Cuatro días demoró la selección de un jurado de 12 titulares y 6 suplentes que tendrá la enorme responsabilidad y presión mediática de juzgar a lo largo de seis semanas a Donald Trump, el primer expresidente en la historia de Estados Unidos que se sienta en el banquillo por un caso penal.
Dos mujeres que habían sido preseleccionadas, de entre los casi 200 candidatos, se echaron a llorar en el interrogatorio final. «Lo siento. Pensé que lo podría hacer», dijo una que fue rápidamente descartada por el juez. «Esto es mucho más estresante de lo que pensé», confesó angustiada mujer.
La prueba crucial que tuvieron que superar los candidatos -todos residentes de Manhattan- fue responder el exhaustivo cuestionario de 42 preguntas configuradas por la defensa y de la fiscalía sobre su profesión, lugar de trabajo, medios de comunicación que leen y redes sociales que utilizan para determinar sus inclinaciones políticas sobre el magnate y político republicano, que estuvo muy atento al momento a las respuesta de los candidatos.
La retribución diaria para los miembros del jurado es de 50 dólares, muy por debajo del salario mínimo en Nueva York establecido en 15 dólares la hora
Al fin de una intensa jornada el juez instructor del caso, Juan Merchán, anunció el viernes «tenemos nuestro jurado», para posteriormente confirmar la noche de ese mismo día la selección de los seis suplentes que tendrían que incorporarse en caso de fallar alguno de los titulares.
El juez de origen colombiano pidió a la prensa que no revelaran detalles sobre los seleccionados, cuya identidad permanece oculta por razones de seguridad y para evitar «hostigamiento». Y es que la imparcialidad y el anonimato son condiciones fundamentales en un jurado que tiene la enorme responsabilidad de juzgar, en plena campaña electoral, al virtual candidato presidencial del Partido Republicano.
Inicio de los debates de fondo
Este lunes, la fiscalía y la defensa presentarán el caso ante el jurado, antes de que suba a la tribuna el primer testigo de la acusación, cuyo nombre no se ha revelado para que Trump no lo publique en redes sociales.
El juicio, en el que tiene que estar presente el exmandatario, ha interrumpido su campaña, pero Trump ha intentado aprovechar la cobertura de la prensa para transmitir su afirmación de ser la víctima de un «engaño» y una «persecución».
«Se supone que tengo que estar en muchos sitios haciendo campaña», dijo Trump, y en vez de eso, «llevo aquí sentado desde hace días, de la mañana a la noche en esa fría sala», lamentó el exmandatario.
La fiscalía de Manhattan acusa al magnate de 34 falsificaciones de documentos contables de la empresa familiar Trump Organization para comprar el silencio de una exactriz de cine porno por una relación extramatrimonial para que no interfiriera en su campaña de 2016, que ganó frente a la demócrata Hillary Clinton.
Si es declarado culpable, en un veredicto en el que se exige la unanimidad, Trump podría enfrentarse a la cárcel, pero lo más probable es que se le imponga una multa.
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