El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales mantuvo de nuevo este viernes que el beso que dio a Jenni Hermoso fue consentido. El hecho ocurrió tras la final del Mundial el pasado verano y volvió a acusar a la jugadora de cambiar su versión tras lo ocurrido.
Rubiales acudió este viernes a la Audiencia Nacional para recoger en persona la resolución que le envía a juicio por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones a la futbolista.
A su salida, rechazó contestar preguntas de los medios que le esperaban, pero sí quiso expresar que sigue manteniendo su declaración ante el juez. Rubiales sostuvo que el beso, que entonces calificó de anécdota, estuvo consentido por Hermosos. Aseguró que nunca presionó a la internacional para justificarlo públicamente.
«Cuando sucedieron los hechos que todos ustedes conocen, en la entrega de medallas de Sídney (Australia), hubo una única versión de dos partes. Pasados unos días, una de las partes cambió su versión. Yo voy a seguir manteniendo mi versión desde el principio hasta el final, porque es la verdad», dijo.
Tras esperar que todo salga bien y que se haga justicia, Rubiales abandonó la Audiencia Nacional acompañado de su letrada, Olga Tubau, pasados veinte minutos de su citación.
Coacción
Rubiales será juzgado junto a tres de sus colaboradores cuando presidía la RFEF: el recién cesado exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque; el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el que fuera responsable de Marketing de la Federación, Rubén Rivera. A ellos la Fiscalía acusa de coaccionar a Jenni Hermoso para que justificase públicamente la actuación de Rubiales.
Todos menos Albert Luque, también acudieron a la Audiencia Nacional este viernes para cumplir con este último trámite formal antes del juicio, cuya fecha todavía no se ha fijado.
Con la notificación personal del auto de apertura de juicio oral, comienza a contar el plazo de 24 horas que el juez impuso a Rubiales para abonar la fianza para hacer frente a eventuales responsabilidades civiles en el caso de que lo condenen: 65.000 euros por el delito de agresión sexual y otros 65.000 euros, pero en este caso de forma conjunta con los otros tres procesados, por el de coacciones.
El expresidente federativo, que está investigado en otro juzgado madrileño por presunta corrupción en contratos de la RFEF, afronta en la Audiencia Nacional una petición de la Fiscalía y las acusaciones de dos años y medio de prisión. Mientras, los otros tres procesados se enfrentan a un año y medio.
La Fiscalía sostiene que, el pasado 20 de agosto tras la victoria de la selección femenina del Mundial, Rubiales «propinó un beso en los labios» a Jenni Hermoso de forma «sorpresiva» y sin su consentimiento. Se le acusa además de presionarla a ella y a su entorno para que «justificara y aprobara» su actuación. Una «situación de hostigamiento» de la que también responsabiliza a los otros tres acusados.
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