Kat Watkins, una mujer que utiliza una silla de ruedas, asegura que un médico asumió que no estaba manteniendo relaciones sexuales debido a su discapacidad.
Watkings, de 37 años y residente en Swansea, en Reino Unido, cuenta también que mientras le estaban haciendo una prueba ginecológica le dijeron que tenía «un cuerpo muy extraño».
Ella es una de los más de 30 adultos que le dijeron a la BBC en Gales que habían tenido que enfrentarse a barreras para acceder a atención médica debido a sus discapacidades.
El gobierno galés dijo que era «muy decepcionante» escuchar estas historias.
«Traumático»
Debido a su condición, la osteogénesis imperfecta, que causa huesos frágiles, Watkins asegura que obtener atención médica adecuada es casi imposible
Explica que evita las visitas médicas debido a sus pasadas experiencias «traumáticas».
«He estado luchando durante los últimos 37 años para superar las barreras y siguen ahí. Para mí son más que simples barreras, son una batalla constante«, cuenta.
Watkins explica que una persona que le hizo una prueba ginecológica le recomendó no programar más citas en el futuro porque ella no era sexualmente activa.
«Él estaba asumiendo que yo no estaba teniendo relaciones sexuales porque soy una persona discapacitada», explica.
También dice que se sintió tratada como un «caso de manual» en vez de como una persona, a pesar de haberle dicho al personal médico cuál es la mejor manera de posicionar su cuerpo.
Eso hizo que Watkins tuviera que volver al consultorio en varias ocasiones para poder obtener un resultado.
Durante otra visita al hospital, cuenta que sentía que el personal no la escuchaba ni le creía cuando les dijo que tenía varios huesos de la pierna rotos; más tarde se confirmó que su pierna estaba rota en cinco partes.
«Recibí una carta diciendo que el médico había hecho todo correctamente y que no veían ningún problema«, explica.
«Me sentí desconsolada, completamente desestimada, todos mis sentimientos fueron desestimados».
La junta de salud de Swansea Bay dijo que no podía comentar sobre casos individuales, pero que estaría encantada de discutir con Watkins sus preocupaciones.
«Me fallaron por completo»
Michelle Penny nunca se ha hecho una prueba de citología debido a la falta de acceso y, al igual que Watkins, siente que el sistema de salud le ha fallado.
«Solo espero y rezo para que nada salga mal. Cruzo los dedos y espero lo mejor», dice la mujer de 39 años.
Una encefalomielitis miálgica la ha dejado casi postrada en cama y le cuesta salir de casa para asistir a sus citas médicas.
«Todo el mundo necesita algún tipo de atención médica, pero si no puedes acceder a ella, has fracasado completamente«, afirma.
Penny no ha visto a un médico de cabecera desde hace unos seis años y tiene citas rutinarias para el asma por teléfono, pero dice que eso no es suficiente.
«Podrías decirles cualquier cosa y tendrían que creerte porque no pueden verte», añade.
Penny también ha respaldado los pedidos para que haya pruebas caseras para detectar el Virus del Papiloma Humano, que actualmente se encuentran en fase de prueba en Inglaterra.
Alex Harrison, responsable de igualdad de la organización Disability Wales, dice que muchas personas que tuvieron «batallas» con la atención médica simplemente se desconectan de ella.
«Como resultado, dicen que tienen nuevas deficiencias o que sus condiciones han empeorado», cuenta.
«Muchos sienten que simplemente los han ignorado o que las visitas médicas les suponen demasiado trabajo».
«Escuchamos mucho que la gente simplemente espera y espera a que les contacten y luego esto nunca sucede».
Ella cree que para generar cambios se necesita capacitación en igualdad de discapacidad, «impartida por una persona discapacitada», y más comunicación.
Un portavoz del gobierno galés dijo: «Es muy decepcionante escuchar estas historias y esperamos que las personas con discapacidad sean escuchadas y tratadas con respeto cuando acceden a los servicios del NHS (servicio británico de salud pública)».
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