Aprovechando los momentos obligatorios de reflexión que generan los cortes diarios de al menos 3-4 horas del servicio eléctrico, sin ningún tipo de información oficial sobre las causas de la misma, es necesario imaginar los niveles de deterioro de todo tipo que enfrenta actualmente nuestro país y que es ocultado bajo un espeso manto de opacidad que hace virtualmente imposible conseguir información fidedigna sobre las variables sociales y económicas en prácticamente cualquier campo de la vida nacional, siguiendo la estrategia del avestruz, que esconde la cabeza para no ver el problema y deja el cuerpo por fuera.
En este orden de ideas, antes de revisar algunos planes de gobiernos disponibles de los candidatos presidenciales, es necesario hacerlo bajo los siguientes parámetros:
1- Área Económica
El próximo gobierno, va a tener que afrontar las necesidades impostergable de reducir la carga fiscal y los requerimientos burocráticos que sufren los empresarios venezolanos que hacen del país uno de los más complicados para hacer negocios en el mundo, según estudios internacionales, teniendo a su vez que afrontar el problema de las centenares de empresas públicas nacionales, con saldo » en rojo», que serian miles si añadimos empresas de gobernaciones, alcaldías y entes de lo que se denomina en Venezuela el Poder Popular, lo que implica una privatización masiva de unidades de producción económica, ante la imposibilidad misma del gobierno central para refinanciar planes de rescate y ampliación de dichas empresas en su gran mayoría.
Esto implica una dolorosa auditoría internacional que se realice sobre el Banco Central de Venezuela, el Ministerio de Finanzas, Pdvsa y otros entes nacionales que tengan verdadera categoría de empresas estratégicas, para de esta manera concentrar la atención del Estado en campos realmente vitales para la vida nacional.
En este orden de ideas, las gobernaciones y alcaldías del país, no pueden escapar a una gran revisión de sus cuentas y a una enorme reestructuración de sus maquinarias burocráticas, que permitan dar verdadera participación ciudadana a lo que la Constitución vigente denomina «Democracia Participativa y Protagónica» de manera que se pueda establecer por fin el Presupuesto Participativo, la Contraloría Social y la planificación local, como forma de gobierno responsable y moderno.
Pontificar sobre los sectores económicos que tienen que ser priorizados en una nueva estrategia de Desarrollo Económico Integral, requiere un diagnóstico situacional, que la inmensa mayoría de los sectores económicos, debe afrontar con realismo, ante el Estado de Destrucción de la economía venezolana, que ha perdido 70% de su PIB desde el año 2013 y que evidentemente no puede financiar todo tipo de proyectos como en décadas anteriores.
2-Área Social
Es la más difícil de todos los campos a tratar, puesto que existe una situación de emergencia humanitaria, que va de lo alimenticio a lo educativo, de lo laboral a lo sanitario, de lo urbano a lo rural, por lo cual no es exagerado pensar que estamos en Estado de Catástrofe y Calamidad Pública, por lo cual no debe haber ningún tipo de pruritos, a la horas de solicitar asistencia a todos los organismos internacionales y fundaciones privadas que puedan dar auxilios financieros y técnicos, lo cual requiere una legislación de emergencia humanitaria, que permita a los alcaldes y gobernadores pedir asistencia sin tener que estar esperando por permisos desde Caracas, lo cual ha sido una tragedia desde los tiempos del recordado FIDES, que administraba desde la Capital los recursos asignados a gobernaciones y alcaldías, como si no fueran entes responsables de su propio desarrollo económico y social, lo que apunta a un problema político y cultural que ha sido inmanejable en Venezuela como es la descentralización, pero ese en otro punto.
Los problemas sociales son inmensos y variados y solo se podrán detallar en forma responsable cuando se pueda tabular y analizar la información estadística de escuelas, hospitales, programas de nutrición, de atención de enfermedades crónicas y epidemiológicas, así como las características demográficas de la población que aun queda en Venezuela, pues para tener una idea simple de nuestra crisis, basta con referir que el Gobierno Nacional, no publica cifras oficiales de ciudadanos venezolanos en el exterior, para no admitir las dimensiones de este problema que todos los organismos internacionales de las Naciones Unidas si reconocen abiertamente desde hace muchos años.
3- Área de Infraestructura
La reconstrucción de Venezuela, calculada en 60.000 millones de dólares estadounidenses en 2019, requiere un nuevo estudio sobre qué sectores y localidades son prioritarias para la mayoría de la población a corto y mediano plazo, puesto que el deterioro espantoso que sufren las instalaciones físicas de la nación en todos sus niveles son el producto final, tanto de la carencia de recursos financieros para planes de mantenimientos, como de la falta de planificación de muchos entes responsables, lo que se observa muy especialmente en el sector de agua, eléctrico, vialidad, salud y educación, entre otros.
Hablar de cifras económicas y datos de ingeniería, exige otro artículo mucho más completo y detallado, para hablar de kilómetros de carreteras y autopistas, rehabilitación de centros de salud, reequipamiento de escuelas y universidades, en fin, sería una especie de inmensa «lista de mercado» o plan de obras que requiere otra plataforma para su discusión técnica y luego política.
4-Área Institucional
Todo lo que se plantea en nuestro país, exige una reforma política muy profunda, que genere un nuevo tipo de Ministerios, de empresas públicas, de alcaldías y de gobernaciones, es decir, que necesitamos transformar todo el aparato estatal a los estándares del siglo 21, a pesar de que muchos aun pretenden seguir en el siglo 19, dirigiendo sus espacios públicos como una bodega, donde no existe la rendición de cuentas de ningún tipo, como si fuera su feudo particular.
Estas son las premisas que en mi opinión profesional, deben orientar el análisis de la revisión de los programas de gobierno de los candidatos presidenciales.
Comenzamos la otra semana…
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