El papa Francisco presidió el sábado un foro sobre la paz en Verona, una ciudad del norte de Italia conocida por la historia de Romeo y Julieta, y de la guerra entre sus dos familias contada por Shakespeare.
«La paz nunca puede ser el resultado de la desconfianza, de muros y de armas apuntadas unas contra otras», lanzó ante más de 12.000 personas reunidas en las arenas de Verona, anfiteatro que data de la época de los romanos.
Sentado en una silla con un respaldo alto, el sumo pontífice, de 87 años, blandió una bandera por la paz, antes de responder a preguntas y escuchar testimonios de israelíes y palestinos.
Este el segundo viaje del Papa en menos de un mes, después de su visita a Venecia en abril, donde presidió una misa en la plaza de San Marcos.
Francisco tiene previsto almorzar con presos de la cárcel de Montorio, antes de presidir una misa en el estadio Bentegodi.
Su visita comenzó en la basílica románica de San Zeno. Allí se encontró con un grupo de niños a quienes dijo: «¡Escuchen a los demás, jueguen con los demás, pero no peleen con los demás!».
El papa Francisco, que ahora viaja en silla de ruedas, sufrió varios problemas de salud en los últimos años y redujo la frecuencia de sus desplazamientos.
Su última visita internacional fue a Francia en septiembre.
A pesar de estos problemas el Vaticano prevé para el próximo mes de septiembre un ambicioso viaje de 12 días por Asia, en Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Antes de ello está previsto que en julio visite Triste, en el noreste de Italia.
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