La sexualidad, siendo un pilar de la experiencia humana, continúa envuelta en tabúes y mitos, a menudo derivados de una educación sexual deficiente. Este contexto propicia que ciertos temas críticos para el bienestar sexual, como las adicciones sexuales, sean ignorados o malinterpretados. Estas últimas están ganando reconocimiento como un serio problema de salud mental, pero el camino hacia la comprensión y el apoyo adecuado es aún arduo.
Desde el área de Bienestar de ‘El Comercio’, de Perú, dialogaron con expertas para profundizar en las adicciones sexuales, enfatizando la necesidad de aumentar la conciencia social para combatir el estigma y abordar el problema con empatía y recursos apropiados.
Naturaleza de las adicciones sexuales
Las adicciones sexuales, identificadas como trastorno de la conducta sexual compulsiva, surgen de un patrón mal adaptativo en el deseo y la actividad sexual, llevando a una incontrolable necesidad de satisfacción sexual.
Geraldine Salazar Vargas, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, destaca que esto interfiere en la capacidad de establecer vínculos afectivos y sociales, además de provocar estrés, ansiedad, vergüenza y rechazo hacia la propia sexualidad.
“A pesar de los intentos por detener o controlar estos comportamientos compulsivos, las persona presenta una alta dependencia a tener algún tipo de contacto o consumo de actividades vinculadas al placer sexual, motivo por el cual, recurren a comportamientos cada vez más arraigados o destructivos para satisfacer esa necesidad. Asimismo, los pensamientos sexuales dominan la mente de los individuos, interfiriendo de forma significativa en otras áreas de la vida, como el trabajo, las relaciones familiares y sociales, la salud mental y física y el cumplimiento de responsabilidades diarias”, le dijo al medio citado la doctora Karen Pérez Maraví, docente del área de psicología de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental.
¿Cuáles son las adicciones sexuales más comunes?
Dentro de las adicciones sexuales más comunes se encuentran: el cibersexo, el consumo de pornografía, la promiscuidad, el exhibicionismo y una serie de conductas de riesgo (parafilias), las cuales tienen como objetivo principal obtener placer, detalló la especialista en terapia sexual y de pareja.
Factores contribuyentes
Las causas son multifacéticas, según detalló Pérez:
Influencias Biológicas: Se considera que desequilibrios en neurotransmisores clave —tales como la dopamina, serotonina y norepinefrina— podrían ser determinantes en la susceptibilidad a caer en adicciones sexuales. Estas características biológicas juegan un rol significativo en cómo el cuerpo y la mente responden a los estímulos sexuales.
Causas Psicológicas: Las experiencias de traumas anteriores, junto con trastornos como la ansiedad y la depresión, pueden ser factores cruciales que predisponen a individuos hacia comportamientos sexuales compulsivos. Frente a emociones perturbadoras o recuerdos dolorosos, el comportamiento sexual compulsivo puede emerger como un mecanismo de escape o alivio.
Contexto Social y Ambiental: El ambiente y las circunstancias sociales en las que una persona se desarrolla tienen un impacto notable en la probabilidad de desarrollar adicciones sexuales. Factores como la fácil accesibilidad a la pornografía en internet, la influencia de relaciones cercanas que presentan patrones de comportamiento sexual problemático, y la exposición precoz a experiencias sexuales pueden fomentar el desarrollo de adicciones sexuales.
Rasgos de Personalidad: Características personales específicas, incluyendo la tendencia hacia la impulsividad, la búsqueda constante de nuevas sensaciones y dificultades en la gestión emocional, se han identificado como factores que aumentan la probabilidad de enfrentar adicciones sexuales. Estos rasgos pueden hacer que algunos individuos sean más propensos a buscar compulsivamente experiencias sexuales como forma de satisfacción o evasión.
Además, Salazar agrega que: “En efecto, son personas que están hipersexualizadas frente a diferentes situaciones y momentos cotidianos, por lo que suelen desarrollar diversos comportamientos sexuales, como la masturbación compulsiva y el consumo excesivo de pornografía. Por ejemplo, si están en pareja presentan una alta demanda de actividad sexual, centrándose en ello para evaluar su relación más que por otros factores emocionales. De igual manera, tienden a aislarse para tener sexo virtual o van a diversos lugares para poder satisfacer sus deseos”.
¿Cuáles son los síntomas para identificar?
Según la declaración a ‘El Comercio’ de la experta de la Universidad Continental, las adicciones sexuales pueden manifestarse a través de una variedad de síntomas y signos que pueden afectar la vida diaria y las relaciones personales de un individuo, incluyendo:
– Preocupación constante por el sexo.
– Compulsión sexual.
– Dificultad para controlar el comportamiento sexual.
– Uso excesivo de pornografía.
– Engaño y ocultamiento.
– Consecuencias legales o financieras.
– Deterioro en el funcionamiento social, laboral o académico.
Asimismo, señalaron que las adicciones sexuales suelen ser más comunes en los hombres, pues en parte esto se atribuye al aspecto hormonal, dado que, como mencionó Salazar Vargas, se asocia el deseo y la libido a la testosterona, producida principalmente por los varones.
Sin embargo, estos comportamientos compulsivos pueden llegar a afectar a personas de todos los géneros, por lo que es importante reconocer que las experiencias y los factores de riesgo pueden variar entre hombres y mujeres, aseguró la docente.
“Igualmente, logran afectar las relaciones personales, tanto íntimas como familiares e incluso el sentimiento de vergüenza constante o el dedicar una cantidad excesiva de tiempo y energía a estos comportamientos sexuales compulsivos, conduce a la persona a un asilamiento social. También pueden interferir con el rendimiento laboral o académico debido a las distracciones relacionadas a la necesidad obsesiva por satisfacer el placer sexual”, advirtió Salazar Vargas.
Estrategias de tratamiento
Las opciones de tratamiento incluyen terapia cognitivo-conductual, terapia de pareja y medicación, apuntando a un enfoque integral. La recuperación es un proceso desafiante que requiere un esfuerzo combinado y continuo apoyo.
Según Pérez, es crucial encontrar el enfoque terapéutico más adecuado para cada individuo, enfatizando la importancia del seguimiento a largo plazo.
Concluir que las adicciones sexuales son un problema complejo, que exige una comprensión profunda y un abordaje integral. Es imperativo promover la educación sexual y el diálogo abierto para desmantelar los estigmas y mitos, permitiendo a quienes sufren de estas adicciones buscar la ayuda necesaria sin temor al juicio.
*Esta información fue reescrita con la asistencia de una inteligencia artificial basada en información de El Comercio de Perú (GDA) y contó con la revisión de una periodista y un editor.
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