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Las calles empujando desde abajo

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No es un hecho circunstancial lo que se desarrolla en las calles de Venezuela. Pensar lo contrario es tapar la verdad, o es parte del juego de las equivocaciones políticas, a veces de carácter tormentoso, cuando está en camino un cambio de modelo.

El desarrollo de los acontecimientos genera múltiples interpretaciones. Napoleón Bravo entrevistó al Doctor Luis José Uzcátegui, para un análisis psicosocial, sobre la estructuración del nuevo movimiento opositor. Manifiesto gran respeto por este pensador. No comparto su señalamiento sobre el liderazgo del proceso, que denomina mesianismo. Discrepo completamente a la luz de los acontecimientos del último siglo, preñado de salvadores, que terminan derivando hacia posturas totalitarias, condimentadas con el populismo y la posverdad.

El liderazgo de MCM es auténticamente lo contrario, de allí su éxito arrollador, y la particularidad de generar un pensamiento transformador en los más apartados rincones del país.

Liderazgos mesiánicos hemos tenido de sobra, así como sus abundantes fracasos.

He revisado numerosas intervenciones y sus acciones concretas en estos últimos 25 años que niegan tal afirmación. La persecución de la tiranía violando el Estado de Derecho es revertida inteligentemente, fortaleciendo el plan-país, ajeno a la perturbación mesiánica.

Este proyecto diseña una visión distinta de ciudadanía, mediante la definición de un nuevo sujeto social, asumiendo los pasos básicos de esta coyuntura: movilización pacífica, ofrecer siempre la verdad y consultando cómo continuar por este camino anubarrado.

Es otra manera de concebir el manejo de los asuntos públicos. No es un botín, es desarrollar las comunidades, con presencia ética y defensa de valores: libertad, justicia, libre organización del mercado y la participación específica del Estado para fortalecer la salud, la ciencia y el desarrollo tecnológico. Es decir, un boceto estratégico de la nación. Toma de decisiones consensuadas.

Intolerancia con la deshonestidad, la impunidad. Reducir los costos gubernamentales y clarificar los de la política. Ofrecer educación y recuperar la justicia. Rescatar las garantías constitucionales. Seguridad y calidad de vida. Atraer inversiones genuinas, lícitas, legales. Búsqueda de la prosperidad. Defensa de la familia. Son los temas planteados en cada rincón de la geografía nacional. En Turén y en Maracaibo. Está plasmado en sus intervenciones de los últimos 25 años, sin dobleces. Negándose a decir una cosa hoy y otra mañana. Por eso las calles están hablando.

El mesianismo anda en la barcaza de la arbitrariedad, el individualismo, prometiendo “puentes donde no hay ríos”. Es la historia de la politiquería hacia la ruina multiplicada.

No existen propuestas ilusorias e irracionales. Llama al trabajo mancomunado para el fortalecimiento de las instituciones. Construir la confianza ante los malos ejemplos y los fracasos del totalitarismo.

El chavismo si es mesianismo. Es la verdad única. El adoctrinamiento contra la libertad, contra el pensamiento crítico. Es la intolerancia y “la profundización de las antinomias”. Los venezolanos hemos aprendido de los errores y es rechazada hoy este tipo de conducta. No hay soluciones mágicas. Esto cambió y para siempre.

Un siglo perdido en 25 años requiere realismo y decisión clara: cambio de modelo.

El planteamiento del Doctor Uzcátegui -repito, no lo comparto- es provechoso como fuente de una gran discusión. Bienvenida

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