La voladura del Consulado de la República Islámica de Irán en la ciudad de Damasco, República Árabe Siria, tiene componentes políticos muy diferentes a otras acciones ocurridas en el pasado, lo que lleva estas acciones militares al campo político, en una nueva página de la guerra no declarada oficial y convencionalmente entre los gobiernos persa e israelí.
Esto es debido a que destruir un consulado por medios militares es atacar territorio soberano de otra nación de forma pública, notoria y comunicacional, lo que enardece a la opinión pública del país agredido y hace muy difícil contener una respuesta político militar a riesgo de parecer débil y dudoso en cuanto al sostenimiento del discurso radical sostenido por el gobierno de Irán desde 1979, con la llegada de su revolución política y religiosa.
No se puede olvidar que durante los días del operativo militar que llevó a la muerte al general Qasem Soleimani, el 3 de enero de 2020, el gobierno iraní, se vio obligado a atacar bases estadounidenses en Irak, que no dejaron muertos pero sí 110 heridos (ver: https://www.foxnews.com/politics/trump-to-make-statement-on-iranian-missile-strikes-assures-nation-all-is-well) para aplacar a la opinión pública, destacándose la mesura del hecho militar, después de que el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con destruir 42 sitios culturales de Irán para acabar con su herencia cultural y su patrimonio histórico-religioso, siendo importante recordar que el impacto de su muerte hizo que se pasara por alto los ataques contra la Embajada de Estados Unidos en Bagdad entre el 31 de diciembre de 2019 y el 1º de enero 2020, cuando participaron miles de personas, tratando de emular la toma de la Embajada de Estados Unidos en Irán en 1979 (ver: https://www.nytimes.com/2019/12/31/world/middleeast/baghdad-protesters-us-embassy.html), por lo cual los hechos no pasaron a mayores términos.
Para quien dude de la importancia de este operativo militar, hago la siguiente referencia: “La muerte del comandante del Cuerpo de Guardias Revolucionarias Islámicas Mohammad Reza Zahedi en un ataque aéreo en Damasco representa el fin de una era para Irán. La era está representada en una foto que circula en las redes sociales mostrando a Zahedi, el comandante de la Fuerza Quds del IRGC, Qasem Soleimani, el líder de Hezbolá Imad Mughniyeh, el líder de Hezbolá Hassan Nasrallah y el comandante del IRGC Ahmed Kazemi. Cuatro de estos hombres han fallecido, dejando solo a Nasrallah. Esto es simbólico porque muestra cómo toda una generación de operativos clave y aliados de Irán han sido asesinados. Es simbólico a un nivel más amplio porque muestra cómo Irán puede estar perdiendo su control sobre Siria a medida que su cadena de mando del IRGC sufre pérdidas. La pérdida de Zahedi está siendo observada en la región. Por ejemplo, los medios de comunicación de Al-Ain en los Emiratos Árabes Unidos tienen un artículo que examina la foto y señala que Nasrallah es el «último de ellos». Saleh al-Arouri, un comandante clave de Hamás que residía en Líbano, fue asesinado en enero. Wissam Tawil, miembro de Hezbolá, también fue asesinado. Ali Abed Akhsan Naim, subcomandante de la unidad de cohetes y misiles de Hezbolá, fue asesinado en Líbano a finales de marzo. Irán y sus aliados tendrán dificultades para reemplazar a estos hombres. Esto se debe a que muchos de ellos tenían décadas de experiencia trabajando en diversas capacidades. También eran nodos clave en la red de Irán que conecta a Irán con milicias en Irak y Siria, y luego conecta la red de Irán en Damasco con Hezbolá en Líbano. Irán depende en gran medida de su red de comandantes de alto rango que se conocen entre sí. Opera en cierto sentido como una mafia en la región, estableciendo varias versiones en miniatura de los IRGC en varios países y creando redes de proxy. Estas dependen de individuos clave. Sin esos individuos, algunas de estas redes caen en el caos. Eso no significa que las redes dejen de poseer armas y crear amenazas. Sin embargo, cambia su cohesión” . Fuente: https://www.jpost.com/spanish/guerra-israel-gaza/article-794988
En el caso de Israel, qude e persigue la destrucción total y definitiva del programa atómico iraní, no cabe duda que después del 7 de octubre y ya en estado de guerra, existen pocas limitaciones para contenerse en cuanto a solo combatir a los aliados subsidiarios o proxys del gobierno de Irán o seguir con las operaciones especiales de guerra cibernética (ver : https://www.lasexta.com/noticias/internacional/silenciosa-limites-asi-guerra-que-libran-israel-iran-ciberespacio_202310116526f2d4b2ab57000173fbc7.html), o continuar con los asesinatos selectivos de científicos, técnicos o especialistas militares dentro de Irán («Israel admite implícitamente que asesinó a científicos nucleares iraníes». HispanTV. 7 de agosto de 2015), por lo cual no es necesario ser un gran especialista militar para entender que el asesinato selectivo de los líderes políticos y militares de Hamás y Hezbolá es un objetivo inmediato de los planificadores militares y de las agencias de inteligencia de Israel, lo cual podría extenderse al liderazgo de los hutíes en Yemen, lo que se convierte en una amenaza para todos los enemigos políticos que tiene el gobierno de Israel, a nivel internacional, el cual en su particular radar de tiro, puede no dudar en tomar medidas radicales para escarmentar gobiernos extranjeros extracontinentales y acallar la campaña mundial que existe a nivel mediático y procesal contra el gobierno de Netanyahu.
Existe el riesgo calculado de que un ataque abierto y convencional de Irán contra Israel sea la excusa perseguida por Estados Unidos e Israel para lanzar un operativo militar ya anunciado durante varios años para destruir las instalaciones industriales y su personal humano calificado en la industria nuclear iraní, lo que obliga al gobierno iraní a sopesar su respuesta, como ocurriera en el “caso Soleimani” con Estados Unidos.
La inminente operación militar en la ciudad de Rafah, que pondría fin a las operaciones militares en la Franja de Gaza, ignorando en este momento las consecuencias militares o humanitarias de esta acción militar, sería un paso incompleto para Israel, si no avanza en la destrucción del grupo Hezbolá en el Líbano, donde la diferencia militar con respecto a Hamás es tan grande que obligará a las fuerzas militares israelíes a usar el máximo de su capacidad destructiva convencional, para frenar una lluvia diaria de misiles contra territorio israelí durante semanas o meses, lo cual de hacerse con éxito, implicaría la intervención de los grupos militantes proiraníes en Irak y Yemen, antes de pasar ellos mismos a la lista de enemigos a ser eliminados.
La pérdida de todos sus grupos aliados, en los que Irán ha invertido miles de millones de dólares en armas, equipos y suministros durante décadas, implicaría un desastre total para su política exterior e interior, quedándose totalmente aislado en la región y por ello existe el riesgo de que el gobierno iraní adelante los tiempos para librar una guerra abierta con Israel, antes de sentirse hundido en una situación desesperante.
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