Inundaciones, destrucción y muerte.
Las fuertes lluvias que azotan desde la semana pasada al estado de Rio Grande Do Sul, ubicado en el sur de Brasil, causaron la muerte de al menos 85 personas y desplazaron a más de 150.000.
El gobierno de esta región estima que más de un millón de ciudadanos quedaron afectados por el fenómeno atmosférico.
Además de las muertes, las autoridades registran 361 heridos y 132 desparecidos.
La precipitación y las inundaciones destruyeron carreteras y puentes en varias ciudades, al tiempo que provocaron desplazamientos de tierra y el derrumbamiento de una pequeña presa en una central hidroeléctrica.
Imágenes de satélite muestran cómo algunos de los principales ríos de Rio Grande do Sul se han desbordado y abandonado los cauces.
En Canoas, ciudad ubicada en la región metropolitana de Porto Alegre y con casi 350 mil habitantes, las calles de varios barrios fueron «tragadas» por el agua.
El domingo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó la zona del desastre y comentó que «todos los poderes y niveles de gobierno están trabajando juntos en este momento de emergencia».
Mientras que el gobernador del estado, Eduardo Leito, indicó que el número de víctimas podría aumentar en los próximos días a medida que los equipos de rescate accedan a más zonas afectadas.
¿Por qué llueve tanto?
Meteorólogos entrevistados por BBC News Brasil explican que las intensas lluvias registradas en Rio Grande do Sul en los últimos días son el resultado de una combinación de tres factores principales:
- Una vaguada (corriente de viento intensa) que opera en la región, creando un clima muy inestable.
- Un corredor de humedad proveniente del Amazonas, que incrementó la intensidad de las precipitaciones.
- Una ola de calor en la región central del país.
«Esta masa de aire caliente sobre la zona central del país bloqueó el frente frío que se encuentra en la región sur, impidiendo que avance y se propague a otras localidades. La combinación de estos factores hace que esta inestabilidad se mantenga sobre el estado, provocando una lluvia intensa y continua», explica Dayse Moraes, meteoróloga del Instituto Nacional de Meteorología del país.
De la misma forma, el período comprendido entre finales de abril e inicios de mayo de 2024 aún está influenciado por el fenómeno de El Niño, responsable del calentamiento de las aguas del océano Pacífico, contribuyendo a zonas de inestabilidad sobre el estado.
Los expertos consideran que esta confluencia de varios factores es poco común.
Asimismo, las lluvias catastróficas en el sur están directamente relacionadas con la ola de calor registrada en las regiones centro-oeste y sudeste, donde las temperaturas son alrededor de 5 °C superiores a la media este otoño.
«Con la intensificación del cambio climático global, los eventos climáticos extremos serán más frecuentes e intercurrentes», agrega Rafael de Ávila Rodrigues, profesor y climatólogo del Instituto de Geografía de la Universidad Federal de Catalão (Ufcat).
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