El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo este martes que el Ejército israelí entrará en Rafah para eliminar a los cuatro batallones de Hamás que presuntamente quedan en el sur de la Franja de Gaza, «con o sin acuerdo» de tregua.
«Entraremos en Rafah y eliminaremos a los batallones de Hamás allí, con o sin acuerdo», aseguró Netanyahu durante una reunión con familiares de secuestrados y víctimas del ataque del 7 de octubre.
Sus palabras llegan cuando Hamás estudia la última propuesta de tregua de los mediadores en El Cairo, y que contempla un alto el fuego de 40 días y la liberación de miles de presos palestinos a cambio de rehenes en Gaza, según medios israelíes.
«La idea de que pararemos la guerra antes de alcanzar todos sus objetivos está fuera de toda discusión», dijo el mandatario en la reunión, en alusión a las tres finalidades repetidas en estos casi siete meses de guerra: devolver a los rehenes, acabar con la fuerza militar de Hamás y lograr que Gaza deje de ser una «amenaza» para Israel.
Piden la dimisión del ministro de Seguridad Nacional
Ante este último mensaje de Netanyahu, el ministro de Seguridad Nacional y colono, Itamar Ben Gvir, amenazó este martes de nuevo con romper el Ejecutivo de coalición si el primer ministro decide no invadir Rafah y accede a negociar con Hamás.
«Advertí al primer ministro [de las consecuencias], Dios no lo quiera, de que Israel no entre en Rafah, Dios no lo quiera, de que ponga fin a la guerra, Dios no lo quiera, de que haya un acuerdo temerario”, dijo Ben Gvir en discurso grabado en video en X.
El líder de la oposición, Yair Lapid, condenó las palabras de Ben Gvir, pidió su dimisión y lamentó en X que Israel fuera un «rehén de locos irresponsables», en referencia a los dos partidos ultranacionalistas que se oponen a un acuerdo para la liberación de los rehenes.
«No puedes seguir así. Un ministro con antecedentes penales (Ben Gvir) está en la Oficina del primer ministro y le amenaza con consecuencias si no hace lo que le dice. Ben Gvir le dice (así) al mundo entero y a toda la región que Netanyahu es débil y que trabaja para él. Es increíble que no lo despidan en el acto», dijo en X.
Ofensiva contra Rafah supondría una catástrofe humanitaria
Organizaciones internacionales y gran parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, advierten que una ofensiva contra Rafah supondría una catástrofe humanitaria aún mayor que la que ya están sufriendo los palestinos en el enclave, con escaso alimento, agua potable y un sistema sanitario devastado.
En Rafah malviven 1,4 millones de gazatíes, la mayoría desplazadas de norte durante una guerra en la que ya han muerto más de 34.500 personas en 207 días de ofensiva, donde cerca del 80% de la población sigue desplazada.
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