El miércoles entrará en vigor en Florida una ley más estricta sobre el aborto, que reducirá la prohibición de 15 semanas de gestación a 6 semanas, lo que podría afectará a miles de personas.
Florida se había convertido en un punto clave de acceso al aborto tras las restricciones que se han establecido en los últimos años en varios estados. Alrededor de uno de cada tres abortos del sur de Estados Unidos se produjeron en dicha entidad, según datos del Instituto Guttmacher, una organización de investigación y política centrada en la salud sexual y reproductiva que apoya el derecho al aborto.
La nueva ley supone un inconveniente para las mujeres, pues muchas no saben que están embarazadas sino hasta muchos después de las seis semanas tras su último periodo menstrual.
De los 16 estados del sur de Estados Unidos, nueve han prohibido el aborto. Florida se unirá a Georgia y Carolina del Sur con una prohibición a las seis semanas. Esto deja solo tres estados en esta región, Delaware, Maryland y Virginia, donde el aborto sigue siendo legal más allá del primer trimestre y Carolina del Norte con un límite de 12 semanas.
«En términos de número de personas afectadas, este podría ser uno de los cambios políticos más impactantes de los últimos meses, y eso sin minimizar los otros cambios políticos, que también han causado enormes daños y barreras reales al acceso», dijo a CNN Isaac Maddow-Zimet, científico de datos del Instituto Guttmacher e investigador principal de un proyecto de seguimiento de los abortos en Estados Unidos.
«Todo está muy interrelacionado. A medida que ocurren más y más barreras de acceso, y especialmente en el sureste, y a medida que las opciones de atención se vuelven más y más limitadas, realmente exacerba estos obstáculos aún más de lo que habríamos pensado», agregó.
Proveedores y pacientes han tenido 30 días para prepararse desde que la Corte Suprema de Florida publicó la decisión que allanó el camino para las nuevas restricciones.
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