Las autoridades de Israel comenzaron a debatir el domingo qué respuesta darán al ataque iraní con drones y misiles que en la noche del sábado hizo sonar las alarmas en todo el país y aumentó las preocupaciones en Medio Oriente sobre la posibilidad de un conflicto entre los dos enemigos.
El ataque generó masivas declaraciones de condena de buena parte de los gobiernos, pero también una ola de honda preocupación mundial y un llamamiento intenso a la prudencia por temor a una guerra abierta en una región que ya se enfrenta a más de seis meses de guerra en Gaza. Tal fue el nivel de alerta que el G7 y el Consejo de Seguridad de la ONU llevaron a cabo reuniones extraordinarias para pedir mesura a las dos partes.
La República Islámica lanzó su ataque el sábado en respuesta al bombardeo contra su consulado en Damasco el 1.° de abril, del que responsabilizó a Israel y en el que murieron siete Guardianes de la Revolución, incluidos dos generales; y justificó su ofensiva con el artículo 51 de la carta de la ONU que se refiere a la “legítima defensa”.
Pero la lluvia de misiles y drones iraníes apenas causó daños. El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, afirmó que el ataque incluyó más de 300 drones, misiles balísticos y de crucero, pero que 99% de ellos fueron interceptados con ayuda de Estados Unidos, Reino Unido, Jordania y otros aliados.
El del sábado es el primer ataque directo de Irán contra Israel y, según Janiel Melamed, doctor en Seguridad Internacional y profesor del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte (Barranquilla), pone fin al término de «guerra a la sombra» entre ambos países.
Hasta ahora, dice el experto, los enfrentamientos entre Teherán y el país hebreo se movían en una especie de ciclo de «acción y reacción» entre aliados o actores delegados, sin llegar a un ataque directo entre las dos potencias.
El internacionalista Eduardo Saldaña, en el medio de análisis El Orden Mundial, explica al respecto que “el ataque iraní supone una ruptura del equilibrio que había. Tanto Irán como Israel evitaban atacarse de manera directa, optando por objetivos iraníes en terceros países como Siria o Líbano, en el caso de Israel, u operando a través de proxies, en el caso de Irán”.
De ahí que, tras el ataque iraní, todas las miradas estén puestas en Israel y en cómo va a reaccionar ante este golpe, mientras los gobiernos intensifican sus movidas diplomáticas para evitar una arremetida mayor.
Entre las grandes potencias, por ejemplo, Estados Unidos afirmó este domingo que no quiere ver una escalada en la crisis de Medio Oriente. Washington agregó que no se unirá a ninguna acción de represalia contra Irán y advirtió al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que “piense cuidadosamente” sobre cualquier escalada.
China también expresó una “profunda preocupación” por la arremetida militar y pidió a todos “calma y moderación”, al tiempo que Rusia se mostró alerta ante la “peligrosa escalada”, y llamó a “actuar con moderación”.
Hizo lo mismo el G7, grupo formado por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón, que tras reunirse este domingo reiteró “la necesidad de evitar una nueva escalada” y “llamó a las partes a abstenerse de acciones que aumenten las tensiones en la región”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, también insistió este domingo durante una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que Medio Oriente y el mundo no pueden “permitirse más guerras”, al tiempo que recordó a ambas partes que la ley internacional prohíbe “las acciones de represalia que incluyen el uso de fuerza”.
El ministro de Exteriores egipcio, Sameh Shukri, cuyo país también se vería afectado por la tensión, llamó este domingo a sus homólogos iraní, Hosein Amir Abdolahian, e israelí, Israel Katz, y les pidió ejercer el “máximo nivel de autocontrol” y que se abstengan de políticas arriesgadas y provocaciones.
Los analistas consultados por este diario consideran que, con el ataque, Irán tenía el propósito de responder al bombardeo a su consulado y enviar un mensaje sobre su capacidad de acción frente a las agresiones, aunque sin causar un alto número de víctimas o daños que pudiera abrir la puerta a un mayor escenario bélico.
De ahí que el ataque no cogió por sorpresa al gobierno de Israel, pues había amenazas desde hace dos semanas, y, además, unas 72 horas antes Teherán había puesto bajo aviso a países vecinos.
“Querían mostrar su fuerza, pero ser muy medidos a la hora de demostrar que tienen capacidad para no entrar a hacer un ataque que pudiera generar una reacción, ya fuera directamente de Israel, de Estados Unidos, del Reino Unido, Francia o alguno de los aliados”, explica Carlos Arévalo, decano de Derecho y Ciencias Políticas y experto en política internacional de la Universidad de la Sabana.
Las movidas que haría Israel tras el ataque de Teherán
Pese a ello, y a los llamados internacionales a la contención, varios ministros israelíes pidieron este domingo una fuerte respuesta de su país al ataque. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, por ejemplo, dijo en un discurso en la red social X que “los ojos de todo Medio Oriente y del mundo entero” están mirando a Israel y animó a aprovechar la ocasión para formular una respuesta que “resuene en Medio Oriente durante las generaciones venideras”.
“Si lo ignoramos, nos pondremos a nosotros mismos y a nuestros hijos en una amenaza existencial inmediata”, añadió.
El presidente israelí, Isaac Herzog, dijo en una entrevista en la cadena Sky News que Israel está “considerando todas las opciones” para responder al ataque de Irán, al que calificó como una “declaración de guerra”. Mientras que el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, subrayó que su país se reserva el derecho a las represalias, al tiempo que pidió que se impongan “todas las sanciones posibles” contra Irán.
Otros funcionarios como el ministro Beni Gantz fueron algo más mesurados. “Frente a la amenaza de Irán, construiremos una coalición regional y cobraremos el precio a Irán, en la forma y el momento que sean los apropiados para nosotros. Irán es un problema mundial y ayer (sábado 13 de abril), el mundo se posicionó claramente junto con Israel ante el peligro. Ese es un logro estratégico que debemos aprovechar por la seguridad de Israel”, afirmó.
Y es que informes de la prensa hebrea, recogidos por Times of Israel, aseguran que durante la reunión de urgencia convocada por el primer ministro Netanyahu tras el inicio del ataque, varios funcionarios del gabinete de guerra propusieron contraatacar a Irán de inmediato, incluso mientras el lanzamiento de drones iraníes aún estaba en marcha.
Pero el medio israelí Canal 12 asegura que la idea de la respuesta inmediata quedó desechada tras una llamada entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el premier israelí; y que el gabinete aún no ha logrado un consenso sobre el paso a seguir.
Así las cosas, si la situación escala aún más o «si las aguas se calman en Oriente Próximo» dependerá ahora exclusivamente, dice el analista Saldaña, de las medidas que tome Israel contra Teherán.
El internacionalista plantea que Israel podría optar por un ataque contra grupos armados proiraníes en Siria o Líbano, desescalando las tensiones y devolviendo la confrontación a la “dinámica habitual”. En el escenario más dramático, señala, podría responder con un ataque directo contra Irán que terminaría en una “espiral de escalada que involucraría a otros países y actores de la región”.
Otros analistas como Colin Clarke, director de investigación del Soufan Group, creen que “Netanyahu está intentando ampliar la guerra a toda la región para desviar la atención de lo mal que le está yendo la guerra en Gaza”, por lo que su respuesta dependerá de ello.
Mientras que expertos como Avi Melamed, autor del libro Nueva Era en Oriente Medio, son más optimistas y aseguran que no esperan una respuesta masiva por parte de Israel. “Creo que buscarán alguna manera de golpear a Irán, junto a Estados Unidos, pero que no alcance gran magnitud”, le dijo el analista a Efe.
Si bien las autoridades iraníes dieron por concluidos los ataques, advirtieron que una acción de Israel tendría una respuesta aún más contundente. “Si el enemigo comete un error y viola el espacio aéreo de nuestro país, se encontrará con golpes mortales y ardientes”, dijo el general Qader Rahimzadeh.
Aunque todas las opciones siguen sobre la mesa, el analista Melamed es enfático en que la idea de una guerra abierta es inconveniente tanto para Irán como para Israel por lo que ambos actores se cuidarán de abrir esa puerta.
El balance de daños y heridos en territorio israelí
De los 170 drones que Irán lanzó ninguno alcanzó territorio israelí, según afirmó este domingo en su balance el portavoz militar israelí, Daniel Hagari: 25 de unos 30 misiles de crucero también fueron interceptados (otros cinco fueron derribados fuera del espacio aéreo israelí), al igual que casi todos los más de 120 misiles balísticos disparados contra Israel.
Según el país hebreo, 12 personas resultaron heridas durante el ataque, pero la única persona con lesiones de gravedad fue una niña beduina que llegó al hospital con un impacto de metralla en la cabeza. En cuanto a daños materiales, el Ejército aseguró que uno de los misiles balísticos de Irán “golpeó levemente la base de Nevatim”, aunque afirmó que esta “continúa funcionando” y los aviones despegando y aterrizando.
Los militares iraníes, por su parte, calificaron de exitoso el ataque y afirmaron que los drones iraníes no apuntaron contra ningún centro urbano o económico. Según el general Mohammad Bagheri, los objetos no tripulados apuntaron contra el “centro de inteligencia que proporcionó las informaciones necesarias a los sionistas” para bombardear su consulado en Damasco.
La República Islámica también apuntó contra “la base aérea de Nevatim, de donde despegaron los aviones F-35” que bombardearon su legación diplomática en Siria. “Estos dos centros quedaron considerablemente dañados y están fuera de servicio”, aseguró el general en su balance.
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