección de María Auxiliadora, encontramos el camino del amor, la compasión y el servicio a Dios y nuestros semejantes. En este viaje espiritual, vislumbramos un futuro de esperanza y transformación, donde la iluminación de conciencia nos alertará a reflexionar sobre nuestras acciones. Este será conocido como el nuevo Pentecostés, un momento trascendental en el que la humanidad despertará y reflexionará acerca de su proceder y de lo que pudo haber hecho y dejó de hacer…
Redención y esperanza: la inspiración de “La Maestra»
En medio de las sombras y las pruebas, recordemos que siempre habrá espacios para obrar en nombre del Señor. Ser como Dios implica ser compasivos y misericordiosos en todos los órdenes de la vida. Nuestra misión irrenunciable es difundir las enseñanzas de Jesús por todo el mundo, llevando la luz de su amor a cada rincón. Al hablar de Nuestro Señor Jesucristo, recordemos a su Santa Madre, comisionada por Él para cumplir la misión redentora junto con sus Apóstoles de los últimos tiempos. En este viaje espiritual, nos encontramos con el poder transformador del amor divino, brindando esperanza a quienes más lo necesitan.
Con cada acto de bondad y compasión, somos portadores de la gracia y el consuelo de Dios, restaurando la fe en los desesperanzados. En momentos de quietud y recogimiento, nuestras lágrimas se mezclan con las plegarias, encontrando fuerza en la presencia divina que nos guía. Nuestro llanto se convierte en un río de redención, purificando nuestras almas y renovando nuestro compromiso de ser instrumentos de amor y misericordia. Recordemos siempre que somos hijos e hijas de un Dios compasivo, que nos acompaña en penas y dificultades. Cada lágrima derramada es testimonio de nuestra humanidad y oportunidad para encontrar consuelo en la infinita bondad divina. Sigamos adelante, extendiendo nuestras manos y siendo portadores de luz en medio de la oscuridad. Que nuestras vidas sean testimonio del amor de Dios, reflejos de su compasión y misericordia. En cada paso, en cada lágrima y en cada suspiro de esperanza, Él está con nosotros.
Que «La Maestra», la Virgen María, Auxiliadora de todos los seres humanos, nos guíe en nuestra fe y nos ayude a alcanzar la gracia y la salvación eterna. Su fortaleza, inspiración y sabiduría nos enseñan como la mejor «Maestra» a vivir en el amor, la compasión y el servicio a Dios y a nuestros semejantes. Su intercesión celestial nos brinda protección y su ejemplo nos impulsa a enriquecer la existencia con los Dones y Frutos del Espíritu y sus Virtudes Divinas.
IX Congreso Internacional de María Auxiliadora: «Yo te daré la Maestra»
El IX Congreso Internacional de María Auxiliadora será un evento trascendental que se llevará a cabo en el Santuario de Fátima, Portugal, del 29 de agosto al 1 de septiembre de 2024. Bajo el lema «Yo te daré la Maestra», este congreso reunirá a devotos de todo el mundo para honrar y celebrar a María Auxiliadora, nuestra Madre celestial.
En el marco de este congreso, nos encontraremos en el sagrado Santuario de Fátima, donde la presencia de María Auxiliadora se hará sentir con intensidad. Seremos testigos de un encuentro espiritual profundo, donde las almas devotas se unirán en un abrazo fraternal. Compartiremos nuestras experiencias y testimonios sobre cómo la guía amorosa de María Auxiliadora ha transformado nuestras vidas, llenándonos de gratitud y alegría.
Cada palabra pronunciada, cada oración elevada y cada abrazo compartido nos recordarán la importancia de María Auxiliadora en nuestro camino espiritual. Su amor incondicional nos fortalecerá y nos inspirará a seguir su ejemplo, viviendo en el amor, la compasión y el servicio hacia Dios y nuestros semejantes. En este congreso, seremos llamados a ser portadores de su mensaje de esperanza y salvación, llevándolo a cada rincón del mundo para iluminar vidas y transformar corazones.
Finalmente, durante este congreso, si así lo disponen en definitiva la Santísima Trinidad y María Auxiliadora, es posible que podamos tener el honor de presentar y exponer el proyecto educativo titulado «Salve María Auxiliadora, economía de la salvación y de la verdadera felicidad». Este proyecto tiene como objetivo resaltar la importancia de la devoción a María Auxiliadora como fuente de salvación y auténtica felicidad. Con la bendición de Nuestra Madre María Auxiliadora, esperamos compartir esta propuesta con la amplia audiencia devota salesiana, inspirando a otros a seguir su guía amorosa y experimentar la transformación espiritual que ella ofrece. En este sentido, solicitamos el apoyo de toda persona o institución con devoción mariana para que nos brinden su apoyo y así hacer posible esta encomienda mariana.
Que nuestra unión en este congreso sea un testimonio vivo de amor y fe. Que María Auxiliadora, nuestra Maestra divina, nos bendiga y proteja en cada paso que demos, guiándonos hacia la gracia y la salvación eterna. En su benevolencia, encontremos consuelo y fortaleza, permitiendo que su luz y amor nos guíen en nuestra búsqueda espiritual.
Queridos organizadores IX Congreso Internacional de María Auxiliadora en Fátima
Es un honor presentar al profesor Pedro Morales, destacado economista y predicador mariano, como invitado especial para impartir una enseñanza en este importante evento. El profesor Morales posee una profunda comprensión de la economía y una devoción ferviente a María Auxiliadora, lo cual lo convierte en un conferencista ideal para compartir su conocimiento y experiencia con la audiencia.
Su participación en el congreso será invaluable, ya que ayudará a resaltar la importancia de la devoción a María Auxiliadora como fuente de salvación y auténtica felicidad. Su enfoque en la economía de la salvación y cómo esto puede impactar positivamente nuestras vidas será inspirador para todos los asistentes.
Agradecemos de antemano la oportunidad de contar con el profesor Pedro Morales como parte del IX Congreso Internacional de María Auxiliadora en Fátima. Con su presencia, estamos seguros de que se enriquecerá aún más la experiencia de los participantes y se fortalecerá el mensaje de amor, compasión y servicio que María Auxiliadora nos enseña.
Si necesitan más información o tienen alguna solicitud adicional, no duden en ponerse en contacto con nosotros.
Con gratitud,
Padre Vicente Mancini
Fundación El Buen Samaritano-Santuario Divino Niño (Caracas-Venezuela)
Declamación: “Salve María Auxiliadora”
Salve María Auxiliadora, Virgen de nuestra admiración, expresamos con estas palabras lo que agradece nuestro corazón. María Auxiliadora, fuiste una gran mujer, donde estés te seguiremos. Gracias por tu paz que nos da tranquilidad. Gracias por tu amor que nos inspira gran devoción. María Auxiliadora, María Auxiliadora, nunca dejaremos de quererte. Guía nuestro camino, moldea nuestra actitud, para lograr nuestro objetivo de servirte a ti, a nuestro Dios y a nuestra patria. María Auxiliadora, María Auxiliadora, nunca dejaremos de quererte. Ver todo el homenaje en: https://www.youtube.com/watch?v=sarbssssX9s
“¡Al final el Inmaculado Corazón de la Virgen María triunfará!”
Pedro Morales. Proyecto educativo: “Salve María Auxiliadora, economía de la salvación y de la felicidad verdadera”. Predicador Mariano. Postulante a Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira. (UNET) [email protected] X: @tipsaldia / Instagram: @tipseconomic / WhatsApp: +58-416-8735028
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