Con la llamada Revolución de las Reformas, se desarrolló el primer golpe militarista de nuestra historia.
Al concluir José Antonio Páez su primer mandato presidencial, Venezuela sufrió la primera gran crisis entre los factores del poder, que en esos momentos les tocaba la responsabilidad de dirigir la nave del Estado hacia puerto seguro de la paz republicana.
Fue así como el Congreso tal como estaba pautado en la novísima Constitución, convocó a elecciones para designar al nuevo presidente de la República.
En aquellas elecciones de 1834, se perfilaron cinco candidatos, tres de ellos militares, los generales Carlos Soublette (propuesto por José Antonio Páez), Santiago Mariño y Bartolomé Salom, y dos civiles, Diego Bautista Urbaneja y el propio Vargas.
El doctor José María Vargas contaba con el apoyo de diversos sectores civiles (universitarios, agricultores y propietarios) que querían aprovecharse de la división existente entre los militares para aupar una alternativa civilista.
Los seguidores de Mariño se oponían violentamente a esta candidatura y reclamaban el derecho exclusivo que tenían los militares para gobernar el país.
El 6 de febrero de 1835 en el edificio de la Capilla del Seminario, el Congreso reunido (19 senadores y 38 representantes) realizaron una sesión para el acto de escrutinio de votos de las elecciones para presidente de la República.
Los resultados fueron de los siguientes: José María Vargas, 103 Votos (50,99%), Carlos Soublette, 45 (22,77%) y Santiago Mariño 27 (13,36%), 10 para Diego Bautista Urbaneja, 10 para Bartolomé Salom, 5 para Francisco Esteban Gómez, 1 para Andrés Narvarte y 1 para Tomás de Heres.
Este resultado prendió las alarmas porque a pesar de que Vargas había sido convencido de dejar su apacible vida civil, nadie imaginaba verlo convertido en presidente de la República.
Como la norma constitucional de 1830, exigía las dos terceras partes se llevó a cabo otra elección. Se realizó una segunda vuelta entre los tres candidatos que obtuvieron más votos, quedando sólo Vargas, Soublette y Mariño, resultando Vargas vencedor con 26 votos, 16 para Soublette y 15 para Mariño.
Nos cuenta el propio José Antonio Páez que fue necesario realizar una tercera votación y allí logró José María Vargas alcanzar las dos terceras partes con 43 votos necesarios para cumplir con la norma constitucional y alzarse con la Presidencia.
Era la primera vez que un civil era electo presidente de República en la historia de Venezuela y el primero de oposición al anterior gobierno.
El doctor Vargas asumió la Presidencia de la República el 9 de febrero de 1835. Por dos años más, según disposición constitucional, continuaría a su lado Andrés Narvarte como vicepresidente. Su gabinete estuvo integrado por Antonio Leocadio Guzmán en la Secretaría de Interior y Justicia; general Francisco Conde, en la Secretaría de Guerra y Marina; Santos Michelena, en Hacienda y Relaciones Exteriores.
Revueltas en el oriente
Los resultados del Colegio Electoral de Carúpano favorecieron al Santiago Mariño, sin embargo, fueron anulados por el gobernador de la Provincia de Cumana, coronel Eduardo Stopford, decisión que provocó disturbios y un serio enfrentamiento entre la primera autoridad de la Provincia y el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Oriente, el oligarca “mariñista” Andrés Level de Goda.
Los mariñistas alegaban que les correspondía el derecho exclusivo de gobernar, por haber sido ellos quienes conquistaron la independencia.
Pese a que José María Vargas había resultado ser el más votado, esto enardeció los ánimos de sus adversarios y poco después sería desalojado por la fuerza del poder, propiamente el 8 de julio de 1835, cuando el héroe de la Guerra de Independencia coronel Pedro Carujo, con grandes pistolas en cada mano, increpó al mandatario recién electo que renunciara, en aquella asonada llamada Revolución de las Reformas, considerado el primer golpe militarista de nuestra historia.
Fuente:
Elías Pino Iturrieta «Las insólitas elecciones de 1835». Prodavinci. Publicado el 07/05/2018
@LuisPerozoPadua
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