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Alto Mando Militar debe garantizar una posible transición ordenada

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Guyana Vladimir Padrino López- Ejército

Archivo / Foto EFE

Hoy es reconocido y aceptado por el Alto Mando Militar el ciudadano Nicolás Maduro Moros como presidente y comandante en jefe; sin embargo, este ha decidido inscribirse como candidato presidencial en igualdad de condiciones que otros candidatos, lo que significa, literalmente, que puede ganar o perder.

Tanto Hugo Chávez como Nicolás Maduro han recibido el reconocimiento y apoyo del Alto Mando Militar, pero la situación del país y calidad de vida del venezolano no ha mejorado, produciendo como consecuencia una posibilidad real de que el candidato del oficialismo pierda las elecciones del 28 de julio de 2024 y deba asumir otro la presidencia.

Desde el momento que el presidente y comandante en jefe decidió ser candidato, la FANB no debe permitir ciertas cosas como: comenzar un conflicto internacional, uso de los militares como militantes de su campaña, cambios y ascensos dentro del Alto Mando Militar.

La Fuerza Armada no puede tener militancia política, debe estar al servicio de la nación y nunca al de una persona o parcialidad.

Durante estos últimos 30 años, los militares, policías, jueces, fiscales, sufrieron las consecuencias de una inestabilidad política, la cual puede repetirse, siendo obligatorio y necesario para la seguridad del país que esto no ocurra.

Desde la llegada de la revolución bolivariana con la presidencia de Hugo Chávez, siendo él un miembro de la FANB, se desencadenó la politización de la Fuerza Armada, esa unión cívico-PSUV-Estado-militar-policial-colectivos, es el ejemplo de ello.

Motivado a la posibilidad de cambio en la presidencia, la participación de Maduro como candidato-presidente, la polarización de las propuestas políticas y tendencias, es deber prevenir cualquier escenario que conlleve una confrontación del pueblo contra el pueblo, muchísimo menos el uso de los militares en ese escenario, recordando que toda la responsabilidad política e histórica será del Alto Mando Militar; también son los máximos responsables de todas las armas de la república y lo que suceda con ellas.

Las propuestas que se hacen en función del interés nacional, la estabilidad política, sin que esto signifique que el candidato Maduro, que es presidente, use al Estado y la FANB para eliminar a sus adversarios políticos, son:

  1. Solicitar una reunión entre los actores políticos que lideran la población y la intención de voto en Venezuela, específicamente entre Nicolás Maduro como candidato-presidente y María Corina Machado, líder más influyente de la oposición.
  2. Exigir la liberación inmediata a través de indulto presidencial y antes de las elecciones de todos los presos políticos militares y civiles como un gesto de bajar las tensiones políticas, conociendo que esos hombres y mujeres, sobre todo los militares, tienen familia, amigos, compañeros, superiores y subalternos que no están de acuerdo con lo que sucede y eso puede tener consecuencias. Existen antecedentes de esta propuesta: Hugo Chávez y los militares del 4 de febrero, cuando fueron liberados  y se garantizó la estabilidad política de la nación.
  3. El indulto a los políticos, periodistas, empresarios exiliados de forma forzada por hacer oposición debería ser una realidad, como otro elemento de armonía para el país, si el candidato Nicolás Maduro cuenta con todos sus políticos, empresarios, periodistas, así que los demás candidatos deben estar en igualdad de condiciones para competir.

El destino político del país se debe definir en unas elecciones justas y competitivas, el pueblo debe decidir sin presiones y los líderes deben reunirse para acordar cómo será la continuidad o transición pacífica. Ninguna de las partes debe tener a sus militantes presos, la democracia interna en un país no es una confrontación de vida o muerte.

La Fuerza Armada no puede permitir que el país se proyecte a una inestabilidad política, que afecta a sus integrantes y a su vez la seguridad y defensa del territorio.

Una inestabilidad política en estos momentos puede lograr que cualquier nación extranjera aproveche la oportunidad de agredir o incluso despojarnos de parte del territorio.

Deben tener la voluntad de solicitar formalmente reunión entre los políticos, dado que estos sectores parecen olvidar que su deber es negociar, acordar, discutir, garantizar la convivencia y la paz del país.

La continuidad o la transición debe hacerse pacífica, ordenada y en armonía.

No permitan que quien se inscribió como candidato presidencial y es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Bolivarianas use el uniforme militar, la disciplina y obediencia como suyas personales o su parcialidad contra los adversarios políticos.

La revolución es un proyecto político igual que muchos otros, tienen un candidato igual que otros proyectos, ha sido un intento largo, son 25 años en el poder y al parecer los resultados no fueron los esperados, existe una posibilidad real de que pierdan las elecciones presidenciales y sea necesario una transición, acordada, pacífica y ordenada.

Tal vez algunos militares se acostumbraron a obedecer a un solo presidente, a un solo modelo de  gobierno, incluso al mismo ministro de la Defensa, son 25 años, casi una carrera militar completa, estamos hablando de que los actuales generales serían subtenientes y tenientes, tal vez algunos cadetes cuando el proyecto comenzó.

El comandante del CEO, como el jefe operacional de la FANB, debe generar en sus informes preliminares a la participación del Plan República, dirigidos al ministro de la Defensa, los distintos escenarios políticos, con la posibilidad de un ganador distinto a Nicolás Maduro, siendo su competencia analizar la situación en virtud de que el comandante en jefe decidió ser candidato y puede perder.

El ministro de la Defensa como actor político, parte del gabinete y miembro del gobierno, en su función de enlace entre la FANB y el gobierno, es quien debe recibir el informe del CEO y dirigir las propuestas a su candidato-presidente, quien debería aceptarlas y solicitar la reunión correspondiente, todo esto en virtud de que el proceso afecta directamente la seguridad y defensa territorial.

Ningún político, candidato o proyecto, está por encima de la Constitución, la seguridad y defensa del país y el bienestar de la sociedad.

La FANB a través de su Alto Mando debe garantizar que, en caso de una continuidad o transición, se respeten los derechos políticos y humanos de todos los ciudadanos. No aceptar a un comandante en jefe que gane eliminando con el Estado a los adversarios políticos es un acto de inmoralidad, cobardía y no representa el honor militar que se debe tener para dirigir las Fuerzas Armadas de Bolívar.

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